Alicia Puga: Lucha y militancia

Alicia Puga es una de las referentes sociales y culturales más destacadas de Río Cuarto. Una incansable luchadora que dedicó su vida entera a la militancia social, sindical y política y también a la ardua defensa de los derechos de los pueblos originarios. Alicia es descendiente del pueblo indígena Comechingón. Redescubrió sus raíces a los 30 años, aunque su curiosidad y su búsqueda comenzó cuando tenía tan solo 5 años. Desde ese momento y con el espíritu de lucha intacto, lleva en su vida la labor social como bandera.

Por Florencia Guttlein

La vida de Alicia Puga siempre estuvo plasmada de trabajos comunitarios, defendiendo los derechos humanos y visibilizando la lucha de los pueblos indígenas. En su momento, también fue parte de diferentes organizaciones sindicales, entre ellas la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Asociación Gremial Docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto (AGD) y la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC). En una charla mano a manos pudimos dialogar con ella donde nos comentó cuándo comenzó su militancia y su dedicación a la labor social.

Alicia comenzó su militancia allá por la década del 90, participando en la UEPC, principalmente a nivel provincial y luego siendo parte de la línea fundadora de la CTA Regional Río Cuarto. “Allá por el año 1990 la UEPC comenzó a tener disidencias con la CGT porque no nos agradaban las políticas que había con el Gobierno de Menem, no había defensa del trabajador, y se había empezado a privatizar todo. Además, la UEPC a nivel provincial, más allá de que la CTERA ingresa a la CTA, nunca aceptó estar dentro de la Central. Entonces, con un grupo de personas y dirigentes gremiales y sociales fundamos la CTA acá en Río Cuarto”.

Desde ese momento, Alicia Puga comenzó su militancia más activa que se extendió hasta el año 2004. Durante todo ese tiempo trabajó en diversas áreas: desde 1990 a 1993 estuvo en el área de Prensa y Cultura de la CTA, luego de 1993 a 1996 como Secretaria General del sindicato y de 1996 al 2004 como delegada departamental.

-¿Qué actividades llevaban adelante en ese momento?

-En ese entonces, recuerdo, que no había todo el laburo barrial que tiene hoy en día la CTA, pero sí habíamos logrado conformar el grupo la COMUR, que era la Coordinación de Mujeres de Río Cuarto, que trabajamos con la capacitación de la educación social y la violencia de género.

-¿Cómo se veía la cuestión de género, en ese momento, en la ciudad?

-Acá pasaba desapercibido. Nosotros trabajamos algunos casos de violencia de género. Se daba capacitación y teníamos un conjunto de capacitadores. En ese momento la gran lucha era que había muchas mujeres de sostén de hogar y ellas eran invisibilizadas. Más que nada en el ámbito docente. Después trabajamos con las amas de casa. En Córdoba, dentro de la UEPC provincial, trabajamos fuertemente y hacíamos una gran labor, cosa que en la actualidad no lo están laburando. Todo el trabajo de género que comenzamos en ese momento quedó en la nada.

-¿Por qué decidiste dejar la militancia en el ámbito sindical?

-Porque comencé a vivenciar cosas muy fuertes y no me estaba haciendo bien a mi salud. Yo comencé a militar en el año 1990, en pleno gobierno de Menem. Cuando entro como Secretaria Genera, en Córdoba teníamos Angeloz y después viene el gobierno de Mestre. Era una movilización constante, tenía marchas de todo tipo. No descansaba, me llamaban a las 5 de la mañana. Era terrible.

-Fue una época difícil que tuvo el país.

-Sí, claro. Una época complicadísima para todos. Yo finalicé mi militancia casi en el mismo tiempo en el cual el país comienza a salir adelante. Era mucha la presión, había viajes, marchas. Por ende, llegó un punto que dije: Tengo que dar un corte definitivo.

-¿También estuviste militando en la Asociación Gremial de Docentes de la UNRC?

-Sí. En el año 1996 también tomo la conducción en AGD. Desde 1996 hasta 2003 estuve ahí. Fue un momento complicado para el país. Teníamos la defensa de la Educación Pública, el traspaso de las escuelas nacionales a la Provincia, la reforma, fueron muchas cosas.

Las mujeres y su lucha

La defensa de los derechos de la mujer es una lucha muy presente y visibilizada en todos los entornos sociales. Al respecto Alicia resaltó el gran empoderamiento que adquirió la mujer en estos años y la necesidad de trabajar con cuidado en todos aquellos temas que tienen que ver con la lucha de género.

“Veo un gran empoderamiento de la mujer que lo apoyo y lo aplaudo, pero creo que hay un desborde. Hay que mirar todos los casilleros para ver dónde me voy a mover. Está bueno que podamos empoderarnos y decir: Acá estamos paradas. Pero no que nos pierdan el respeto como mujeres. Tenemos que ser cuidadosas. Pararnos y ver qué hombre tenemos al frente y caminar al lado de ese hombre porque nunca más atrás de ellos. Siempre al lado”, expresó Puga.

 -¿Vos fuiste la primera mujer en ser Secretaria General de un Sindicato?

“Así es. Cuando me tocó yo era la única mujer ante una cantidad de dirigentes masculinos tanto a nivel local, provincial y nacional. Las mujeres eran contadas con los dedos de la mano. En ese momento a los hombres les molestaba que una mujer pudiera discutir al mismo nivel que ellos. Hubo en algunas reuniones donde decían: “Es interesante lo que dice la mina ésta”, pero a mí eso no me quitaba el sueño. Cuando uno puede poner sobre la mesa verdad, lucha y trabajo, las palabras resbalan.

Pueblos indígenas

Desde que Alicia Puga supo que es descendiente de pueblos indígenas dedicó gran parte de su tiempo a la lucha y visibilización de un pueblo que fue, históricamente, desdeñado e invisibilizado. Con respecto al avance del Neoliberalismo en Latinoamérica y sobre las políticas represivas de dichos gobiernos contra los pueblos indígenas Alicia remarcó lo siguiente: “En junio estuve en un encuentro en Ecuador y uno de los sabios indígenas nos dijo: “Nos esperan épocas donde nos van a matar a muchos líderes indígenas. Están matando a los líderes porque nos tienen miedo, tienen mucho miedo en lo que podemos avanzar”.

Por otro lado, Puga expresó su opinión con respecto a lo sucedido con Santiago Maldonado y el involucramiento de él con los pueblos indígenas del sur de nuestro país.

“La muerte de Santiago es como decirles a los pueblos: Dejaste que este jovencito entre acá por eso te lo matamos porque no lo vas a educar como vos querés. Fue un mensaje a los pueblos indígenas. Pero eso no nos va a quitar el trabajo. Estuvimos 500 años en silencio, empezamos a hablar en el momento que teníamos que comenzar a hablar. Que hayamos estado todos esos años en silencio habla de la paz-ciencia que tiene el pueblo. Paz-ciencia”, resaltó Alicia.

-Los medios trataron de culpar a los pueblos indígenas por la muerte de Santiago…

-Claro que sí. Yo estuve hablando con varios hermanos mapuches y ellos me decían que cuando lo adoptan a Santiago, es porque él va con el espíritu abierto y eso, por suerte, está sucediendo en varias comunidades del continente. Yo pertenezco al movimiento de Paz y Dignidad y trabajamos con originarios y no originarios indígenas. No nos importa el origen, naciste acá, en este continente. Tendrás tus orígenes blancos, pero si comenzás a tener la palabra, el espíritu y el accionar, principalmente, de lo que hacían nuestros ancestros, bienvenidos sos.

Alicia Puga es un ejemplo de resiliencia, de lucha, de fuerza, de coraje y de amor. Su vida y todos sus años de militancia y de reivindicación por los derechos de nuestros pueblos indígenas lo demuestran. Su dedicación a la labor social y comunitaria es un ejemplo para muchos de los que militan en la actualidad. Alicia es un faro y quienes la conocemos queremos, de alguna manera, imitar su camino y contagiarnos de su lucha.