La derecha y las corporaciones auguran un mundo sin sindicatos. Claman por ajustes y quita de derechos. Pero en Europa y Estados Unidos, aunque los grandes medios y la derecha lo tapen, es cada vez más verificable la vigencia de la organización gremial y sus luchas.
Por Adolfo “Fito” Aguirre*
Tras sus vacaciones de 40 días en Qatar, Mauricio Macri elogió a esa monarquía absolutista y dijo que su desarrollo se debe a que “no hay gremios” como en Argentina. El empresario Macri demuestra de manera brutal cuál es su modelo de país y sociedad.
No es casualidad que Qatar sea un modelo para el líder de un grupo empresario que fundó su poder de la mano de la dictadura más sangrienta de la historia argentina.
En Qatar, como en otras de la petromonarquías del Golfo, está vedado el derecho a organizarse sindicalmente y funciona un sistema que se conoce como “Kafala” que hace al patrón dueño del trabajador. Lo venden como un patrocinio, pero en la práctica es una manera de subyugar al trabajador, sobre todo migrante, y explotarlo salvajemente con pagas miserables. Es en realidad una forma de esclavitud moderna. ¿Macri quiere un país donde los trabajadores seamos esclavos? Por supuesto que sí. Cómo olvidar que durante su gobierno espió y apretó a organizaciones de trabajadores. Que su sueño húmedo era dinamitar el Astillero Río Santiago, uno de los emblemas del desarrollo soberano industrial de nuestra patria.
A contramano de la Gestapo Antisindical que añora Macri, y que la clase obrera argentina demostró que solo la podrá instalar aniquilando al pueblo organizado, este 2023 ha sido sacudido por manifestaciones multitudinarias en Europa y Estados Unidos.
Un ejemplo de ese rol valioso de los sindicatos se dio en Francia. Unas cinco millones de personas salieron en cuatro oportunidades a las calles para decirle NO a la reforma neoliberal de Emmanuel Macron que pretende elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años. La excusa es que el sistema es deficitario. Al igual que Macri, el presidente francés ha hecho concesiones ilimitadas a los ricos bajándole los impuestos, pero siempre la variable de ajuste es el trabajador o el jubilado.
Una tremenda ola de paros y manifestaciones en el sector sanitario y de transporte ha sacudido al Reino Unido sorprendiendo al gobierno conservador. La demanda por aumentos salariales y servicios de calidad tiene apoyo social porque viene de arrastre, desde hace al menos 15 años que la derecha viene recortando partidas presupuestarias en el ámbito social y privilegiando a los ricos. Sin embargo, la reacción oficial ha sido enviar al parlamento un paquete de medidas antiobreras que pretenden limitar el derecho a huelga. La respuesta obrera continúa con la moral alta.
También fue histórica en Madrid la marcha contra los recortes brutales en el sistema público de salud de la ultraderechista presidenta de Madrid Isabel Díaz Ayuso. Casi un millón de personas clamaron por una salud 100% pública y de calidad. Y otra vez es la derecha la que muestra el desprecio por sectores esenciales para el desarrollo de una comunidad, que a pesar de regentear a la ciudad más rica de España, es la que menos invierte en el sector.
Estados Unidos siempre ha sido un territorio hostil a la organización sindical. Imposible olvidar que en Chicago se originaron las matanzas por el cumplimiento de las 8 horas. El 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, es en memoria a esos mártires. A pesar de las prácticas desleales de las corporaciones el 68% de la población apoya a los sindicatos. La lucha en cadenas multinacionales como Amazon y Starbucks demuestra el valor de la organización y la persistencia. Allí los trabajadores lograron plantar gremios fuertes y eso es motivo de orgullo y esperanza.
Otros países también muestran la vigencia de la organización sindical, lo vemos a diario en Perú resistiendo a un gobierno asesino o en Brasil marchando contra un golpe, en Colombia siendo sostén del primer gobierno progresista de la historia y de reformas sociales positivas; también el encuentro de la Celac Social con el liderazgo de las centrales de la región. Pero en este análisis ahondé en movimientos que son intencionalmente ignorados por la gran prensa porque ocurren en los centros de poder: es decir, Estados Unidos y Europa.
Como observamos, a las ofensivas autoritarias se contraponen sindicatos fuertes y sociedades organizadas.
*Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA-Autónoma y Coordinador Nacional de la CNTI
Fuente: www.ctainternacionales.org