FUNAM denuncia que autoridades nucleares “montan sistema de espionaje sobre sus empleados”

Por Pablo Callejón
La  Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (FUNAM) denunció que Nucleoeléctrica Argentina (NASA), la operadora de las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse, montó un sistema de espionaje sobre sus empleados para evitar que puedan difundir por redes sociales las fallas de funcionamiento, contaminación radiactiva y demás irregularidades.
Raúl Montenegro, Presidente de FUNAM y Premio Nobel Alternativo, calificó de “insólita, ilegal y torpe” la Resolución 344/2020 de NASA y exigió “su inmediata derogación”.
“Indudablemente las centrales nucleares de potencia son extremadamente peligrosas. Son instalaciones con muchísimos problemas, con reactores antiguos y pérdidas de agua pasada, como ocurrió en Embalse”, resaltó en diálogo con Póster Central.
Montenegro dijo estar “perplejo” por cómo se blanqueó en una resolución “la censura a los empleados”.
“No mucha gente sabe que en el comienzo del funcionamiento de la central hubo un hecho gravísimo. Lo supimos a raíz de una publicación alemana que habló de una falla humana. Nosotros denunciamos la contaminación del personal durante la reactivación de la Central. En ese momento yo estaba en la universidad de California y desde allí lo advertimos”, expresó.
El especialista advirtió que “si un avión impactara sobre la central podría provocar un accidente incluso mayor al de Chernobil”
“El área de impacto de una nube radiactiva es de 500 kilómetros. Nunca nos han preparado para actuar ante un eventual desastre atómico y vivimos a pocos kilómetros de la central. No hay ninguna central de potencia que tenga riesgo cero y un riesgo sísmico en la Provincia”, enfatizó.

Denuncia

La Fundación para la Defensa del Ambiente denunció que Nucleoeléctrica Argentina -la operadora de las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse- montó un sistema de espionaje sobre sus empleados para evitar que puedan difundir por redes sociales las fallas de funcionamiento, contaminación radiactiva y demás irregularidades de los reactores. FUNAM, con base en Córdoba, es una organización no gubernamental que integra el Movimiento Antinuclear de la República Argentina (MARA) y tiene status consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC).
Montenegro, presidente de FUNAM y Premio Nobel Alternativo, calificó de “insólita, ilegal y torpe” la Resolución 344/2020 de NASA y exigió “su inmediata derogación”. Agregó que esa norma formalizó mediante un instrumento legal “espiar lo que escriben e intercambian los empleados de las centrales nucleares en sus sitios de Facebook, otras redes sociales y medios digitales. El sector nuclear de Argentina muestra así no solo su autoritarismo y desprecio por la intimidad de los empleados, sino también un intento desesperado para que no se conozca fuera de las plantas nucleares lo que sucede adentro”.
La “sorprendente e impune resolución de NASA busca generar además la autocensura de los trabajadores al hacerles conocer que están vigilados en forma permanente”.
Montenegro indicó que NASA “no quiere que otra grave falla de seguridad interna, de las muchas que tiene por ejemplo el obsoleto reactor alemán de Atucha I, sean conocidas públicamente “.
La norma aprobada por los directivos de NASA establece un manual de procedimientos y un “Código de Conducta” para ser seguido por los empleados cuando usan privadamente las redes sociales, pero también los medios digitales y tradicionales. NASA teme que los medios gráficos por ejemplo conozcan los niveles de inseguridad de las centrales en operación.
“Asumiéndose como fiscales de las buenas costumbres las autoridades de NASA dejan bien explicitados sus propósitos en la Resolución 344/2020: que no salga información de la empresa –de las centrales nucleares- en especial temas delicados o ‘sensibles socialmente’. Para NASA lo que sea que suceda dentro de las centrales nucleares de potencia debe quedar adentro, no ser difundido”, subrayó Montenegro. “Por esta causa –agregó- la norma impide ‘publicar fotos, videos y audios tomados en las instalaciones de Nucleoeléctrica’. La resolución se inscribe así en el tradicional secretismo que ha rodeado a la actividad nuclear de Argentina”.
“Insistimos, urge que NASA derogue sin más demora la Resolución 344/2020. Esto evitará que sindicatos, ONGs y asambleas ciudadanas deban acudir a la justicia y a los organismos internacionales”, subraya el comunicado de FUNAM.

Central Nuclear Embalse

La Central Nuclear Embalse es la segunda planta nuclear construida en Argentina y tiene una potencia de 656 megavatios eléctricos.La instalación está situada en la costa sur del embalse de río Tercero en la provincia de Córdoba. Su construcción se inició el 7 de mayo de 1974. El 20 de enero de 1984 comenzó su operación comercial y finalizó su primer ciclo operativo el 31 de diciembre de 2015.
Luego de completar el proyecto de Extensión de Vida, la central alcanzó con éxito la puesta a crítico de su reactor el 4 de enero de 2019, iniciando el segundo ciclo operativo por un ciclo de 30 años.
El reactor de la central es CANDU (Canadian Deuterium Uranium) y pertenece al tipo de instalaciones de tubos de presión, cuyo combustible es el uranio natural y su refrigerante y moderador el agua pesada.
“La central cumple con todas las exigencias locales e internacionales y como todas las centrales nucleares argentinas cuenta con la Licencia de Operación por parte de la Autoridad Regulatoria Nuclear”, afirman desde la web oficial de la planta.

Proyecto de extensión de vida

La Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse fue un proceso de reacondicionamiento que le permite operar por un nuevo ciclo de 30 años. Además, la central incrementó su potencia a 656 MWe, es decir, un 3% más que su capacidad de generación anterior.Las principales actividades que se ejecutaron son el cambio de los tubos de presión, los generadores de vapor, las computadoras de proceso y la repotenciación de la planta. El proceso tuvo tres etapas.
La primera fase, denominada de evaluación de vida o evaluación de estado, consistió en examinar el estado de los componentes de la central. En la segunda fase se verificaron los cambios a realizar y se adquirieron los equipos y materiales necesarios. La tercera etapa implicó la parada de la planta y la realización de los trabajos. El proyecto dio trabajo en forma directa a más de 3000 personas y propició el desarrollo de proveedores nacionales de bienes y servicios altamente calificados.
Según señalan desde la Central, “la Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse, permite:
* Aportar energía en forma segura y confiable para más de 3 millones de habitantes.
* Diversificar la matriz energética, contribuyendo al autoabastecimiento.
* Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
* Producir Cobalto 60 para abastecer el mercado interno en aplicaciones medicinales e industriales, y para exportar.
* Mantener la fuente de trabajo para más de 1000 familias durante los próximos 30 años”.
Fuente: Póster Central