El Sindicato de Costureras crece en la CTA Autónoma Córdoba

La alegría de construir un sindicato convive con los problemas diarios que enfrentan las compañeras frente a los bajos sueldos y las condiciones precarias de trabajo, explica la referente en Córdoba, Elizabeth Muradas. Actualmente son 350 afiliadas en la provincia y 3600 en todo el país.

La compañera Elizabeth Muradas, del SATADTyA.

 

La actividad de las costureras a domicilio es una de las ramas históricamente precarizadas dentro de la actividad textil, que carecía de representación sindical hasta que las trabajadoras se organizaron hace seis años en el Sindicato Argentino de Trabajo a Domicilio Textil y Afines (SATADTyA), organización que desde hace un año y medio se integró a la CTA Autónoma.

La alegría de construir un sindicato convive con los problemas diarios que enfrentan las compañeras frente a los bajos sueldos y las condiciones precarias de trabajo.

Para explicar este panorama el programa radial “Entre Todos y Todas”, que emite la Secretaría de Prensa de ATE Córdoba, entrevistó a la compañera Elizabeth Muradas, referente en Córdoba del Sindicato de Costureras y Secretaria de Actas de la CTA-A de la provincia.

“El sindicato nació hace seis años en Mar del Plata de la mano de Mónica Basterrechea, nuestra Secretaria General, y venimos reclamando el cumplimiento de la ley 12713 que regula el trabajo de las costureras a domicilio, que está vigente desde 1941 y solo se puso en práctica en 2008 cuando hubo una tragedia en la ciudad de Buenos Aires por la muerte de unos niños que eran hijitos de costureras bolivianas. Al día de hoy el caso está impune y la muerte  de esos niños nunca fue esclarecida”, afirma Muradas.

La dirigente señala que un acto fundamental para fijar el cobro del trabajo a las costureras como el tarifario “lo establece el Ministerio de Trabajo junto con la Industria del Vestido pero sin la intervención de la representación sindical porque la autoridad no nos reconoce. Por una remera le pagan 230 pesos a una costurera. Para una remera se necesitan tres máquinas y ocho hilos. En Córdoba hay grandes empresarios que ni siquiera eso pagan”.

“Además -agrega Muradas- necesitamos el reconocimiento del trabajo a domicilio porque las costureras ponemos todo, desde la luz a las máquinas y los hilos. Los empresarios solo nos dan las prendas cortadas por molde y nosotras cosemos”. En todo el país somos más de 3400 afiliadas.

La dirigente reconoce el salto de calidad organizativo que tuvo el gremio desde su ingreso a la CTA-A y afirma que “nos ha dado una mano impresionante para difundir nuestra actividad”. Actualmente en Córdoba la organización cuenta con 350 afiliadas y son más de 3600 en todo el país.

Fuente: www.atecordoba.org