El periodismo bajo el poder político: Entre Fake News y Lawfare

Oscar Testa, ex juez y camarista de la Justicia Provincial  y actual Secretario de Derechos Humanos de la CTA Autónoma Regional Río Cuarto, formó parte de un panel en la Semana del Periodista sobre derechos de lxs periodistas. Fake News, Lawfare y otras operaciones de falsas verdades armadas en los medios de comunicación fueron algunos de los temas recorridos.

Por Verónica Franco

“Operaciones de falsas verdades y verdades a medias del poder político existen desde el fondo de los tiempos, pero que la Justicia y la prensa se presten de la manera exponencial con la que lo están haciendo es bastante novedoso” expresó Testa ante unos treinta estudiantes de Comunicación, docentes y trabajadores de la prensa en el salón de la Asociación Gremial Docente el pasado viernes en el marco de una jornada organizada por la Asamblea de Estudiantes de Comunicación de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y el Círculo de la Prensa y la Comunicación de córdoba (Cispren-CTA) Seccional Río Cuarto, con colaboración del Departamento de Comunicación de la UNRC y la CTA Autónoma local.

Fake News y Lawfare, son anglicismos renombrados entre los referentes políticos del momento y que reúnen, de una forma no muy confiable, al periodismo, la justicia y el poder político.

Testa observó que las Fake News o noticias falsas “han suplantado las operaciones que en otras épocas se hacían a través de intervenciones de fuerzas militares, tendientes a denigrar o hacer caer la influencia de determinados pensadores o políticos respecto de aquellas posiciones dominantes en situación crítica” y que “hoy se realizan con la convivencia entre la política, los medios de prensa y la Justicia. Y han llegado a constituirse en artífices de cuestiones trascendentes para el destino de la humanidad”.

En cuanto a las Lawfare, Testa explicó que “es armar una causa judicial en la que se parten de algunos elementos que son ciertos, se consigue instalarlo mediáticamente y existe un juez o fiscal que lo capta y arma una causa”. Se trata de una contracción de Law (ley) y Warfare (guerra), que refiere a una “guerra jurídica”. Es decir, el uso del sistema judicial para desacreditar a un adversario político”, remarcó.

Testa agregó que en estas operaciones “lo que menos importa son las pruebas y el resultado del juicio, porque lo que se pretende es hacer juicios eternos con una enorme difusión mediática que tengan impacto respecto de oposiciones políticas que, habitualmente, tienen que ver con debilitar a aquellos líderes políticos que pretenden el desarrollo del Estado y obtener mayores reivindicaciones para los sectores más postergados de la sociedad”.

Testa expresó que estas operaciones de posverdad se sostienen en la monopolización de los medios de comunicación: “Esa concentración de grandes medios, como Cadena 3 y Clarín y el debilitamiento de las voces minoritarias, independientes que son las únicas que de alguna forma pueden poner el blanco sobre negro, hace que se generen en la sociedad debates que toman como cierta una situación que en su génesis es una mentira”.

Y concluyó que no importa que la mentira se desbarate, sino que la gente la instale y la discuta hasta darle veracidad, aunque las causas terminen en vías muertas por faltas de pruebas y nulidades procesales.