El trabajo de escribir

La Unión de Escritoras y Escritores realizó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires un encuentro para debatir y enriquecer el proyecto de ley que crearía el Instituto Nacional del Libro y reafirmar que “Escribir es un trabajo”. La actividad, convocada por la Secretaría de Cultura de la CTA-A que conduce Viviana García, dio cita a un gran número de trabajadoras y trabajadores del campo literario.

Por Miguel Aguirre

La charla debate contó con la presencia en el panel de expositores/as como Marcelo Guerrieri, Juan Mattio, Pía Bouzas, Deborah Mundani, María Inés Krimer, y la participación del también escritor y dirigente de la Central Autónoma Jorge Yabkowski, quienes analizaron el estado de la industria y, sobre todo, pusieron la mirada sobre el escritor y la escritora en tanto creadores de la obra artística. La necesidad de reconocerse como trabajadorxs y el hecho de que el proyecto de ley que crea el Instituto Nacional del Libro ya tenga estado parlamentario guiaron las exposiciones y el intercambio con los asistentes.

En este sentido, Yabkowski problematizó la noción de “mercado” en el hecho literario y propuso pensar el libro como un objeto no mercantil ya que “existe un mercado limitado para vender libros pero también hay demandas de lectura mucho más grandes que deben ser atendidas, estamos ante un campo literario y un campo de la cultura inmenso y aquí debe estar presente el Estado con mecanismos no mercantiles y, para esto, tiene que haber presupuesto”.

Krimer habló de los inicios de la Unión de Escritores y Escritoras, que se constituyó en 2017 a raíz de la crisis del mundo editorial cuando la producción del sector cayó estrepitosamente afectando tanto a las editoriales y a lxs librerxs como a lxs escritorxs. “Al principio nos costaba reconocemos como trabajadores y con 400 colegas presentamos una solicitada preguntándonos esto”, expresó.

Luego Krimer se metió directamente con la agenda de reivindicaciones de la Unión: un nomenclador para cobrar cada actividad y la implementación de mecanismos de control para saber cómo están las ventas en las librerías son algunas de las demandas. Además, “hicimos un petitorio para reclamar el pago de premios nacionales, participamos de la discusión de la ley del libro, acompañamos a los autores en sus reclamos y estamos presentes en las reivindicaciones de género y participamos en las actividades por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito”.

Marcelo Guerrieri describió con detalle la participación en el proyecto de ley que crea el Instituto Nacional del Libro y afirmó: “Somos la parte fundamental de la industria editorial, estamos presentes desde del inicio porque somos los que damos origen a la creación de la obra y por ello nuestros derechos deben estar presentes en la ley”, demandó el escritor y docente, a la vez que valoró que el proyecto ya esté en el Parlamento.

“La ley tiene que pensar a los tres sectores, es decir, escritorxs, editoriales y librerías, en igualdad y donde ganemos todos. Para ello tiene que haber paridad en la representación del directorio del futuro Instituto del Libro y el director debería ser designando con independencia de los poderes políticos y con autarquía financiera ya que no puede estar sujeto a las decisiones presupuestarias de la Secretaría de Cultura”, dijo Guerrieri quien también interrogó a la audiencia sobre “¿cuál es nuestra relación laboral en la industria del libro?”, para luego responder: ”Es precaria en términos laborales y la ley debe proteger nuestros derechos”.

La participación de Bouzas comenzó cuestionando el modo en que la Feria del Libro pretende referenciar a los escritores y escritoras: “Presenta a los autores como celebridades. A mí me gusta pensar en los autores de carne y hueso”, dijo y luego se preguntó de qué vive un escritor y describió las distintas realidades de los trabajadores de la escritura de nuestro país y del mundo.

Pía Bouzas también abordó el tema de la “profesionalización del escritor” y afirmó que esto “no tiene tanto que ver con sus ingresos por ese trabajo sino con su espertiz”.

Juan Mattio contó que forma parte del colectivo Trabajadores de la Palabra y relató que se organizaron a partir de la experiencia de despidos en la agencia Télam y profundizó en su análisis sobre la venta de la fuerza de trabajo del escritor: “La idea de que el escritor se sustenta con el mercado genera el problema de que sólo el mercado legítima tu trabajo. Otro problema es el tiempo de entrega y finalmente está el tema del Valor, ya que valor literario y valor de mercado no es lo mismo, sino deberíamos escribir para vender y únicamente para lo que el mercado demanda. Al mercado le interesa generar “Genios” que seguramente serán muy difíciles de agremiar”.

Finalmente Mattio propuso: “Debemos dejar de escribir sobre huelgas para hacer huelgas nosotros. La Ley del libro está pensada desde las editoriales y los libreros, no piensa en los lectores y en las bibliotecas: El capitalismo, si no hubiera encontrado la literatura, no la hubiera inventado”, concluyó enfático el escritor.

“Hay que diseñar políticas públicas que regulen la industria editorial”, propuso a su turno Déborah Mundani, a la vez que interpeló a los presentes respecto del rol que lxs escritorxs van a asumir en el Instituto Nacional del Libro, y continuó: “El escritor no está por fuera de la realidad, no está en la Torre de Marfil. El mercado no debería legitimarnos y la lógica literaria no debería funcionar con escritores puestos en el papel de estrellas. Debemos pensar como colectivo, dónde las actitudes individuales se diluyen”.

El extenso debate abordó también temas como el papel de instituciones como ARGENTORES y la SADE, además de la promoción de la lectura, el espacio de las bibliotecas populares y las Universidades, entre otros. “Hay que discutir la ley, los invitamos a juntarnos y debatir como trabajadores, porque somos parte”, concluyeron desde la Unión de Escritoras y Escritores.

Fuente: www.agenciacta.org