Por Jesús Chirino*
En Villa María, donde en aquellos días se produjeron ecos de las luchas de ese mayo cordobés, se realizan varias actividades para conmemorar estos acontecimientos. Es así que el espacio INCAA Villa María, el jueves 30, proyectará “Tosco” y el viernes 31 hará lo mismo con “Quémenlos”, documentales de Adrián Jaime. Hablamos con este prestigioso realizador acerca de estos documentales y de la situación del cine en nuestro país
Cómo se gestaron los documentales que proyectará el INCAA Villa María
-Querés presentarnos, de manera sintética, lo que puede verse en estos trabajos. ¿Cómo se gestó “Quémenlos”? Podés contarnos qué te decidió a realizar este trabajo?
-En ambos filmes veremos una continuidad del trabajo narrativo e investigativo en materia audiovisual que llevo adelante desde hace más de 25 años.
Cuando hice el primer trabajo documental con archivos fílmicos, animación y entrevista, denominado “Tosco, grito de piedra”, en 1998 (premio del concurso de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Córdoba para realizar un cortometraje de 24 minutos), se terminó por primera vez un largometraje de 63 minutos sobre el líder sindical cordobés Agustín Tosco. El film participó en el Festival Internacional de La Habana y en muchos otros. Se hizo en el marco político donde el Gobierno provincial impulsaba la privatización de la Empresa de Energía de Córdoba. Se exhibió en muchísimos lugares de la provincia, del país y del mundo. Cientos de espacios alternativos difundieron el filme y promovieron debates conmovedores entre los asistentes. Las preguntas sobre el pasado, la defensa de los valores, la soberanía, el lugar del Estado en el proyecto de país, la memoria histórica, el rol del movimiento obrero, la defensa de las causas populares y el papel del cine documental surgían en los debates. Era conmovedor estar en esos momentos propiciándolos a partir de un filme cuyos archivos y protagonistas volvían a la vida una discusión trunca por la dictadura militar.
Luego de un tiempo, al conseguir un poco más de material de archivo, ese filme se expandió a 73 minutos.
En 2011 realicé el filme “Tosco”, con 90 minutos de duración y puro archivo fílmico. Fue sin recursos del INCAA, solo obtuve 25 dólares (actuales) para hacer el subtitulado, pero igual se realizó y se difundió. El texto de Osvaldo Bayer en la tapa del film ilustra al personaje principal del documental y nos honró a quienes lo realizamos:
“En este filme -el mejor documento visual sobre la figura de Agustín Tosco– está toda su personalidad: su palabra, sus marchas, sus prisiones, su sabiduría popular, su ideología. Su figura. Un monumento merecido a su vida. Un documento que quedará para siempre, para aprender lo que es dignidad. Un ser humano para tenerlo siempre como modelo”.
En 2018 volví a trabajar sobre el tema, antes de la pandemia, y lo terminé en 2024. Hicimos un film para resguardar todo el archivo fílmico que se está deteriorando y perdiendo a causa de falta de políticas públicas que lo preserven, tanto en el almacenado como la restauración de la imagen y el sonido. Este trabajo cinematográfico, de 2 horas de duración, se llama “Quémenlos”. Es puro archivo fílmico 16 mm, blanco y negro. Todo el sonido partió en su mayoría de material mudo y fue recreado en postproducción. Allí se trabajó intensamente durante años para poder corregir y preservar el patrimonio audiovisual de una etapa histórica del movimiento obrero y estudiantil de la provincia de Córdoba. Nuestra intención era usar IA (Inteligencia Artificial) para dejarlo impecable, pero los aportes al presupuesto no alcanzaron. Ya lo haremos posible en una próxima ocasión…
Las escenas documentales del film “Quémenlos” plasman en forma inédita el derrotero de la resistencia obrero-estudiantil contra la brutal dictadura del general Juan Carlos Onganía.
El cine documental
-¿Cuál es la importancia del cine documental para la cultura de un país?
-El documental es un álbum fotográfico de nuestra memoria histórica como sociedad. Contiene en su materia prima algunos pasajes relevantes u ocultos de nuestra vida social. Apela a personajes de los cuales es posible aprender y trabaja extrañamente sobre hechos que nos ayudan a repensar el presente. Nos convoca siempre a revivir sucesos que nos permiten sacar aprendizajes. Es un retrato que, en algún modo, nos permite volver atrás en el tiempo y transitar por el tamiz de la memoria sin artificios narrativos. Sin embargo, el documental no siempre narra en tiempo pasado. Tampoco es necesario que se construya su relato en tercera persona, ni mucho menos apela solo a cuestiones políticas, ni su discurso debe ser obligadamente llevado adelante por la voz de narradores o entrevistados. El cine documental, en cuanto expresión del lenguaje cinematográfico, es tal vez lo más rico, creativo y fresco del lenguaje audiovisual en la actualidad. Pero el valor del documental reside además en su desafío narrativo. No es una práctica simple, conlleva mucho tiempo, dedicación y maduración.
-Argentina posee una rica historia en relación con el documental ¿Qué podés señalarnos al respecto de ello?
-Tenemos el desafío de seguir acrecentando esa historia de trabajo, sostener lo construido para que las próximas generaciones puedan impulsar sus propios relatos, enfocándose en los temas que les son de interés.
El cine argentino y una mirada hacia adelante
-¿Qué representa el INCAA para los cineastas independientes y, en especial, para los documentalistas?
-El INCAA es de importancia fundamental para quienes están interesados en hacer cine en Argentina. El INCAA y la Ley de Cine son producto del esfuerzo de toda una sociedad a lo largo de varias generaciones. Es parte de nuestra industria y patrimonio cultural. Genera casi un millón de puestos de trabajo y es una parte importante del PBI (mayor, incluso, a otras industrias de gran prestigio). Por ello es valioso proteger al cine argentino, el INCAA y la Ley de Cine. Los documentalistas hacemos la mitad de los filmes que se producen anualmente, pero los hacemos en condiciones muy diferentes a la ficción y con tan solo el 6% del valor de los presupuestos que se destinan a la producción de películas argentinas de ficción. Por eso luchamos para que se mejoren las condiciones de producción y así se pueda competir en un mercado nacional e internacional con espectadores cada vez más exigentes, que demandan no solo en lo creativo, sino en lo técnico y artístico.
– Tenés un mensaje para quienes trabajan en esta actividad y para el público en general ¿Qué hacer ante políticas como las actuales?
-Mi único mensaje es que no debemos confiar ni dejar nada en manos de los funcionarios que, en su paso efímero por la función pública, buscan hacer del cine argentino un enemigo de nuestro pueblo. El cine argentino tiene más de 100 años y ha visto pasar momentos difíciles y aún peores políticas que las de estos últimos gobiernos, llevadas incluso por gerentes más mediocres que los actuales. Paciencia. Saldremos de esta situación y reconstruiremos lo que destruyan esta banda de traidores a la Patria…, que no los recordará ni la madre que los parió.
*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTAA). Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María
Fuente: www.eldiariocba.com.ar