‘Cachorro’ Godoy: “Estamos a la altura de nuestra historia”

Al iniciarse el cuarto año de su gestión, el Secretario General de ATE Nacional y Secretario General Adjunto de la CTA Autónoma, Hugo ‘Cachorro’ Godoy, realizó un repaso de lo hecho, analizó lo que vendrá y confesó sus deudas pendientes en una entrevista publicada en El Trabajador del Estado de Marzo de 2019.

A continuación, la entrevista completa (en formato pregunta / respuesta):

-Asumiste en noviembre de 2015 con dos frases fuertes: “Tenemos que reinventarnos” y “que las paredes se hagan de goma para recibir a todos los que vendrán”. ¿Se cumplieron o están pendientes?

-Te diría que las dos cosas. Pero tengo que aclarar que no son conceptos nuevos, son nuevas formas de expresar ideas que ya tienen muchos años y siguen vigentes.

Lo de “las paredes de goma” está relacionado con una vieja frase de Héctor Quagliaro cuando se fundó la Agrupación ANUSATE, quién dijo: “Tenemos que abrir un cauce para que lo transiten miles de compañeros que aún no conocemos”. Es el mismo mensaje: un ATE cada vez más grande. Creo que lo venimos consiguiendo si tomamos en cuenta que aquel ATE de la recuperación tenía 70.000 afiliadas y afiliados y hoy superamos los 310.000. O que, desde noviembre de 2015 a hoy han ingresado más de 60.000compañeras y compañeros y se han creado 15 nuevas seccionales en distintas provincias. Podemos decir, con satisfacción, que el cauce sigue abierto y nuestras paredes son de goma desde hace muchos años.

También lo de reinventarse, además de ser una histórica frase de Simón Rodríguez, el maestro de Simón Bolívar, fue y sigue siendo una necesidad tanto de nuestra organización como de la CTA Autónoma ante los cambios de la coyuntura política.

La recuperación de ATE en 1984 por la Lista Verde y el cambio que se produjo en nuestro sindicato sólo se puede entender a partir de una permanente reinvención de nuestro accionar y nuestra política.

Esa actitud de reinventarse nos permitió, con nuestro humilde aporte, derrotar la dictadura, recuperar la democracia y a ATE para los trabajadores. Nos permitió demostrar que otro modelo de sindicalismo era posible, de la mano de Quagliaro, Víctor De Gennaro y Germán Abdala.

También tuvimos que reinventarnos cuando un gobierno peronista intentó acabar con el Estado en la época de Menem al vender sus principales empresas o cuando la CGT se convirtió en polea de transmisión de esa política de entrega y achicamiento. Y así fundamos la CTA rompiendo con el unicato de sindicalistas empresarios y enriquecidos.

ATE se reinventó también al incorporar trabajadores de los Estados provinciales y municipales, al crear los consejos directivos provinciales (CDPs) y al darse un nuevo formato administrativo que consolidó su crecimiento. Lo mismo hizo la CTA con la afiliación directa, la libertad y la democracia sindical y la representación de los trabajadores con o sin empleo.

Y mucho más necesitamos reinventarnos cuando un representante del poder económico asume el poder político con el voto del pueblo. Esa novedad electoral y política nos obliga mucho más a transformarnos, a cambiar, a asumir nuevos desafíos para transformar la historia que nos toca vivir desde el protagonismo de los trabajadores.

En síntesis, si bien todavía queda mucho por hacer, creo que vamos en el camino correcto y aprendimos que sin repetir mecánicamente lo que habíamos hecho antes, pudimos sostener los valores que dieron origen a ANUSATE y a la ATE recuperada, reinventándonos y ampliando las perspectivas de nuestro gremio.

-¿Y qué balance harías si analizás lo hecho por ATE desde aquel noviembre de 2015 hasta ahora?

-Para decirlo en pocas palabras, creo que hemos estado a la altura de las circunstancias y a la altura de nuestra historia. ATE fue el primer gremio que salió a enfrentar estas políticas de ajuste, despidos y entrega con una movilización al ministerio de Trabajo (29/12/15) y un gran paro nacional el 24 de febrero de 2016 cuando llenamos la Plaza de Mayo para decirle a este gobierno que íbamos a salir a las calles y la plazas de todo el país todas las veces que fueran necesarias para priorizar al Estado.

Lo mismo puedo decir de las estrategias de la CTA A, donde logramos hacer una elección el 8 de agosto del año pasado–en la que elegimos una nueva conducción encabezada por Ricardo Peidro de AAPM, Claudia Baigorría de la CONADU Histórica y yo por ATE- que terminó con la discusión sobre quién conduce a la Central, ratificó su autonomía y la puso nuevamente en carrera para construir un nuevo modelo sindical y lograr la unidad de la clase trabajadora y del pueblo para poder alcanzar un gobierno de cara a las necesidades de nuestra sociedad.

Otro tema que me parece muy importante señalar es el crecimiento en la representación. Modificamos el artículo 75 de nuestro reglamento para favorecer la elección de delegados en cada sector de trabajo.

Es un derecho esencial de cada afiliado/a poder elegir a su delegado/a y ser elegido/a, tanto como es obligación del sindicato garantizar ese derecho. En cada sector debe haber delegados y, si hay cien afiliados, debe haber una junta interna. Para garantizar ese derecho fue que modificamos el reglamento. Hoy, si la seccional no convoca a elecciones de delegados, lo hace el CDP y, si no lo hace el CDP, lo hace el Consejo Directivo Nacional pero nadie en ATE carece de representatividad.

No puedo olvidarme de la Formación Política que desarrollamos en proceso continuo y sostenido con jóvenes y formadores, tanto en el CDN como en las provincias, que permitieron profundizar el debate político a 10.5000 compañeras/os que pasaron por los talleres centrales, más de mil que asistieron a los talleres realizados en las provincias y 2.600 que utilizaron la plataforma virtual de formación. O sea, que son más de 14.000 compañeros y compañeras los que fueron alcanzados por nuestra política formativa en estos tres años.

Muchos de esos cuadros jóvenes se incorporaron a la comisiones directivas de la CTA A elegidas en agosto y son prueba de que la formación es y seguirá siendo prioridad para nuestra organización, porque sin ella no hay transformación posible.

-¿Incluís el empoderamiento de las trabajadoras estatales en ese listado?

-Obviamente, el protagonismo de las mujeres en nuestra organización ha crecido de manera excepcional. Considero que uno de los fenómenos más fuertes de los últimos años fue el crecimiento de la lucha de las mujeres y su empoderamiento contra la violencia de género, contra el patriarcado que aún domina nuestra sociedad y por la igualdad de oportunidades.

Es admirable la continuidad y el desarrollo de los Encuentros Nacionales de las Mujeres y la cada vez más notoria participación de las compañeras de ATE y la CTA. Un fenómeno que no tiene comparación en el mundo.

Este año se volvió a realizar un Paro Nacional de Mujeres Trabajadoras en el marco del 8 de Marzo y nuestras compañeras nuevamente tuvieron una gran participación. Repitiendo aquella primera experiencia, realizada tras el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario 2016 con motivo del asesinato de Lucía Pérez, cuando junto al Colectivo Ni una menos desde ATE y la CTA se lanzó la medida de fuerza y fuimos el primer gremio en convocarla.

-Otra característica importante de ATE en los últimos años, fue la unidad con innumerables organizaciones del campo popular para enfrentar las políticas del gobierno nacional.

-Sin dudas, desde que asumimos venimos trabajando, tanto en la resistencia como en la construcción de alternativas, con otros sectores de campo popular. Y lo hacemos sin subordinarnos a las estrategias de otros.

Desde agosto de 2016, cuando fuimos uno de los pocos gremios que acompañamos la marcha por “Tierra, Techo y Trabajo” desde Liniers hasta Plaza de Mayo con la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), junto a innumerables organizaciones sociales y políticas, para gritarle al gobierno que sus políticas solo generan hambre, desocupación y más pobreza.

Junto a ellos también, fuimos parte de la construcción como ATE y CTA de la Marcha Federal -donde se presentaron al Congreso cinco proyectos de ley para dar respuesta a la emergencia social que sufre nuestro pueblo- y promotores de la construcción del Paro Nacional de todas las centrales el 25 de junio pasado.

De la misma manera que lo hicimos en lo que va de este año tanto el 13 de febrero cuando una multitud invadió las calles de Buenos Aires y las principales plazas del país, como en nuestro Paro Nacional del día 26 en el que confluimos con 37 gremios de la CGT -encabezados por Juan Carlos Schmid- contra los tarifazos.

Esa unidad es indispensable, por eso no pasa un día sin que nos sentemos a construir consensos con otras organizaciones en esta lucha que debemos dar contra las políticas de Macri. De esta manera, unimos fuerzas con sindicatos y federaciones que no están en la CTA, con organizaciones territoriales de todo tipo, con pequeños y medianos empresarios, clubes de barrio, asambleas ciudadanas, colectivos culturales, entre otras organizaciones libres del pueblo.

Convencidos de que debemos ir en busca del trabajador que esté dispuesto a dar la pelea, que esté dispuesto a organizarse: el trabajador de la fábrica, al trabajador del barrio, la mujer trabajadora, el joven trabajador.

Porque la Patria no son ni la Casa de Gobierno, ni la Plaza de Mayo. La Patria es cada metro cuadrado donde laten, sueñan, viven, sufren y proyectan su lucha los hombres y las mujeres de nuestra clase. Entonces la Patria hay que organizarla ahí, en el territorio y en unidad.

-Más allá de las buenas intenciones de una gestión, siempre quedan deudas pendientes. ¿Cuáles son las tuyas?

-Te nombraría a tres. Una, es fortalecer más aún el protagonismo de los jóvenes. Me parece que esto es clave, para nosotros y para muchas de las instituciones de nuestro pueblo.

Otra, es que a pesar de que discutimos y debatimos mucho, no pudimos concretar la reforma que permitiera abrir nuestro Estatuto; es tanta la agresividad del poder que tuvimos que priorizar otras cosas. Porque este proceso de reinventarnos, tiene que tener la misma capacidad que tuvimos en los años 90, cuando no solamente resistimos, sino que adaptamos la organización institucional para abrir los espacios de participación democrática a los miles y miles de trabajadores provinciales y municipales que se fueron incorporando en ese proceso.

Y hay una tercera cosa pendiente, algo que no se desarrolló tanto como hubiese querido, que es la organización más estructurada de los trabajadores del Estado Nacional dentro de nuestro gremio.

Los trabajadores nacionales son actores fundamentales en la discusión del Estado Nacional, que después incide en la estructuración de los Estados provinciales y municipales. Siempre decimos que la organización de la clase trabajadora es el poder del trabajador organizado en el sector de laburo, ahí donde se genera la riqueza. Del mismo modo sostenemos que la organización del trabajador del Estado Nacional en los organismos nacionales es fundamental, no como actor exclusivo, pero sí como aportante fundamental para la discusión de un Estado diferente.

El CDN se hizo cargo activamente en estos tres años de la organización de este sector, pero todavía requiere avanzar en mayores niveles de organización y protagonismo dentro de esta ATE Nacional.

Esas son las deudas pendientes y, a su vez, los ámbitos donde pondremos nuestro mayor esfuerzo durante el presente año.

-Volviendo a las frases históricas, aquella ya mítica de “Fortalecer el Estado para liberar la Nación” fue complementada con otra que dice “Por un Estado democrático y popular”.

-La frase de “Fortalecer el Estado…” fue clave en la lucha contra la dictadura genocida, cuando Videla y Martínez de Hoz hablaban de “Achicar el Estado para agrandar la Nación”. Pero, a 35 años de la recuperación de la democracia, tuvimos que profundizar ese concepto porque sucedió que el Estado se agrandó, pero no en el sentido que nosotros queríamos, sino en desmedro de los intereses populares. Por un lado se agrandó la capacidad represiva y la estructura administrativa para favorecer la especulación financiera, mientras que por otro se redujeron áreas productivas, científicas, técnicas y de seguridad social en desmedro del desarrollo estratégico soberano de nuestro pueblo y Nación.

Por eso hoy hablamos de “Un Estado democrático y popular”; porque sin él es imposible pensar en la posibilidad de una organización nueva en Argentina. Y para que el Estado esté al servicio de las mayorías populares es necesaria su democratización, darle un sentido popular, de nuevos valores.

Creo que más allá de nuestras carencias, hemos sido fieles a nuestra historia y pusimos a ATE allí donde siempre tiene que estar, en primera línea de la resistencia. Y lo hicimos pensando y proponiendo, con otros sectores de la clase trabajadora, propuestas para construir un Estado al servicio de las mayorías populares.

En esa lucha nunca va a faltar una pechera de ATE ya sea en la calle, en un corte, dentro de las dependencias, en una asamblea o en cada debate donde esté en juego un nuevo modelo de Estado.

Por esa razón y a la par de las medidas de fuerza y la lucha, se encuentra nuestra producción intelectual, nuestros departamentos de estudios, los seminarios que organizamos y el aporte de cada compañero y compañera al viejo sueño de fortalecer y democratizar el Estado poniéndolo al servicio de nuestro pueblo.

Lo que viene

Elecciones en ATE

En las elecciones anteriores tuvimos una situación de crisis al interior de nuestra agrupación y de nuestro gremio. El poder recuperaba gobernabilidad en Argentina y Latinoamérica y al interior de ATE se puso en discusión cuál era el proyecto político, el modelo de organización sindical, el sentido mismo de nuestra organización.

Mientras algunos creían que había que subordinarse a un partido político, nosotros nos ratificamos en la idea de que la única posibilidad de construir un modelo liberador y emancipador de nuestras sociedades, era con la autonomía y el protagonismo de la clase trabajadora. Estos dos modelos van a estar de nuevo en confrontación.

Está en juego también el riesgo de convertirnos en un sindicato con espíritu de mutual, en el que haya promotores en lugar de delegados, o en un gremio que del listado de despedidos solo pida reincorporar a los propios, como pasó en muchos organismos del Estado Nacional.

El ATE que queremos es el que se pone al frente de la lucha por reincorporar a todos los despedidos y no parar hasta conseguirlo. Es el ATE que aspira a tener la capacidad, la fuerza organizada y la convicción para darle continuidad a esa lucha y lograr la reincorporación de compañeras/os, aunque lleven mucho tiempo despedidos. Como sucedió con los mineros de Río Turbio, en el INTI, en diversas municipalidades, en Fabricaciones Militares y en muchos otros sectores.

En ese camino ATE creció y se organizó, no sólo para resistir, sino fundamentalmente para alimentar la esperanza de la transformación de la sociedad en que vivimos. Y eso es lo que nos permite una perspectiva de futuro, porque lo que convoca a movilizarnos, a marchar, no es la injusticia, es la esperanza. Y con nuestro accionar cotidiano de gremio comprometido, coherente entre lo que decimos y lo que hacemos, fortalecemos las condiciones para que esa esperanza se materialice.

Elecciones Nacionales

Es fundamental que en las elecciones nacionales de octubre trabajemos para que cambie este gobierno que ya no se soporta más. El gobierno de Cambiemos nos ha traído a un abismo, a un infierno social, cualquier cifra lo muestra, lo único que crece en este país es la pobreza, la desocupación, el pago de deuda externa y la inflación. Por esa razón caen todas las demás variables de la economía: la producción, el consumo, las ventas, el empleo.

Pero tanto para cambiar el gobierno como para transformar la democracia, para que la política sea un ejercicio cotidiano de la capacidad de decidir de nuestro pueblo y que no decidan solamente las empresas trasnacionales o los poderosos, la lucha hay que darla todos los días, construyendo unidad y organización popular.

Más que un sindicato

ATE es más que un sindicato no sólo porque lleva adelante diversas luchas que no siempre están asociadas a su objetivo estatutario: defender los derechos de los trabajadores del Estado. Luchas que exceden lo estrictamente gremial como los DDHH, la lucha por el No a la baja de la imputabilidad, por los bienes comunes, contra el extractivismo y los pueblos fumigados, por los pueblos originarios, la soberanía alimentaria, etc., etcétera. En síntesis, porque sentimos como propia cada lucha que se da por el bien del pueblo.

Pero ATE es más que un sindicato también porque está comprometido con todos los actores de la vida social, política y cultural. Para entender este concepto basta con ver la cantidad de libros que editamos en estos tres años, tanto sobre nuestra historia como sobre otras problemáticas, y nuestra participación en la Feria del Libro. Por la cantidad de convenios que firmamos con universidades (la de Lanús, la Jauretche, la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA), con editoriales, con organizaciones de realizadores de cine, por nuestros convenios de formación profesional y de capacitación.

Es más que un sindicato porque a este periódico lo imprime una cooperativa de trabajadores de una empresa recuperada; porque creamos Canal Abierto, un espacio de comunicación que trasciende la prensa institucional; por nuestro apoyo a la cultura y por nuestra integración con innumerables colectivos y asociaciones populares.

Y principalmente, por nuestro aporte a la construcción de poder alternativo para la clase trabajadora, por aportar nuestra pequeña lucecita, nuestro pequeño granito de arena a la perspectiva de construir una democracia de distinto tipo, en la que tengamos el derecho a ser protagonistas y actores fundamentales de la historia de nuestro pueblo.

En este camino me parece que ATE es más que un gremio y es otro de los puntos sobre los que hemos trabajado mucho, y que hay que seguir profundizando.

Fuente: www.ate.org.ar