Guerra Imperialista y nuevo orden

Por Carlos Rang*
La crisis del dólar como divisa global motivada por la emergencia del yuan en el intercambio de petróleo y de otras mercancías, o producto del apalancamiento de las reservas con los swap de varios estados como parte de la estrategia de la Ruta de la Seda, es lo que va debilitando al viejo patrón de medida que nació después de la Segunda Guerra  Mundial y se afirmó como moneda fiduciaria entre  los años 1968-1971 cuando rompió la paridad con el oro.
A partir de ese momento selló una alianza con países como Arabia Saudí para hacer todas las transacciones de su petróleo en dólares (Petrodólares).
Hoy esa situación se encuentra totalmente resquebrajada ya que el mayor importador de petróleo es China e impone la forma en que se hacen las transacciones, lo mismo hacen India y Rusia entre ellos con los intercambios de mercancías  con sus respectivas monedas pero algo determinante es que ahora Rusia le exige a Europa el pago de su gas en Rublos.
Lo que esto anuncia es la pérdida de la hegemonía del dólar, dando comienzo a la transición definitiva hacia un nuevo orden global.
Por esta razón es que se ve obligado el capital unipolarista -en sus distintas variantes- de librar batallas en el plano de las divisas.  Las fracciones americanas tratan de defender el dólar y las anglosajonas globalistas intentan imponer sus criptodivisas; como no lo están pudiendo realizar se ven en la necesidad de ir a la Guerra Imperialista en todos los planos.
Esta disputa más la Guerra Tecnológica, por los bienes estratégicos y por la circulación de las mercancías, anuncian tiempos virulentos y de caos sistémico.
Con ello también la posibilidad concreta para la transformación profunda de la relación social. Hoy más que nunca la clase trabajadora tiene grandes tareas por delante.
*Docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC): Delegado Gremial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) en la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF)