El actual Secretario General de la CTA Autónoma de Córdoba, recientemente electo Secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en la provincia, Federico Giuliani, pasó por los estudios de Radio Eterogenia para sostener una conversación con Mariano Pacheco, periodista de Resumen Latinoamericano.
El entorno familiar de las militancias setentistas y el trabajo de base en la ciudad de Río Cuarto; el paso por la Universidad de Tucumán, la militancia en los años noventa y la fundación de la CTA; el vínculo entre experiencia sindical y trabajo territorial; los gremios durante el Macrismo y los desafíos de la hora en medio de esta transición hacia el Fernandismo. Una charla a fondo con un joven dirigente sindical, pero que lleva en sus espaldas una ya intensa trayectoria de activismo político.
-Estamos en un momento de transición no sólo del país, sino de las funciones un poco al frente de estas experiencias que de todos modos están muy interrelacionadas entre sí como es el caso de la CTA-A y de ATE Córdoba.
– Sí, la del 7 de agosto fue una elección histórica en Córdoba. Por primera vez los acuerdos de la rosca y la mesa chica no saldan, decidimos con un conjunto de compañeros y compañeras, jóvenes, mujeres, algunos con más experiencia, plantear un proyecto integral para ATE, para reconstruir nuestro sindicato y plantarlo como referencia ante el Estado patrón, un hecho histórico porque hubo cinco listas. Ganamos de manera rotunda la elección, y desde noviembre vamos a estar asumiendo formalmente pero ya comenzando a trazar y delinear algunos ejes de trabajo, reagrupando parte de los compañeros y compañeras que están en los sectores y la necesidad, para lo que se viene, de la unidad. La elección ya pasó, y es necesario construir un sindicato de puertas abiertas, con amplitud, que tenga debate, que nos tengamos que putear no hay problema, pero que después podamos sacar posiciones en conjunto y llevarlas a la práctica. Nosotros entendemos que ATE tiene una historia importante, un sindicato de 94 años, Personería Gremial Número 2, la más antigua de la Argentina, y en el caso mío la primera vez que a ATE Córdoba lo va a conducir un riocuartense.
-Una transición que también se yuxtapone con la del país, sobre eso me gustaría conversar en un ratito. Bueno, sos riocuartense y de una familia militante también ¿no? sobre todo a través de la figura de tu viejo, que está con el Sindicato de Prensa también desde hace mucho años en Córdoba. Me gustaría que nos compartas como fue por un lado, eso de criarse en una familia de activistas sindicales, políticos, militantes, y también cual es la labor que han venido realizando con la experiencia en Río Cuarto que vienen haciendo con la CTA hace varios años.
-En primer lugar, yo soy hijo de un viejo militante de la ciudad, histórico, detenido político durante la dictadura, de hecho cuando yo nací, a los pocos meses de haber él caído preso, me tocó ese periplo de los casi ocho años de detención de mi viejo, recorrer muchos penales en Argentina. Así que sus dos hermanos, mis dos tíos, también estuvieron presos, el hermano más grande de mi vieja, también militante político que estuvo detenido, muchos amigos de la familia que están desaparecidos o se tuvieron que exiliar. La génesis nuestra está con mi abuelo que fue un médico peronista histórico en Río cuarto, en una ciudad con una matriz reaccionaria y gorila.
-Desde chico ya mamamos esa rebeldía ante las injusticias, esa construcción de valores como la solidaridad y la cuestión comunitaria, y yo de muy pibe me arrimé a militar en el secundario, después me fui a estudiar Arqueología a Tucumán, ahí tuve la posibilidad de militar en la Universidad hasta que finalmente recalamos de vuelta en Río Cuarto, nos metimos a full en el territorio, ese laburo territorial en una ciudad muy desigual, enclavada en la “Pampa Gringa”, en el corazón sojero, que por un lado te muestra el boom de las 4×4, de los edificios, el boom inmobiliario y a diez cuadras de la Plaza Central las barriadas nuestras no tienen agua, no tienen luz. Es una ciudad donde los números están por encima de la media nacional con respecto a la desocupación, a la pobreza y al trabajo en negro.
-Nos fuimos metiendo en el territorio, nos fuimos haciendo un poco cargo de la CTA Río Cuarto hasta que nos tocó ser conducción y a la par empezar a militar en el sindicato. Yo entré a laburar en el 2003 en el SENASA, y ahí nomás fui electo delegado de base. Hice todo el camino que me llevó también a ser conducción en ATE Río Cuarto. El laburo que nosotros tenemos en la ciudad la verdad que ha ido de menor a mayor, hoy somos la organización social, como CTA, más grande de la ciudad. Acabamos de venir el 28 de agosto de una movilización muy importante en sintonía con lo que plantea nuestra Central y la tríada de San Cayetano, con respecto a la Emergencia Alimentaria, Social y en Adicciones.
-Ahí fuimos haciendo pie, creciendo en el territorio, y tenemos una referencia importante, más allá de esta situación de pobreza, de desigualdad social, en donde el hambre sigue siendo un crimen y los pibes se nos están muriendo, en donde avanzó el narcotráfico y el gatillo fácil de la policía. Ahí digo lo paliativo es el merendero, los comedores, pero a la par son espacios que tenemos de organización popular, de construcción de poder popular. En esta etapa de resistencia lo comunitario no deja de ser revolucionario.
-Hay que pensar en el buen vivir y eso supone el acceso a la tierra, a un trabajo digno, a la salud y a la educación, a tener una vivienda propia, en ese marco es que intentamos que esa posibilidad que hemos desarrollado en Río Cuarto, que tiene mucha mística lo que es fundamental para cualquier construcción política, la podamos desplegar en el territorio cordobés. Por eso creo que esa experiencia de la CTA Río Cuarto se leyó muy bien en su momento en la CTA Provincia para que podamos ser parte de una construcción colectiva y poder llevar a los diferentes territorios de Córdoba esta propuesta, esta forma de militar, que antes que los cargos es eso, ser un militante del campo popular más allá de los lugares que nos toque ocupar de las instituciones en donde nosotros participamos y militamos. Siempre por el voto de los compañeros y compañeras afiliados, eso creo que es importante, nunca estar sentado ocupando un lugar a dedo, la verdad que todos los lugares que nos ha tocado gestionar o conducir desde lo colectivo fue a través del voto de los compañeros y compañeras.
-Como dijiste vos, mi viejo militante montonero detenido en el 75, salió en el 82. En el 84 entró a laburar en un periódico de allá, que se llama diario Puntal, que es el único que hoy sobrevivió a las diferentes crisis que pasó la Argentina. Militante histórico del sindicalismo de prensa cordobés y de la CTA a nivel provincial y nacional, así que para mi, el viejo es un referente, un compañero con el cual tenemos muchísimas diferencias, debates y discusiones, pero no me cabe la menor duda de que es un faro, un tipo en el cual uno se recuesta muchas veces ante las dudas, inquietudes, y con mucha fraternidad por ahí tenemos acalorados debates, pero sabiendo que por su experiencia, su recorrido, pero sobretodo por su coherencia política y humana de vivir como habla, de hacer lo que dice, siempre deja una enseñanza.
-Me gustaría que compartas con nosotros alguna reflexión respecto del rol que jugó ATE-CTA en particular pero también el movimiento sindical en estos cuatro años de macrismo ya casi, en donde han sucedido simultáneamente huelgas, movilizaciones y exigencias de que el sindicalismo toma un papel más activo que para mucha gente no ha tomado, y también diferentes procesos de resistencia, en el sector del Estado, donde con todo este discurso de que el estado estaba heredando una cantidad enorme de ñoquis el macrismo atacó primeramente al sector de trabajadores del estado.
-La valoración que hago es que los sindicatos y la clase dirigente y política en general hoy es el reflejo de la derrota frente a la dictadura genocida del 76. Nuestros mejores cuadros no están, o no estuvieron durante mucho tiempo, ante eso después vino la debacle del Menemismo, gran parte del sindicalismo se convirtió en empresarial, en ese contexto nos tocaron en estos cuatro años, que creo que fue la peor pesadilla de los argentinos, con el Macrismo, caminar este proceso de resistencia. Yo creo que la discusión de los trabajadores es justamente que la mayoría no está sindicalizado, ya sea por las condiciones de trabajo, o porque los sindicatos no llegan, o como por ejemplo en el sector privado, que en el 87 por ciento de los establecimientos fabriles o productivos, no hay delegados, porque o la burocracia sindical no quiere, o la patronal te echa. ATE le hizo el primer Paro Nacional a Macri el 24 de febrero del 2016, justamente porque esta oligarquía recalcitrante y los grupos económicos han hecho pie utilizando la consigna lamentable que tuvo Martínez de Hoz en la dictadura: “Achicar el Estado para agrandar la Nación”, cuando en cualquier lugar del mundo el Estado regula, controla, asiste.
-El Macrismo obviamente planteó el corrimiento del Estado para darle lugar al sector privado, para que las funciones indelegables del Estado pasen a manos de privados para hacer negocios, para que los grupos económicos amigos del poder se lleven la plata y la fuguen al exterior. En ese contexto, lo primero que arrasaron fueron los organismos nacionales de Defensa, como el Astillero Río Santiago, como Fabricaciones Militares, acá nomás cerquita en Córdoba hemos tenido en dos fábricas que tiene el organismos en la provincia, en Río Tercero y Villa María, casi 200 despidos. Atacaron los organismos de Defensa, los organismos de producción o de control, como puede ser el SENASA, la Secretaría de Agricultura Familiar, degradaron el Ministerio de Trabajo a Secretaría, degradaron el Ministerio de Agroindustria a Secretaria, aunque después recularon y volvió a tener el mismo estatus. Lo que hicieron con el Ministerio de Salud, lo han hecho con Ciencia y Técnica, lo han hecho con Cultura. En definitiva, es correr al Estado, achicarlo a su máxima expresión para que no tenga una presencia en el territorio y que no asista, regule, controle para que justamente el privado haga negocios.
-Desde ATE, más o menos hemos contabilizado unos 35 mil despidos en los organismos del Estado Nacional, justamente hemos creado una Comisión de Relevamiento de los Despedidos de la era Macri dentro de ATE, que se está trabajando territorio por territorio, provincia por provincia, organismo por organismo, para que el Gobierno que venga, que seguramente no va a ser el de Macri, produzca las condiciones necesarias para lograr una amnistía de esos despedidos que nosotros consideramos arbitrarios, injustos porque eran trabajadores y trabajadoras que llevaban el Estado a donde el Estado no está. Así que en ese marco ha habido un desguace importante de organismos enteros, ha habido vaciamiento, tercerización de funciones y el achicamiento del Estado. No porque el Estado no esté ahí presente, sino porque ahora hay un privado ¿no?
-La realidad de los argentinos que la están pasando mal no tiene nada que ver con los tiempos electorales ni con los cronogramas ya fijados, ¿quién puede pensar cómo va a estar el país de acá al 27 de octubre? ¿ o de acá al 10 de diciembre? Hemos sido de los sindicatos y de las centrales más combativas en este proceso, convergiendo mucho con los movimientos sociales, creo que vuelve mucho la discusión hacia los 90, con respecto a cuál es el sujeto histórico de la clase trabajadora. Nos parece importante la experiencia de la CTEP, de Barrios de Pie, de la CCC, la de la propia CTA que construyó la Federación Nacional Territorial (FeNat) que es una réplica de lo que fue la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) de los ’90. La convergencia apunta a nuclear a los que tienen la posibilidad de trabajar con los desocupados, precarizados, de la economía popular, los movimientos sociales y el movimiento feminista, que creo que es un proceso interesante que se ha dado en la Argentina.
-Hemos sido punta de lanza en estos cuatro años, desde el punto de vista de ganar la calle, a diferencia del sindicalismo burócrata que no vive como los representados que dice tener, que ha sido muy disciplinado, muy domesticado, y muy benévolo con este Gobierno. Así que, por un lado, hay un sindicalismo amarillo, acuerdista, y por el otro, un sindicalismo combativo pero que también tiene propuesta y articular permanente con los movimientos sociales, las expresiones culturales. Esto ha generado las condiciones de resistencia para que el Macrismo esté dando sus últimos pasos. No nos cabe la menor duda de que si no hubiera sido al fragor de la lucha popular no se habrían dado las condiciones objetivas que se verificaron en las PASO permitiendo que Alberto Fernández, con todas las diferencias que podamos tener, ocupe el Gobierno, la Presidencia de la Nación y al menos podamos empezar a recuperar algo del terreno que se perdió.
-En una Argentina muy convulsionada, ¿cómo se está viviendo en las bases de los trabajadores de la CTA esta situación que atravesamos en estos días?
-Primero plantear que este Gobierno planificó este saqueo. Muchos lo catalogan como improvisado, como que le erran y en realidad es un saqueo exitosísimo. Han profundizado la pobreza, la desigualdad en la Argentina, a partir del beneficio de unos pocos sectores concentrados en la riqueza que se produce en el país. No es menor que este Gobierno asumió y lo primero que hizo fue sacarle las retenciones a los sojeros, a la mega minería. La renta financiera, la timba, no paga impuestos. Un laburante que gana un salario digno tiene que pagar Impuesto a las Ganancias. Está claro que las medidas que el Gobierno hoy esta implementando para frenar la disparada del dólar y la fuga de capitales es tardía, ya se la han llevado en pala.
-Lo que nos queda es seguir construyendo esa fuerza organizada en el territorio, ya sea en la fábrica como en el barrio, para lo que va a venir de acá en adelante. ¿Cómo volver a tener un destino y un horizonte distinto? Nos parece que con más participación, más crecimiento y fortalecimiento de las organizaciones populares para marcarle la agenda al Gobierno que venga. Marcar una agenda programática y de saber que si se la ignora no vamos a abandonar la calle.
-Parece que hoy hay algunos compañeros que plantean esto de dejar deslizar con tranquilidad las cosas hasta el 27 de octubre y la realidad es que el hambre, la falta de laburo, son urgentes. Recién hablaba de los miles de despedidos que tuvimos en el Estado Nacional, lo que no te hablo es de los cientos de compañeros que se suicidaron, que se quedaron sin trabajo o que murieron producto de la depresión por los despidos. Hablamos de compañeros con 10 o 15 años de antigüedad que lamentablemente el Gobierno Kirchnerista no les garantizó las condiciones básicas de estabilidad laboral, de lo cual se agarró el Macrismo para construir este pequeño Estado que ellos quieren.
-Aunque algunos quieran transitar esta transición sin hacer olas, lo cierto es que ante el agrandamiento de la brecha entre los sectores que más ganan y los que menos tienen está claro que esta supuesta normalidad va a ser difícil de sostener hasta el 27 de octubre. Nos parece que esta intranquilidad hay que capitalizarla con más debate, más participación, mas organización. Por eso nosotros venimos el 28 de agosto con una jornada multitudinaria a nivel nacional, con cortes de ruta, ollas populares, marcha a Plaza de Mayo. El 30 de agosto se movilizaron cientos de compañeros a la discusión del Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil y el 10 de septiembre desde ATE hemos convocado a este Paro Nacional, en conjunto con otras centrales obreras. Estos hitos nos van marcando el tiempo de que luche y se van. Cuanto más rápido se vayan mejor.
-La CTA tiene un cuarto de siglo de existencia, ¿no?
-Sí. De 1992.
-Surgió al calor de esta experiencia que vos comentabas sobre los movimientos sociales, dándole forma política a la bronca y a la resistencia que surgió tras las privatizaciones y el proceso de desocupación masivo generada por el gobierno de Menem y también ante una claudicación evidente de las direcciones de la CGT. Pasados 25 años como ves vos, si hay alguna discusión en la CTA que, por otro lado, la CTA también sufrió una fractura y la CGT también sufrió diferentes fracturas y ramificaciones. ¿Cómo ven el mundo sindical de cara a lo que viene? En este contexto donde también durante los años kirchneristas hubo cierta expectativa de que se podía lograr un avance en términos legales que en su momento no ocurrió por alguna decisión del Gobierno de respaldarse en los sectores más clásicos del peronismo para sostener la gobernabilidad.
-La CTA de los 90 no es la de hoy. Esa CTA que supo construir la Marcha Federal del 94, que supo construir la Marcha Grande a pata, de Rosario a Capital Federal hoy no existe. Creo que la Central, al igual que el conjunto de las organizaciones populares en Argentina, no es ajena a la crisis dirigencial, a la atomización, a la fractura. Muchas veces por personalismo y sectarismo que han primado a la hora de la discusión y han imposibilitado la unidad política. Insisto, creo que cuando uno plantea el panorama también tiene que ver con el recambio dirigencial que hoy no está. Muchos cuadros de base piden pista pero no logran acceder a la conducción de los sindicatos. Durante el kirchnerismo lo que nos pasó fue que, como muchas de las organizaciones que no se alineaban con el Gobierno, quedamos afuera. En el 2010 vino la fractura y en el 2016 se volvió a fracturar la CTA.
-En el marco de crisis de representatividad, de fracturas, y de atomización parece que las pequeñas y las micro experiencias que se van dando en el territorio, en las fábricas o en el barrio, en los sindicatos a nivel regional o provincial son un poco las que marcan el tiempo. En esta Córdoba tan contradictoria Macri sacó en las últimas PASO 14 puntos por encima de Alberto Fernández. Hay que hacerse una autocrítica. Existe una camada generacional de compañeros y compañeras que vienen planteando ese debate y la necesidad de pegar un golpe de timón y plantear un programa que recoja los lineamientos de los programas de Huerta Grande y La Falda, donde los trabajadores no sólo discutíamos salarios, condiciones de trabajo, sino también un proyecto de país, qué pensamos de la soberanía, qué pensamos de los recursos y bienes comunes. En definitiva, creo que estamos en ese tiempo.
-Germán Abdala decía que no está mal que los dirigentes militen en partidos políticos, pero en todo caso que no traigan las discusiones de los partidos a las centrales o a los sindicatos de base, sino al revés. Que los sindicatos y los gremios y las centrales les fijen las políticas a los partidos, desde la autonomía, sabiendo que en los gobiernos que pasen, por más simpatía que podamos tener, nos debemos a defender los derechos de los compañeros y las compañeras. Insisto, me parece que hay que hurgar mucho en la composición y en la construcción de los movimientos sociales y hurgar mucho y reflejarse mucho en la construcción del movimiento feminista. Ahí hay mucho para sacar y construir a futuro.
-Se me viene a la cabeza la imagen de diciembre de 2017 en congreso y el rol que aun juegan los sindicatos en la argentina, en relación a otros países del mundo. En esta paradoja donde si bien muchas veces están inmovilizados o con una movilización relativa y con burocracias fuertemente conquistadas desde hace muchos años, la Argentina sigue siendo uno de los países con mayor índice de afiliación en América Latina y en el mundo. En momento claves como en diciembre de 2017, aún con esas burocracias, gobiernos como los de Macri van por todo, y tratan de desmantelar lo que queda de esa memoria histórica de la que vos hacías referencias, de La Falda, Huerta Grande, que jugaron un rol dinamizador de la lucha sindical y de la lucha revolucionaria en general. En ese sentido si querés compartir alguna reflexión final de cara a lo que se viene.
-Solo decir que esto de la resistencia que hemos hecho algunas organizaciones sociales en la calle tiene que ver con esto, de haber frenado parte de la reforma. Creemos que el golpe al Macrismo nace en ese diciembre del 2017, en donde no pudieron llevar a cabo la tan ansiada Reforma Previsional, que venía por nuestros derechos, que ante el ataque permanente por la superestructura del Gobierno Nacional y de la superestructura mediática con respecto a lo que significan los sindicatos siguen siendo nuestras herramientas naturales de lucha. La gente salió a la calle, se expresó y se frenó aunque sea temporariamente esa reforma.
-Me parece que ese es el camino. Y creo que para lo que viene es la discusión del reagrupamiento del campo popular. Yo no sé si se va a llamar CTA, CTF, CGT, o lo que fuere, pero va a tener un poco de cada una. Es el reagrupamiento de los sectores del campo popular en una perspectiva de construcción del Movimiento Nacional Popular y de Liberación en Argentina.
-La reflexión final es terminar con esta pesadilla prontamente, marcar agenda, no abandonar la calle y apuntalar mucho la organización popular, la participación del conjunto de los compañeros y las compañeras. Algo importante para la etapa que se viene es la formación. Nosotros no podemos tener militantes, dirigentes o nuestros cuadros sin formación política. Saber de historia, de actualidad, tener herramientas y elementos para darle la discusión al enemigo. El enemigo que crea universidades, crea fundaciones, foros, creo que a nosotros en estos años nos faltó debate y formación política. Para ser funcionarios de un Gobierno más popular que el Macrismo hay una inmensa fila, el tema es si construimos una militancia y una dirigencia crítica de la realidad social, o solamente compañeros que vayan por los cargos y la plata. En ese marco me parece que la etapa que se viene tiene que estar marcada fuertemente por la participación, el debate y la formación integral de nuestra militancia y de nuestros cuadros en particular.
PROFANAS PALABRAS. Pasado y Presente de la Argentina y El Mundo.
El programa se emite, en vivo, todos los martes de 16 a 17 horas por Radio Eterogenia.
Mariano Pacheco (Conducción)
Pablo Cervigni (asistente multimedia)
BLOG: www.profanaspalabras.blogspot.com
Fuente: www.resumenlatinoamericano.org