Argentina ya está en default

OPINIÓN

Por Claudio Lozano*

El Gobierno y el FMI con la complicidad de algunos medios de comunicación y la ingenuidad de algunos representantes de la oposición, pretenden instituir un debate acerca del futuro económico del país basado en la siguiente premisa: ¿Argentina entrará en default? ¿Sí o No? El futuro gobierno (si triunfase la oposición), ¿Defaulteará? ¿Será tan irresponsable de hacer semejante cosa?

El planteo intenta, con su sola formulación, ocultar la realidad, invertir las responsabilidades y perpetrar una extorsión. Oculta la realidad ya que ha sido Mauricio Macri y el mejor equipo de los últimos cincuenta años, quien con su irresponsable política de endeudamiento, puso en default a la Argentina a comienzos del 2018. Todo lo vivido desde ese momento hasta hoy tiene que ver con dicha situación. El desmadre cambiario, las insólitas tasas de interés del 100 % anual y los precios de los bonos de deuda argentina son indicadores de la coyuntura de default que atraviesa el país. 

A comienzos del 2018 Macri defaulteó, es decir la Argentina no tenía un dólar partido por la mitad para afrontar sus compromisos. La combinación entre el incremento del endeudamiento (del Tesoro y el Banco Central), el acortamiento de los plazos, el déficit en las cuentas externas y fiscales, colocó a la Argentina en default.

En ese marco, el Acuerdo con el FMI fue el respirador artificial que recibió el Gobierno argentino para disimular el default y, en la práctica agravarlo y posponerlo transformándolo en un instrumento de extorsión sobre el próximo gobierno. Este recibirá una concentración de vencimientos impagables junto a un riguroso control sobre la política monetaria y cambiaria, así como también el compromiso de llevar adelante un conjunto de reformas estructurales que involucran la Carta Orgánica del Banco Central, la reforma laboral, previsional y tributaria. Reformas de claro sesgo neoliberal. En suma, la mentirosa argumentación que coloca en el futuro gobierno el default de Macri, no es más que el modo de encubrir la estrategia de extorsión dirigida a expropiar la conducción de la política económica del futuro gobierno. Extorsión que buscará canjear oxígeno financiero por el impulso a las reformas estructurales. Por ende es central que la oposición política no entre en esta trampa discursiva y sea capaz de sostener con claridad:

a) el futuro gobierno no defaulteará porque Macri ya defaulteó

b) El FMI no cumplió con sus funciones. Pospuso y agravó el default sobre la base de un acuerdo que no sólo no respetó los procedimientos jurídicos y las normas constitucionales de nuestro país sino que violó su propio Estatuto,

c) El FMI es corresponsable de la crisis argentina ya que el crédito monumental otorgado a la Argentina solo tuvo por objeto sostener artificialmente los pagos hasta el fin del mandato de Macri concentrando las exigencias de devolución del crédito (y por tanto la extorsión de la manifestación del default) en el próximo periodo gubernamental,

d) Se trata de blanquear el default de Macri, demandar ante la ONU (el mandante del FMI) una auditoría que revise el trámite interno de otorgamiento del crédito a la Argentina y en ese marco minimizar pagos con el objetivo de recuperar oxígeno fiscal y utilizar las divisas resultantes de los  dos años de ajuste brutal sobre las condiciones de vida de nuestro pueblo, en las palancas para la puesta en marcha de un nuevo programa de desarrollo de la economía argentina.

*Economista de la CTA Autónoma. Coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP). Dirigente Nacional de Unidad Popular (UP)