El posible Holocausto del Siglo XXI

Por Manuel Justo Gaggero*

En el Siglo XX  hubo varios episodios sumamente graves que vulneraron y agraviaron a todos los seres humanos generados por Estados Terroristas que cometieron crímenes de “lesa humanidad”. El más grave fue, sin duda, la persecución al pueblo judío desatada en Alemania a partir de la llegada al gobierno del Partido Nazi en 1933. Luego se profundizó con la Shoa o Holocausto a partir de la llamada “solución final” dispuesta por Adolf Hitler en 1941.

Desde ese momento y, hasta el final de la guerra, fueron secuestrados, torturados y asesinados más de 6 millones de  judíos. Algunos  analistas elevan la cifra a 11 millones ya que suman los gitanos, comunistas y opositores al régimen  victimizados no sólo en  territorio alemán sino en los países ocupados. Hannah Arendt  -Filosofa y teórica política alemana de ascendencia judía- lo definió como una expresión de la “banalidad del mal  frente a la cual las palabras y el pensamiento se sienten impotentes” (“Eichman en Jerusalén”).

Dos décadas antes, entre 1915 y 1923, 2 millones de armenios fueron perseguidos y asesinados por el Gobierno de los “Jóvenes Turcos” en el Imperio Otomano. Posteriormente, Estados Unidos masacró a más de 2 millones de vietnamitas para intentar mantener su ocupación ilegal en esta Nación. Por supuesto que hubo, en otros escenarios, acciones criminales de los países coloniales -Francia, Inglaterra, Bélgica y Portugal entre otros- pero nunca de la magnitud de la Shoa.

Otro filósofo alemán, Walter Benjamín, acertadamente señala  “…Es necesario  que la memoria de estos hechos no se olvide pues mientras la causa de los vencidos no triunfe siempre serán posibles nuevos holocaustos..”.

Un  pensamiento premonitorio ya que en estos días asistimos a un paso de la profundización del genocidio del Estado de Israel sobre el pueblo palestino. La decisión del Gobierno Sionista de ese país, encabezado por el corrupto  primer ministro Benjamín Netanyahu, de anexar el territorio ilegalmente ocupado de Cisjordania sin duda apunta a impedir que se  cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas y a revertir, una vez más, los acuerdos que determinaron la creación  de esta Nación.

En 1948 se acordó que Palestina estaría integrada por dos  naciones. Por un lado la judía y por otro la árabe, palestina. Se suponía que habría una convivencia pacífica entre ambas. Eso no fue posible y el país de David Ben Gurión se trasformó en una potencia militar, gendarme de los Estados Unidos en el Medio Oriente; hoy con arsenales nucleares e intervención en los conflictos regionales -Siria y Yemen,entre otros-.

Al mismo tiempo ha transformado la Franja Gaza en un verdadero gueto que alberga a más de 2 millones de palestinos  en condiciones realmente infrahumanas, con escasa y casi nula atención de salud, deficiente educación y viviendas  precarias sin los servicios básicos.El territorio que se pretende anexar a partir del 1° de julio tiene 5860 Km cuadrados de extensión y 20 a 40 kilómetros de ancho y fue ocupado en 1967.

En medio de  la concentración de la información en el tema de la pandemia y con el apoyo de Washington este paso  impedirá, en los hechos, el funcionamiento de las autoridades palestinas. Obviamente la resistencia generará represión y sin duda la poderosa maquinaria militar israelí desatará todo su poder sobre un pueblo que defiende su derecho a la tierra y a una Patria liberada.

Más de 250 mil judíos, sobrevivientes del Holocausto nazi,  se instalaron en el recién conformado Estado de Israel  después de la Segunda Guerra. Los que aún viven y sus descendientes no pueden permitir que se repita la historia que les tocó vivir y que esta vez el Mossad remplace a la SS y la derecha gobernante reproduzca la políticas hitlerianas.

Tratemos que no se cumpla lo que advertía Walter Benjamín y que no estemos frente al Genocidio del Siglo XXI.

Abogado y periodista. Ex Director del Diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”