Camilo Rodríguez y Plaza Ocampo: “Repetir la historia del Corralón?”

Por Miguel Andreis

Una de las temáticas que se ha instalado en la sociedad villamariense son los canjes que lleva adelante la Municipalidad con un grupo de inversores. El primero en quedar fuera de la órbita comunal fue el emblemático Salón de los Deportes que, bajo el proyecto impulsado por el Intendente Martín Gill y con la anuencia del Concejo Deliberante, pasó a manos privadas, quienes construyeron a cambio un centro deportivo, curiosamente en un terreno que no pertenece al Municipio sino a la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) -espacio federal-. Nadie se encargó de explicar detalladamente sobre dicha transacción.  Más complejo se vuelve encontrar respuestas sobre la Plaza Ocampo que todo está dado desde el poder para que siga el mismo camino, aunque en otro sitio.

Camilo Rodríguez, conocido ex dirigente sindical de Villa María, ex Secretario General de la CTA, por años conductor del SUOEM y actualmente integrante del Centro de Jubilados Municipales de la Provincia de Córdoba -entidad enrolada en la CTA Autónoma provincial-, explica sus dudas, tomando en cuenta otros canjes de la Municipalidad, donde abiertamente habría salido perdiendo la comuna un patrimonio que pertenece a la ciudadanía pero que nunca fue explicado.

El corralón municipal

“Lo que me preocupa es que se habla de un canje de patrimonios de los villamarienses, sin aludir a situaciones similares que dio entre la Municipalidad y empresarios locales. Me refiero a lo que sucedió allá por el 2007 con el viejo Corralón Municipal, ubicado en la Avenida General Savio. Barrio Santa Ana, uno de los mejores terrenos de la ciudad. Con mayor valor inmobiliario. Sumando además el espacio que se quedaron del predio del sindicato y lo del Club Argentino, hablamos de 5 hectáreas y media.  Nunca se conoció fehacientemente el valor de lo que entregó y recibió la comuna. No era necesario ser un experto para darse cuenta del valor que aportaba cada quien”.

-¿Qué entregaron los empresarios?

“Un sitio donde levantaron el nuevo Corralón. Construyeron allí dos galpones, baños, cercado… pero digamos que se trata de una ubicación que nada tenía que ver comparativamente con lo entregado. Terrenos ubicados pasando el antiguo tanque de Obras Sanitarias de la Nación, atrás del Barrio Las Acacias. Por entonces se decía que esos terrenos eran de la Municipalidad y que originalmente pertenecieron a la Nación, ésta la pasó con la empresa OSN a la Provincia y la citada al Municipio, la comuna cuando transfiere la misma a los empleados que forman la Cooperativa 15 de Mayo. Lo que nos indicaban que esos terrenos pertenecían al Municipio. Peor negocio si esto fuese cierto, ya que pregunto, entonces qué puso el empresario Rodolfo Chicco además de los galpones de ladrillo hueco y unos baños. El loteo que se hizo en el barrio Santa Ana vale un dineral. La intendencia estaba en manos de Nora Bedano. Las mejoras al citado Corralón los pagó la comuna, es decir los contribuyentes”

-¿No hubo control?

“Ni antes ni ahora. En la actualidad quien debiera intervenir es la auditora Alicia Peresutti. Su función no es defensora del pueblo, sino la de auditar. No la escuché decir nada. Dónde está el control que debe ejercer por cargo de función. Por ejemplo, con el tema de la Plaza Ocampo, quién la valuó, por qué no se llamó a un concurso público. Gill no es el dueño de los bienes de la ciudad, en todo caso tiene la responsabilidad de administrarlos, el canjear o vender su patrimonio es una cuestión mucho más seria. Pero aquí parece que a un sector de la ciudadanía no le interesa demasiado lo que se dictamina desde el poder. ¿Cómo es posible que quieran construir lo que llaman el complejo deportivo en una ubicación que no pertenece al ejido de Villa María, sino a terrenos en zona rural, donde casualmente uno de los empresarios que forman la sociedad adquirente había construido con anticipación unos galpones?”.

“El terreno de la Plaza Ocampo es quizás el más costoso que tenemos en la ciudad. ¿Qué especialista en tasación inmobiliaria trajeron para valuar? ¿Se midió el impacto ambiental? Esto huele a negocio. Un negocio donde pierde la ciudadanía y ganan unos pocos. Estamos hablando de muchos millones de dólares. No veo inquietud en los partidos políticos ni en las instituciones. Más aún, a la hora de votar el oficialismo contó con votos de algunos de la oposición. La sospecha de maniobra de negociado está”.

-Volviendo a los terrenos del Santa Ana ¿quiénes fueron los oferentes?

“Se hizo con dos empresas que aseguraban tenían los mismos intereses, una, la firma CIMA que era de Chicco y la otra Desarrollos Urbanísticos. Lo que pertenecía al predio del SUOEM, originalmente era una hondonada del río y los trabajadores municipales fuimos rellenándolo y ganándole espacio al río. Construimos una cancha de fútbol. Un día vino Pelagio Guzmán, que fue interventor municipal y nos dio una tenencia precaria.  Levantamos un salón que quedó en el medio del predio. Chicco ofreció una pileta grande y otra chica, un salón, baños, iluminación, una ambulancia, casa para el casero y siete sitios, por la mitad del campo. Nora Bedano, intendente por entonces nos entregó la tenencia definitiva por lo que quedaba. Logramos un espacio de 27 mil metros cuadrados. Inmenso. El convenio se hizo en el 2007. Poco de lo prometido se cumplió”.

-¿Por qué no reclamó el sindicato?

“En esto el empresario dio su versión y nadie salió a negarlo.  Chicco indicó que los del sindicato le habían pedido el dinero. Ocurrió que quien había llevado adelante la negociación fue Roberto Pathenay, como corresponde va a una asamblea y expone sobre las negociaciones, los compañeros le avalaron el convenio, sosteniendo que como faltaban tres meses para las elecciones municipales, que la transacción la llevara adelante quien ganase. Pathenay perdió las elecciones. Ganaron Agüero y Quevedo. Ellos habrían terminado el acuerdo. De ahí en más nunca se supo qué pasó con las piletas, la ambulancia, la farmacia… Desconocemos como siguió esta historia y Chicco nunca fue desmentido”.

Mirar casos anteriores

“Ahora nos encontramos con la Placita y no lo planteo como una cuestión histórica, sino el de preservar el patrimonio de la ciudad para no repetir errores. Todo nos hace suponer que políticamente se está operando y los ciudadanos, es como si esa área no nos perteneciera. Lamentablemente parece que se vuelve a repetir la historia del Corralón”.

Fuente: www.elregionalvm.com.ar