Córdoba es el Gobierno del Agronegocio

Por Florencia Guttlein

Con la presencia del Secretario General de la CTA Autónoma de la provincia de Córdoba, Federico Giuliani, se realizó este martes por la tarde la charla vía Zoom “Extractivismo, agronegocios e industricidio: La Crisis Ambiental en Córdoba”. Participaron como disertantes el Dr. Medardo Ávila Vázquez, Médico Pediatra, Docente de la Cátedra de Clínica Pediátrica, en la Facultad de Ciencias Médicas -Universidad Nacional de Córdoba- y Coordinador de la Red Universitaria de Ambiente y Salud y de  la Red de Médicos de Pueblos Fumigados y Dario Ávila, Abogado, asesor y representante legal de la Red Universidaria de Ambiente y Salud, forma parte del Grupo de Madres de Barrio Ituzaingó Anexo, coordinador de Derecho Ambiental, Adscripto a la Cátedra B de Derecho de los Recursos Naturales y Ambiental de la UNC desde 2017 en la actualidad.

El debate contó con la presencia de Claudia Baigorria, Secretaria Adjunta de la CTA Autónoma Nacional y Secretaria Adjunta de la Federación Nacional de Docentes, Investigadores y Creadores Universitarios (CONADU Histórica-CTA). También estuvieron presentes compañeros y compañeras de la Central, Carlos Rang de ATE-SAFCI Córdoba, con estudiantes de la Universidad Nacional de Villa María, entre otros.

Giuliani dio la bienvenida y resaltó la importancia de una mirada integral de la realidad en este contexto de pandemia, donde el Ambiente es un tema fundamental: “Estamos en una provincia y una región claramente explotada por el extractivismo y caracterizada por el monocultivo de la soja. No habría extractivismo, pueblos fumigados sin la connivencia del poder político: El “Cordobesismo” que promovió el ‘boom’ de la soja. Habitamos una provincia que produce alimentos para el mundo pero donde, sin embargo, 1 de cada 2 pibes no come”, sentenció.

En lo que fue la primera de dos charlas magistrales, Ávila Vázquez enfatizó sobre las graves consecuencias que genera el sistema extractivista en la salud de las personas. “La pandemia actual es un síntoma de como nuestro modelo civilizatorio, claramente hegemonizado por el capitalismo, ha producido un impacto impresionante en la tierra. El Ambiente ha ido evolucionando y se ve atacado por prácticas productivas que están condicionadas por prácticas científicas”.

Además resaltó: “La producción se organiza en torno a la reproducción del capital. Las decisiones se toman en función de las necesidades de la reproducción del capital. Córdoba produce el 30% de la cosecha de maíz, soja y trigo de la Argentina con el 8 por ciento de población del país. Y hay 1 millón y medio de personas expuestas a las sustancias agroquímicas, en zonas de fumigación, de las cuales 700 mil son niños menores de 15 años”.

Para graficar el incremento de agrotóxicos en la producción agrícola sostuvo que en 1996 se utilizaban 100 millones de kilos-litros y en 2019 520 millones. Es decir que aumentó un 500 por ciento.

Las cifras del horror

A través de una presentación mostró cifras que son alarmantes: “Varios pueblos fumigados de la provincia de Córdoba tienen tres veces más muertes de cáncer que en el resto, por ejemplo Monte Maíz. Canals, el pueblo de Néstor Roulet, es un pueblo cocinado de agrotóxicos, el 50% de las personas muere de cáncer”, expresó Medardo Ávila Vázquez.

 Las semillas transgénicas

“Cada año se usan cada vez más agrotóxicos, llega a los 500 millones de litros el año pasado. No porque aumente la superficie cultivada sino que hay un problema ecológico en la práctica del agronegocio, donde la naturaleza se adapta y se hace más resistente lo que lleva a los productores a usar dosis más altas para mantener sin malezas sus cosechas. Cada año tienen que comprar un 10 por ciento más de agrotóxico, lo comparo con las ventas de agrotóxicos. No nos jode que Monsanto venda más agrotóxicos”, sentenció Avila, “sino que se envenene de la forma que se lo está haciendo a la población”.

En Córdoba llueve glifosato

“Hemos realizado estudios midiendo agua de lluvia en Barrio Ituzaingó de la ciudad de Córdoba,Marcos Juárez, San Marcos Sud, Noetinger y otros pueblos y los han analizado en la Universidad de La Plata. Todas las muestras tenían glifosato. El veneno está en el aire”, subrayó el Médico de Pueblos Fumigados.

“El glifosato está en el aire. Realizamos un estudio en Monte Maíz y llegamos a encontrar 60 micras de glifosato. Las fumigaciones son incontrolables”, expresó Ávila y puntualizó en la complicidad del Gobierno Provincial con el sistema extractivista: “El Gobierno de Córdoba invierte en el agronegocio y los reproductores sin limitaciones del capital, sacando impuestos inmobiliarios y con leyes como la de las buenas prácticas agrícolas. “Han hecho leyes de buenas prácticas agrícolas que son pura propaganda. No hay buenas prácticas agrícolas. Córdoba es el Gobierno del Agronegocio”. Y explicó que no hay buenas prácticas posibles por la contaminación del ambiente en tierra, aire y agua.

En ese contexto, remarcó que “hay salida: Es posible y necesario producir sin agrotóxicos. Practicar la Argroecología. Hay muchos países europeos que han sido capaces de desarrollar prácticas de cultura sin agrotóxicos manteniendo la rentabilidad”. Señaló que “el Lago San Roque está podrido”, siendo el principal proveedor de agua de la ciudad de Córdoba y la región y cuestionó “que el Gobierno haga obras faraónicas con objetivos electorales y no haya llevado las cloacas al Valle de Punilla”. Para eso es importante centrarse en 3 puntos para disminuir el impacto ambiental:1Deforestación. 2-Efluentes cloacales en el Valle de Punilla y 3- Cese la construcción inmobiliaria que sólo apunta a la reproducción desmedida del capital.

“En la Argentina ya hay alrededor de cien mil hectáreas con producción de alimentos orgánicos. La Agroecología produce soja orgánica que tiene una gran demanda mundial. Argentina es la mayor exportadora de soja orgánica aunque ese tipo de semilla significa solamente el 1 por ciento de la producción de soja transgénica en el país. Las luchas ambientales son luchas anticapitalistas”, remató Ávila Vázquez.

Biodiversidad

Por su parte, Darío Ávila realizó un análisis más amplio a nivel mundial sobre la pérdida de bosques y la pérdida de la biodiversidad esencial para la supervivencia humana. Para decir que lo que estamos discutiendo es un problema planetario que excede a Córdoba, que se da en todo el ecosistema terrestre por el avance desmedido de la frontera agropecuaria. “1/3 tercio de la superficie terrestre está destinado a la agricultura y ganadería”, expresó.

También enfatizó en la biodiversidad y en la transformación de los ecosistemas.” El ambiente es un macrofin. Cuando el hombre interviene sobre los ecosistemas altera el equilibrio de la naturaleza. Los bosques son los ecosistemas donde más encontramos la biodiversidad, mas de 2 mil millones de personas dependemos de los bosques y 60 millones de habitantes de comunidades indígenas viven en estos lugares”, señaló. 

Informes del estado del Ambiente en Argentina 

El último informe del año 2018 dice cuál ha sido la pérdida de la superficie de tierras forestales. A fines del Siclo XIX había 12 millones de bosques y actualmente existen solamente 500 mil hectáres. Año a año fue disminuyendo hasta llegar a una disminución drástica de la pérdida de bosques nativos, que supone también la pérdida de diversidad biológica y de los servicios ambientales. Los bosques son sumideros de carbono y mientras menos haya hay más efecto invernadero.

El Bosque Nativo disminuye a consecuencia del agronegocio. Las perdidas de bosques a nivel mundial en manos del avance de la frontera agropecuaria se da en todo el mundo. En Córdoba la perdida de la masa boscosa se ha destinado a la frontera agropecuaria.

La construcción del discurso del Agronegocio

El Modelo del Agronegocio intenta convencer a la opinión pública diciendo que producen alimentos, pero persiguen rentabilidad, commodities, la maximización de sus propias ganancias. A nadie se le ocurriría pensar que quien usa veneno para producir no lo hacen para paliar el hambre en el mundo sino para reproducir su capital.

“El agronegocio irrumpe en nuestro país con el discurso de paliar el hambre del mundo con las semillas transgénicas. La gente muere de hambre en el mundo no porque falte comida, por la seguridad alimentaria sino que no hay recursos económicos para acceder al alimento”, expresó Ávila.

“La apropiación del lenguaje es parte de la lucha en contra de Monsanto y el Agronegocio. Al agronegocio solo le interesa la especulación financiera, no paliar el hambre en el mundo, porque retienen el alimento en las silobolsas esperando a que suba el dólar”.

Finalmente indicó que la producción agrícola en base a los agrotóxicos viola el artículo 41 de la Constitución Nacional reformada en 1994 que establece la Cláusula Ambiental la cual determina el derecho avivir en un Ambiente sano.

“Digan lo que digan los propagandistas de este Modelo a través de los medios de comunicación hegemónicos que en Córdoba los conocemos muy bien, lo cierto es que la irracionalidad del capitalismo es un agente de destrucción de la naturaleza”, finalizó Darío Ávila en lo que, para la CTA-A Córdoba, significó una experiencia virtual de alto nivel político, social, sanitario, económico y ambiental.