El huevo de la serpiente

Por Manuel Justo Gaggero*

Este es el título de una película del cineasta sueco Ingmar Bergman  del año 1977 en la que  recrea el Berlín de los años 20 y el comienzo de la pesadilla que luego sería el nazismo. La hiperinflación, el desaliento, el antisemitismo  y la apatía son los principales síntomas que presenta la sociedad alemana en la década del 30 a lo que se suma la depresión mundial. Hace su irrupción en este escenario Adolf Hitler con su Partido Nacional Socialista que logra el apoyo de la gran burguesía y propone la reconstrucción “pan germánica” señalando como enemigos a los judíos y a los comunistas bolcheviques.

Este planteo fue observado sin ninguna oposición en los países “occidentales” que estaban preocupados por el avance de la Revolución Rusa comenzada en 1917. Por su parte el líder nazi logra un gran apoyo en  algunos sectores de la sociedad y años más tarde inicia la Segunda Guerra Mundial con todas sus secuelas -el Holocausto, millones de seres humanos sacrificados en campos de concentración y en desiguales combates-. La ficción es que, a trasluz, el huevo de una serpiente muestra una especie de pequeña lombriz que luego se transformara en un peligroso reptil.

Hoy, a 80 años de aquellos sucesos, ocupa la Casa Blanca del país más poderoso del planeta Donald Trump que parece un émulo trágico y patético de aquel que pensaba conquistar Europa y el mundo. Estados Unidos vive desde el 2008 una crisis importante que se suma al éxodo de numerosas plantas industriales –metalúrgicas–automotrices y textiles entre otras-  que se instalan en Asia y en México buscando abaratar los costos laborales.

En dicho año se produce un crack que determina que la sociedad de servicios financieros más importante Lehman  Brothers  Holdyng Inc. se presente en quiebra el 15 de setiembre de ese año. La misma se había involucrado en lo que se llamó “las hipotecas sub prime”. Estas encuentran deudores imposibilitados de hacer frente a sus obligaciones ya que en muchos casos eran dos o más sobre un mismo inmueble. Frente a este panorama, el Presidente Republicano multimillonario, que ha reunido donaciones por más de 200 millones de dólares para financiar su campaña a la reelección en las próximas elecciones de noviembre de este año propuso un programa centrado en la presión a la gran burguesía industrial para que regrese al territorio, en el autoabastecimiento del petróleo, en el fortalecimiento del dólar como moneda internacional y en una clara política proteccionista. Al mismo tiempo que anunciaba su retiro del acuerdo para disminuir los gases que producen el recalentamiento del planeta.

Todo ello acompañado por una reiteración del dominio militar, amenazas de agresión a Irán, intensificación del bloqueo a Cuba, el anuncio de una posible intervención militar en la Venezuela Bolivariana, presencia activa en Siria y en Colombia, apoyo a Israel en su política expansionista y en el genocidio del pueblo palestino. A todo ello suma el inicio de una guerra comercial con la República Popular de China y amenazas veladas de un enfrentamiento armado con este país que podría disputar la hegemonía mundial en la próxima década.

En este contexto aparece la Pandemia del Covid 19 que visibiliza la ausencia de una real cobertura de salud; más de 89 millones de habitantes carecen de la misma. Esta situación hace que se cuenten por cientos de miles los muertos en un 80 %  negros e hispano parlantes. Hoy presenciamos grandes movilizaciones en repudio del asesinato en Minneapolis del ciudadano negro George Floyd que fuera victimizado por una fuerza policial que forma parte del aparato represivo que Donald Trump prepara para la “guerra urbana” y a la que le presta todo el apoyo. Garantizando la impunidad de ésta con una administración de justicia mayoritariamente racista.

Para el responsable de millones de asesinados en la Segunda Guerra los enemigos eran los judíos y los bolcheviques; para su émulo en el Norte son los “subversivos”, “anarquistas negros” y de “extrema izquierda”. En nuestra región se repite este historia “en forma de farsa y tragedia” ya que el actual Presidente de Brasil, el capitán Jair Bolsonaro, invocando convicciones religiosas demoniza a los negros y a todos los que sostienen ideas o principios diferentes a los de él. Intenta que las Fuerzas Armadas asumen el poder institucional a la vez que hostiga al Parlamento.

Veamos la Alemania del 30 y veremos muchas similitudes. Hoy, en medio de la Pandemia y cuando se aguarda el final de la misma cobra actualidad la consiga “Socialismo o Barbarie”. Finalmente el “huevo” tiende a salir de la serpiente. Nuestra lucha en todo el planeta por una sociedad más justa lo impedirá.

*Abogado. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”