Fabricaciones Militares, otra reunión, nuevas promesas y los despidos como antecedente

OPINIÓN

La semana anterior, se realizó una nueva reunión en Buenos Aires, más concretamente en la DGFM, en donde se anunció un “2019 promisorio”. Sin embargo, no es la primera ocasión en que se informa de los planes productivos para las industrias y la reactivación de las mismas. Luego, la realidad, es muy diferente.

Por Fabián Menichetti*

Cuando se escribe este análisis, es lunes. Ese es un dato objetivo. Luego, si es un lunes malo o bueno, por las condiciones del tiempo, quedará a criterio de cada persona. Ese es un dato subjetivo.

Objetivamente, se realizaron muchas reuniones en Buenos Aires, entre autoridades de las ciudades en donde existen fábricas militares, como el caso de Río Tercero, con las de la DGFM.

Siempre se adujo que la empresa arroja “déficit”, aunque también se anticipó que esa condición sería revertida, aunque no se explicaba el método (que se conocería luego), además de indicarse, como sucedió el jueves de la semana anterior,  sobre un futuro “promisorio”.

Sucedió con Héctor Lostri, el primer interventor del organismo estatal del actual Gobierno Nacional, inclusive cuando visitó Río Tercero en abril de 2017. Había señalado: “No está previsto que haya despidos”. Y agregaba que se trabajaba para incrementar la producción.

Sobre el personal contratado y su pase a planta permanente, inclusive había asegurado que era “un proceso que ya comenzó”. Es más, sobre la producción, anticipaba que además de la reparación de los vagones del Belgrano Cargas, se haría lo propio con otros de pasajeros, aunque no se habían rubricado los contratos.

En agosto de 2017, el Gobierno designaba al nuevo interventor de la DGFM, Luis Riva. Lostri dejaba ese cargo, sin el anunciado pase a planta permanente de los contratados, con algunos vagones que estaban siendo reparados y los contratos para hacer lo propio con los de pasajeros, esperando ser firmados.

Riva asumía el 3 de agosto de 2017, como está señalado. Al cierre de ese año, se producían lo que había negado su antecesor: los primeros despidos en las plantas estatales, el cierre de Fanazul, además de continuar con las cesantías iniciadas por Lostri en la sede central del organismo en Buenos Aires.

En julio de 2018, Riva se alejaba de ese cargo. No hacía mucho, luego de los despidos y el cierre de Azul, había señalado que no habría más reducción de personal en el corto plazo “porque pensamos que hay que expandirse trabajando y generando nuevos negocios y nueva actividad”.

Lo reemplazó quien está actualmente en la intervención, Ricardo Casal. Hasta ese momento, ocupaba la subintervención. En la gestión de Casal, lejos de lo que había anunciado Riva, y más lejos aún de lo que había asegurado Lostri, al cierre de 2018, se produjeron nuevas cesantías en las industrias.

El dato objetivo, como que hoy es lunes, es que en el transcurso de un año, entre diciembre de 2017 y el mismo mes de 2018, se produjeron 100 despidos, por caso, en la Fábrica Militar Río Tercero.

La no renovación de un centenar de contratos, evidentemente impactó fuerte en la economía riotercerense, como sucedió en otras ciudades, tal el caso de Villa María y Fray Luis Beltrán. Y ni hablar de Azul, en donde directamente se quedaron sin fábrica.

El anuncio de que “los logros alcanzados en los aspectos organizacionales, económicos financieros y de producción”, planteados en la reunión del jueves por Casal, si se produjeron (algo de lo que difiere el gremio de ATE que denuncia que se realiza un “vaciamiento” de las industrias, con un “déficit inducido”), fue por cientos de despidos, en la sede central de la DGFM y en las plantas productivas.

No hay más verdad que la realidad. Y la realidad, es que en la principal industria riotercerense, en apenas un año, con reuniones en donde se prometía que se reactivaría, se redujo el personal de la misma.

El jueves de la semana anterior, Casal, con un power point, les explicó a las autoridades municipales, que se está reduciendo el déficit de la empresa estatal (claro, como está señalado, con despidos y el cierre de una fábrica, como la de Azul) y hasta se anunció que se potenciará el perfil productivo de las industrias.

Para Río Tercero se anunció la puesta en marcha de la planta de nitrato de amonio y se dijo que está a la firma un contrato con una empresa rusa, para que en la planta se produzcan bogies para vagones ferroviarios.

Sobre si se despedirá a más personal, no se dijo, por lo que expresaron los representantes de las comunidades, ni “sí” ni tampoco “no”, que en concreto es “ni”.

La incertidumbre, más allá de los resultados expuestos para un “2019 promisorio” por las autoridades de la DGFM, continúa estando latente.

Evidentemente, tal lo planteado, para apelar a un refrán popular, “el hilo se cortó por lo más delgado”, esto es, con personas que perdieron su fuente laboral, lo que generó un impacto económico y emocional, no solo en cientos de familias, sino en las comunidades en donde se encuentran las plantas estatales.

Se habla de un año “promisorio”, pero, ¿con quienes perdieron su trabajo qué? El futuro de esas personas, para este año, evidentemente no fue considerado.

Con esta última reunión, ¿se puede creer que se detendrán los despidos en Fabricaciones Militares?

Un proyecto con media sanción en Senadores, tendiente a reincorporar a quienes perdieron su fuente laboral, detener las cesantías y conformar una mesa, con la participación de los trabajadores representados por ATE, para analizar la reactivación de las fábricas, ni siquiera fue considerado en Diputados.

Con los antecedentes, evidentemente, muchos, por no decir la mayoría, exponen sus dudas, sobre lo señalado en Buenos Aires por las autoridades de las que dependen las industrias.

No es para menos. Como lo señala otro refrán popular: “El que se quema con leche, ve la vaca y llora”.

Y en Río Tercero, como en otras ciudades en donde se encuentran las industrias, demasiadas, cientos y cientos de lágrimas, ya se han derramado.

* Periodista. Editor de Tercer Río Noticias

Fuente: www.3rionoticias.com.ar