El reto de ser mujer migrante y trabajadora en Argentina

La Alianza Global contra la Trata de Mujeres elaboró un informe que narró las experiencias de mujeres migrantes. El documento fue realizado en seis países de América, entre los que se incluye la Argentina.

La Alianza Global contra la Trata de Mujeres (GAATW, sus siglas en inglés) elaboró un informe destinado a conocer y transmitir experiencias de violencia de género en el mundo del trabajado en seis países de América, entre los cuales se incluye la República Argentina, junto a México, Guatemala, Colombia, Perú y Brasil. El documento fue denominado: “¡Menuda manera de ganarnos la vida! Mujeres migrantes contra la violencia en el mundo del trabajo”.

“La perspectiva de género permite entender la violencia contra las mujeres no como un tema personal, sino como un problema que atañe a toda la estructura social y cultural”, señala en un destacado el informe.

Fueron 172 mujeres de oficios feminizados las que participaron de este informe, entre las que destacan las trabajadoras de casas particulares, servicios, textil, sexual y venta ambulante.

Entre los resultados que destaca Chus Álvarez, coordinadora del estudio en conversación con Sonido Gremial, figura que las mujeres que emigran de sus territorios de origen “se responsabilizan del cuidado físico y emocional de la familia y son el sostén económico de la misma, tanto en el país de destino como en los de origen” así como “la falta de servicios públicos y la necesidad económica coacciona a las trabajadoras y les hace tolerar todo tipo de violencias”.

También, Álvarez, hoy ex responsable de la región de América Latina en la Alianza Global contra La Trata de mujeres, subraya la importancia del estudio en lo que tiene que ver con la falta de seguridad en la Justicia percibida por las mujeres sobre las propias instituciones que se deberían encargar por bregar la equidad de su universo, principalmente el laboral y contra el machismo.

Un punto preocupante que marca Álvarez es “que la explotación y las violaciones de los derechos laborales, no son una anomalía en el sistema, sino que están integrados en el paradigma económico neoliberal”. “Las relaciones laborales deben ser adecuadas a las normas internas e internacionales; respetar derechos fundamentales como la libertad, la autonomía y la sindicalización”.

“Es urgente promover una cultura del buen trato y el respeto, que valore y proteja la vida de las personas por el simple hecho de serlo, sin importar de donde vienen o lo que tienen y que no toleren ninguna forma de explotación o abuso hacia las mujeres”, reflexiona entre las frases destacadas de su comunicación con este medio.

Fuente: www.lineasindical.com.ar