Gustavo Rearte: Pilar del Peronismo Combativo

“Asumimos  ante el pueblo y la historia el compromiso de llevar a cabo la acción revolucionaria en permanente y estrecha relación con las masas, transformando a cada hombre en un militante y a través de la movilización constante del pueblo”. Este fragmento del documento fundacional del Movimiento Revolucionario Peronista de 1964 sería uno de los pilares del pensamiento del peronismo combativo; su autor, Gustavo Rearte, será una de sus principales figuras.

Gustavo Adolfo “Coco” Rearte nació en el seno de un hogar humilde, un 25 de julio de 1932 en el barrio porteño de San Telmo, de madre italiana y padre cordobés. Sus primeros años transcurren allí, para luego trasladarse a la provincia de San Juan. En plena consolidación del peronismo, en 1948 y con 16 años, ingresa a la Escuela de Aeronáutica de la provincia de Córdoba por recomendación de un cura amigo de la familia, Federico Ulled. Este, años más tarde, no intercederá en su ayuda durante el plan CONINTES, siendo al momento capellán de la Fuerza Aérea.

En 1950, a pesar de haberle permitido evadir las penurias económicas, abandona la Fuerza Aérea por no poder adaptarse al disciplinamiento militar. 1951 lo encuentra a Rearte en Buenos Aires, con 20 años ya, y con la urgencia de hacerse de un empleo. Una coyuntura favorable al desarrollo industrial del país le permite acceder como operario en la mítica SIAM-DI TELLA, donde daría sus primeros pasos en la política.

La figura del delegado de fábrica había surgido durante la primera presidencia de Perón, y es Rearte, con poco más de 20 años quien representa a sus compañeros ante la UOM y la patronal.

Un hecho fortuito que le dejarían una huella a futuro, serían los encuentros con Perón a raíz de la designación de la SIAM como encargado de mantenimiento en la residencia presidencial. A la experiencia de la fábrica se le sumaría esta azarosa relación que lo llevaría a abrazar la identidad peronista.

En 1954 ingresa como jornalero en Jabón Federal, ganándose rápidamente el respeto y cariño de sus compañeros. En representación de estos, Rearte desarrolla una rápida carrera en el Gremio de Jaboneros y Perfumistas, llegando a ser elegido Secretario General.

Meses antes del derrocamiento del gobierno peronista, en 1955, contrae matrimonio con Amelia Silkas, compañera de la SIAM, residiendo en el partido de La Matanza, en una casita del barrio obrero de General Paz, uno de los tantos construidos bajo el signo de la política de acceso a la vivienda.

El Golpe de 1955 significaría una ofensiva sobre el movimiento obrero con la proscripción y persecución del peronismo. En este marco, Rearte a cargo del Sindicato de Jaboneros y Perfumistas, junto a otros militantes como Jorge Rulli, Héctor Spina, Envar El Kadri, Carlos Caride, dan origen a los primeros comandos de la Resistencia Peronista.

Simultáneamente a la agitada vida política del país, nacen en 1956 y 1957, sus hijos, Gustavo Adolfo y María Eva.
Más adelante, bajo el gobierno de Frondizi, y durante la política persecutoria del CONINTES, Rearte es víctima de una emboscada, en la que es gravemente herido. Pudiendo milagrosamente salvar su vida, termina detenido en las cárceles de Olmos, Devoto y Caseros, persiguiéndoselo por su intervención en la ocupación del Destacamento Aeronáutico de Ciudad Evita.

En vísperas de las elecciones de 1962 para gobernador de la provincia de Buenos Aires, crea la Agrupación 9 de junio en su barrio de La Matanza, y a su vez funda una unidad básica.

Entre 1962 y 1964 emprende viajes por Latinoamérica que le permitirán tener una visión más profunda de la realidad nacional, a partir del contacto con las experiencias revolucionarias de los países que visita.

La entrevista que sostiene con el Che en Cuba, y la relación asidua que establece con John William Cooke, el Mayor Alberte (por entonces delegado personal de Perón) y Perón mismo en España, seguirán enriqueciendo su formación política. La COFADE (Comisión de Familiares de Detenidos Políticos) brindará un espacio solidario de ayuda a los perseguidos del régimen, siendo Rearte uno de los que impulsa su creación.

Para diciembre de 1963 funda junto a otros compañeros la JRP (Juventud Revolucionaria Peronista) estando presente en la mesa de lanzamiento de la propuesta Sebastián Borro, dirigente sindical y protagonista de la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre en 1959.

De amplia adhesión por parte de los sindicatos del interior, el MRP trazó con el programa fundacional del 5 de agosto de 1964, el rumbo teórico de lo que posteriormente sería la izquierda peronista: Allí se comienza a denunciar “que las bases, por encima de la burocracia conciliadora y sus maniobras de entrega del Movimiento y de Perón han demostrado a lo largo de este duro y difícil proceso de lucha, que no aceptan los acuerdos espurios con fuerzas reaccionarias y que consideran la lucha revolucionaria en todas sus formas como el único camino para lograr el regreso de Perón y conquistar su liberación, por lo que derrotará nuevamente todo intento de desviarla de sus objetivos”. El ideario del MRP fue difundido por el semanario Compañero y En Lucha.

Para 1967 viaja nuevamente a Cuba, participando junto a otros revolucionarios del Tercer Mundo de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), mientras que Fidel Castro lo elegirá como portador de una invitación a La Habana hecha a Perón, quien la rechaza.

El lazo con Guevara se estrechará más al comprometer Rearte y Cooke apoyo en caso de extenderse la guerrilla boliviana al territorio argentino. Pero esta nunca llegaría a producirse. A pesar del duro revés que significó la muerte del Che, Rearte, junto a otros luchadores como Cooke y Di Pascuale, siguen organizando a los sectores más combativos del peronismo. Es así que en agosto de 1968, promueven en Buenos Aires, el I Congreso de la Tendencia Revolucionaria, realizándose de manera clandestina. El Cordobazo lo encuentra encarcelado, siendo detenido en Tucumán cuando se encontraba visitando a trabajadores de la zafra.

En 1970, al ser liberado, es elegido congresal del PJ por la provincia de Buenos Aires, e integra la lista de candidatos a diputados por la provincia como consecuencia de un viraje en su pensamiento. Este se hace evidente en el documento del mismo año titulado “Violencia política y tarea principal”, en el que traza los límites de la acción guerrillera: “la lucha armada no solo no debe ni puede desarrollarse fuera del marco de la lucha política de las masas, sino que la de éstas debe contar con la orientación y dirección permanente de su organización político militar”, adelantándose con esto a una autocrítica de los propios protagonistas décadas después.

Paralelamente funda el MR 17 (Movimiento Revolucionario 17 de Octubre) combinando estas actividades con sus funciones dentro del partido. Al momento de las negociaciones entre el gobierno militar de Lanusse y Perón en 1972, el protagonismo de la tendencia revolucionaria era creciente, y es cuando Rearte rechaza un ofrecimiento por parte del líder del Movimiento para integrar un triunvirato del Trasvasamiento Generacional.

Oponiéndose a la candidatura de Cámpora, impulsa en vano la fórmula Perón-Tosco, intentando conciliar su identidad peronista con su afinidad por el sindicalismo clasista. Tiempo después, el 1º de julio de 1973 y con sólo 40 años de edad, muere de un cáncer fulminante, siendo uno de los momentos en los que más se necesitaba de su lúcido análisis para comprender la conflictiva coyuntura de los años venideros.

Rearte fue una de las personalidades más descollantes de las luchas sociales de la segunda mitad del siglo XX. En él confluyó una historia de inserción en el movimiento obrero, con el desarrollo de un pensamiento teórico y crítico, siendo también uno de los máximos referentes del peronismo combativo, distanciándose de esa burocracia que siempre condenó y de la que nunca quiso formar parte.

Combinó equilibradamente teoría y praxis con compromiso político, no cayendo en una actividad puramente intelectual, ni tampoco ateniéndose acríticamente al pensamiento predominante.

(Facundo Cersósimo y Cecilia Ferroni, Los Malditos, vol III, pág 387, Ed Madres de Plaza de Mayo).

Fuente: www.pensamientodiscepoleano.com.ar