El final inesperado

Por Manuel Justo Gaggero*

El acuerdo al que habían arribado Nikita Jruschov y John F. Kennedy, por el cual se retiraban los cohetes, los bombardeos y la unidad militar soviética del territorio cubano, había sido recibido con muestras de hondo desagrado por parte del pueblo y del Gobierno revolucionario de esta nación caribeña.

Fidel manifestó “que se sentían transformados en un objeto de cambio”. Por su parte el Che escribió en el periódico Granma “es el ejemplo escalofriante de un pueblo que está dispuesto a inmolarse atómicamente para que sus cenizas sirvan de cimiento a sociedades nuevas, y por eso cuando se hace, sin consultarlo, un pacto por el cual se retiran los cohetes atómicos, no suspira de alivio, no da gracias por la tregua, salta a la palestra para dar su voz propia y única, su posición combatiente…”,

Luego se produjo, lo que todos esperaban, el discurso del máximo líder. Nosotros nos reunimos en el departamento de Alicia Eguren y John Cooke para seguir el mismo y comentar los últimos acontecimientos.

Sus palabras recogían todo el malestar que había provocado una decisión que avasallaba la soberanía de la Isla de la Libertad.

Comenzó diciendo “tenemos con la URSS, serias diferencias a nivel de Gobierno y de Partido… Entendemos que habría que haberle exigido al gobierno estadounidense las siguientes medidas:

  1. a) Cese del bloqueo económico y de la presión comercial.
  2. b) Cese de las actividades subversivas-invasiones de mercenarios, infiltración de espías y saboteadores.
  3. c) Cese de las violaciones al espacio aéreo y de los ataques piratas.
  4. d) Entrega, al gobierno de Cuba, de la base militar de Guantánamo, ilegalmente ocupada por Estados Unidos, en razón de la enmienda Platt (1902) en la que se reconocía al país del Norte su derecho a intervenir militarmente y a retener parte de su territorio.

Sólo de esta forma se garantizaría una paz duradera…”.

Al final de la exposición instó a no bajar la guardia y a prepararse para próximas agresiones.

Alicia y John recordaron el intercambio afectuoso que habían tenido con nuestro compatriota, respecto a la conducta de la Unión Soviética que en todos los casos hacía primar sus intereses nacionales, por sobre la solidaridad con los pueblos y se lamentaron de haber tenido razón.

Los soviéticos intentaron mejorar la relación con Cuba y enviaron a la Isla a Anastas Mikoyan —uno de los funcionarios de más alto nivel del Kremlin-.

Fidel lo hizo esperar 20 días, en territorio cubano, para que tuviera en claro la profundidad de las diferencias, luego lo recibió y reiteró sus críticas al acuerdo.

El funcionario soviético lo invitó a visitar la URSS. Se fijó, como fecha probable, el mes de abril de 1963, para efectuar el viaje.

Efectivamente en el mes indicado hizo su primera visita a la nación de Lenin y Trotsky En el viaje lo acompaño el funcionario mencionado.

En la capital soviética la recepción popular de la población demostró la simpatía que despertaba la joven Revolución. Miles de moscovitas se agolpaban en el camino del aeropuerto a la ciudad y en la histórica Plaza Roja.

En esos días, riéndose a carcajadas, el Che nos contó lo que había sido la recepción oficial en la cena que ofrecieran en honor del ilustre visitante los funcionarios del Kremlin.

Jruschov brindó por la “eterna amistad” de ambas naciones.

Fidel, sobresaltando a los presentes, manifestó “no puedo dejar de expresar mi desacuerdo con la forma en que fueron sacados los cohetes soviéticos de Cuba. No se nos consultó y se tomaron acuerdos a espaldas nuestras después de haber sido nuestra tierra el potencial escenario de una guerra nuclear…”. Nikita Jruschov lo interrumpió señalando “…lo hicimos para evitar un ataque contra Cuba y se logró mantener la paz…”. Una paz precaria —acotó el líder cubano-.

Esta conducta reveló la dosis de estadista indómito de Fidel, e hizo que el Che, en su despedida, dijera “sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo, en los días “luminosos y tristes” de la crisis del Caribe.

*Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre “ y “ Diciembre 20”.