Departamento de Género y Diversidades: Formar y visualizar

Ivanna Aguilera, responsable del área, desarrolla en esta entrevista los principales ejes de trabajo para torcer una realidad de discriminación y violencia sobre la población trans y travesti.

Desde febrero pasado Ivanna Aguilera tiene a cargo el Departamento de Género y Diversidades del Consejo Directivo Provincial, creado a partir de una política de la conducción de ATE que apunta a ampliar derechos y contener nuevas identidades en el marco de la acción sindical.

Aguilera es una compañera que trabaja en la Universidad Nacional de Córdoba, como no docente.

-¿Cómo se integra el colectivo trans y travesti a esta nueva etapa de ATE?

Ivanna Aguilera junto al Secretario General de ATE Córdoba, Federico Giuliani.

-El ingreso de ATE  es muy importante para mí y para mis compañeres que somos población trans y travesti. Estar dentro de un gremio y ocupar un espacio en el departamento Género y Diversidades, donde vamos a realizar  cosas que nunca se hicieron en ATE es la experiencia es muy rica para poder seguir fortaleciendo el conocimiento y empoderándonos.

Nos integramos en febrero de este año, luego de varias conversaciones con la compañera de Río Cuarto Luca de Gras, que es travesti y trabajadora de la Universidad Nacional. En las elecciones del año pasado ella venía acompañando a la lista Verde Violeta del compañero Federico Giuliani y ella siempre me hablaba de lo importante que es estar dentro de los gremios. Mi lucha siempre fue poder acceder al derecho a elegir, y dentro de esa pelea está también el derecho a poder ingresar al mercado laboral formal.

-¿Cuál es la situación general del colectivo en relación al trabajo?

-Las personas trans y travestis tienen la prostitución como único medio de vida y supervivencia. Quiero que quede bien en claro que para nosotras la prostitución no es un trabajo. Pretendemos acceder a los mismos derechos que el resto de les ciudadanes: poder elegir, tener un convenio, acceder a las distintas actividades como el resto de la ciudadanía para poder integrar el mercado laboral. De forma que la prostitución sea una alternativa más elegida por una opción personal, pero en este momento es una imposición para la población trans y travestis. No la elegimos ni lo ejercemos porque si, sino que es lo único que el sistema nos permite para poder sobrevivir.

Lanzamiento de la campaña por la inclusión laboral de trans.

El ejercicio de este oficio lleva a que, más allá de todas las leyes y conquistas que tenemos, la población trans y travestis tenga una expectativa de vida de 36 años. Esto es producto de la mala vida que se lleva, desde muy niña. A los 10 u 11 años quedamos desamparadas, se nos quita la educación cuando empezamos a mostrarnos como quienes somos y también viene el desamparo familiar. Entonces quedas en la calle con esa edad, viviendo en las plazas, con hambre, o cayendo a la casa de una compañera mayor, que lo único que conoce es la prostitución.

Por lo tanto esa menor se convierte en una criatura prostituida. Esto es producto de un el sistema patriarcal que nutre la prostitución de menores de edad, tanto para las mujeres hétero si como para trans y travestis.

La calle te trae violencia de parte de la policía, de parte del cliente, pero también es violencia que tengas que dar una sonrisa para que te den un beso para poder pagar un alquiler. Todo el sistema prostituyente es violento y para una persona trans mucho más. La droga, el alcohol, la falta de cuidados médicos, todo eso se conjuga para que tengamos un promedio de edad de 36 años. La marginalidad es una constante, careciendo de obra social para hacer tratamientos que nos permitan salir de este cuadro.

Aguilera durante su primer día de trabajo en la UNC.

Aquellas personas mayores que sorteamos ese límite es porque tuvimos una familia que nos acompañó y después tuve un compañero de vida que me salvó del estado prostituyente.  Por eso puedo estar hoy hablando, sino sería una más de las personas muertas.

Por eso nuestro trabajo apunta a la inserción laboral de trans y travestis. En 2016 lanzamos desde allí la campaña nacional para la inclusión laboral trans y travestis. Ahora con ATE estamos empezando a trabajar esta campaña.

-En el Estado existe normativa que establece un cupo de laboral para trans y travestis que generalmente no se cumple. ¿Cómo van a trabajar ese tema desde ATE?

-El cupo para nosotras es un techo y no queremos un cupo. Lo que necesitamos es tener inclusión verdadera: poder elegir y decidir de qué queremos trabajar. El Estado tiene que implementar las políticas necesarias para que la inserción laboral sea real. Si bien hay un cupo en el Estado desde la Campaña Nacional creamos un sistema para informar al Estado que necesitamos que se cree un tipo de política para que les privados también tomen a personas trans y travestis, que se contemple el apoyo para el emprendedurismo o el cooperativismo. No queremos formar parte de un cupo, el Estado no pude tomar a todas las personas trans y travestis, ni todas las personas trans y travestis queremos ser empleadas públicas. Somos ciudadanas y ciudadanos con diferentes expectativas que tenemos derecho, igual que cualquiera, a elegir nuestro destino.

Por lo tanto el tema del cupo no va a ser trabajado desde el Departamento de Género y Diversidades de ATE porque es un techo que nos limita. Necesitamos inclusión, no techos.

-¿Cómo se aborda la violencia laboral sobre la población trans y travesti, sobre la que ya alertó durante la presentación sobre los cursos de capacitación sobre género de la Secretaria de Formación?

-Es una realidad concreta que vivimos o hemos vivido aquellos que estamos dentro del sistema laboral formal. En primer término casi la totalidad trabajamos en situaciones de precaridad laboral y con una violencia muy grande. Porque cuando entras as trabajar en algún lado, el trabajador que está al lado tuyo ejerce violencia, es violento. Pero esto es producto de la falta de consciencia y de visualización. Se cae en todos los prejucios, que somos violentas o drogadictas o alcohólicas o delincuentes, que nos movemos de noche y somos promiscuas. Por eso decimos que el sistema laboral también es violento.

La única manera de revertir esta situación, que es producto de la ignorancia y la falta de conocimiento, es con políticas que  contengan a los proyectos de inclusión laboral. Tampoco queremos que nos integren de manera compulsiva porque genera tensiones, por eso la campaña que estamos promoviendo es un proyecto de visualización y formación. Eso es lo que tenemos hacer: visualizar y formar. Desde el departamento que se creó en ATE vamos a apuntar a trabajar sobre les afiliades y les delegades, porque dentro del gremio hay un montón de ignorancia y desconocimiento sobre las personas trans y travestis.

Fuente: www.atecordoba.org