El pueblo de Chile no está en guerra

Por José Salvador Cárcamo

¿La gota que rebalsó el vaso? ¿La ambición rompe el saco? No son 30 pesos! ¡Son 30 años!

Nadie, ni el mejor de los cientistas políticos previó esta revuelta, esta verdadera rebelión popular. Piñera y su casta empresarial, parlamento incluido, viven en una burbuja que ante las alzas de luz, agua, gas, educación, salud, etc. que padecía el ciudadano medio, guardaban silencio o respondían con sarcasmo. Cuando se les consultaba a los parlamentarios por el precio del pan o del Transantiago los entrevistados no sabían; o los sarcasmos como los del Ministro (Monckeberg) que dijo que el promedio de los chilenos tiene 2 propiedades, incluyendo la casita en la playa; o el desatinado comentario del ministro de Economía (Fontaine) que ante el alza del metro da como solución levantarse más temprano para pagar el horario rebajado y llegar 1 hora antes al trabajo. La élite empresarial y política chilena no ve al humilde poblador o pobladora que llega de amanecida a los consultorios, porque es la única forma de conseguir un número para ser atendido por un médico, que en menos de 10 minutos de atención, lo diagnosticará, y lo enviará por exámenes que demoraran meses, que seguramente derivará en una operación que le llevará años de espera; pero toda esta plegaria del poblador, para un ex subministro (Castillo) es recreación “las personas van temprano a los consultorios para hacer vida social”.
Burla, insensibilidad. Esto explica el descrédito de una clase política y dirigencia que termina acomodándose ante una realidad neoliberal que veían imposible de modificar.

¿Nadie midió por qué la abstención electoral bordea un 50%? ¿Nadie midió que esa alta abtención electoral es mucho mayor en el sector juvenil? ¿Qué del no estar “ni ahí” hoy está tirando piedras y no pateándolas?

¿Y los medios de comunicación? ¿Cuánta responsabilidad tienen los medios de encubrir este descontento? Cuando en vez de ocuparse de un paro o una protesta: del registro civil, del área de la salud, de los profesores, etc. en vez de informar sobre las causas, una y otra vez cubría noticias con los efectos que acarreaba, buscando entrevistar a personas que no respaldaran las movilizaciones ¿cuántas veces lo hicieron? ¿Cuántas veces mostraron las grandes marchas de estudiantes con 1 (un) minuto de las causas y 30 minutos mostrando la violencia? ¿Cuándo dieron a conocer las causas de las muertes de Rodrigo Cisterna, Juan Pablo Jimenez, Macarena Valdés, Alejandro Ríos, Marcelo Catrillanca y tantos otros? Todos dirigentes representantes de sectores sociales disconformes del modelo y asesinados por balas locas o falsos suicidios. Al igual que antes, ahora los medios de comunicación vuelven a esconder el descontento general centrándose en la violencia, en los saqueos, en enemistar al pueblo contra el pueblo.

Nadie previó nada, ¿es que acaso los overoles blancos, los encapuchados de los liceos de Santiago Centro eran extraterrestres? Es un fenómeno social que había que, mínimo, analizar y no criminalizar, ¿es que las muestras de odio, rabia que hoy se manifiestan por doquier no es la misma que muestran esos estudiantes?
Pues bien, ahora Piñera dice que esta en guerra contra el pueblo chileno, son todos delincuentes ¡¡Basta!! Basta de ocultar la realidad.

Frente a este presidente ciego y sordo, y que cuando habla dice que está en guerra con el pueblo de Chile, se escucha la voz joven y sensata del alcalde de Valparaíso acompañado de organizaciones sociales del puerto: “Valparaíso está por todo Chile, por todas esas personas que de forma inédita, de Arica a Magallanes, se han levantado no por 30 pesos, sino por 30 años de injusticias y abusos. Hoy día se tiene un conflicto social no generado por la gente. Generado por una política sorda que por años le ha dado la espalda al pueblo chileno. La solución presidente, Sr Piñera, no es militarizar las calles. Queremos a los militares fuera de nuestras calles, fuera de nuestros barrios… la solución de este conflicto, la seguridad, la garantía que requiere nuestro país va a venir del diálogo, del encuentro, de las propuestas, que se construyan desde la base de los territorios, desde la gente… que no quiere más injusticias, que no quiere más abusos. Militares en la calle es sinónimo de violencia, es sinónimo de tensión en las familias de las chilenas y los chilenos. No queremos que la solución a este conflicto la entreguen los militares. Este conflicto se resuelve con democracia, con diálogo, con encuentro, y no dando las espaldas a las soluciones y a las justas y legítimas demandas de millones de ciudadanos. Sr. Presidente, usted dijo que estábamos en guerra y la gente le respondió en todo Chile con cacerolas, diciéndole que NO ESTAMOS EN GUERRA. Queremos defender la vida, queremos defender la democracia y queremos defender nuestra ciudad de personas como usted”.

Fuente: www.acercandonoscultura.com.ar