La inviabilidad de un Pacto de la Moncloa* Argento

Por Jorge Falcone

El sentimiento global de insatisfacción democrática que recorre occidente dejando tras de sí una estela de oceánico abstencionismo electoral, y la inminente conmemoración de los 40 años de vigencia del orden constitucional en Argentina, inducen a que la dirigencia que rige nuestros destinos sueñe con un gran acuerdo nacional semejante al celebrado durante el post franquismo en España. En tal contexto, desde los sistemáticos brulotes de Infobae a la reciente publicación de las memorias de Juan Manuel Abal Medina, recrudece el afán por desacreditar el legado de la experiencia montonera, que oportunamente pusiera contra las cuerdas a los dueños del país. Dice una voz popular que “soñar es gratis”. Y cabe tenerlo en cuenta, ya que la historia de lucha de nuestro pueblo, su comprobada rebeldía puesta de manifiesto en múltiples coyunturas, y su apego manifiesto a salvaguardar la memoria histórica, constituyen un capital suficiente para frustrar tales aspiraciones.

“No llames a la policía
con tu teléfono celular
cuando el grito de guerra
se empiece a escuchar.

El caos va a ser internacional.
No podés escaparte del país
cuando el olor de las tribus
se empiece a sentir”.
 

Rodrigo Martin Guerra 

El mundo cambia de dueño

De un tiempo a esta parte, China ha venido desplazando a Estados Unidos como principal inversionista en Nuestra América. Su inversión directa en nuestro continente ya asciende a más de 171 mil millones de dólares, un crecimiento de 589 por ciento en la última década. 

En ocasión de celebrarse en México la XXVII reunión plenaria de la Fundación Círculo de Montevideo – que nuclea a líderes regionales como el uruguayo Julio María Sanguinetti, el chileno Ricardo Lagos, y empresarios como el magnate Carlos Slim -, se consideró el escenario generado por la reciente pandemia, la guerra de expansión territorial en curso, los efectos devastadores de una inflación global, y la crisis energética que condena a Europa a pasar el invierno calefaccionándose a leña. También se habló del Sinopek, tratado gasífero establecido entre China y Qatar por 27 años. Lo primero que salta a la vista ante semejante agenda, es que Argentina no está pudiendo capitalizar un escenario internacional potencialmente favorable. Otro lugar común que apareció en el marco de las deliberaciones es la ausencia de líderes que provean certidumbres.

Felipe González, que fue de la partida en carácter de invitado internacional, aconsejó a la Argentina buscar su propio “Pacto de la Moncloa” antes de 2025. El ex mandatario del gobierno español hizo hincapié en la necesidad de buscar entendimientos en nuestro país y trabajar sobre “las bases estratégicas de un acuerdo”, como factor clave de una política orientada a su desarrollo.

Paralelamente, el reemplazo al frente del BID de Mauricio Claver Carone por Ilan Goldfajn, el funcionario brasileño que negocia con Massa el Acuerdo con el FMI, dejó descolocado a nuestro país, en tanto Alberto Fernández propuso para ese cargo a Cecilia Todesca, gesto que importunó al presidente electo Lula Da Silva, y a un aliado de larga data como Andrés Manuel López Obrador, quienes hubieran preferido llegar a tal instancia jugando al unísono con Argentina.

¿Volvimos para ser mejores? 

Una vez por mes, 50 consultoras locales y extranjeras reúnen sus pronósticos para la Argentina y otros países de la región en el Latin American Consensus. Su última edición da cuenta de un panorama oscuro para el año próximo. Los principales estudios reflejan una caída en el crecimiento económico, riesgos para el pago de la deuda externa y en pesos, mayor depreciación de la moneda y una merma tanto en el consumo como en la inversión privada para el año electoral.

En efecto, los riesgos de la macroeconomía para 2023 crecen. Los especialistas prevén, en promedio, una inflación del 90,5%, ya 30 puntos porcentuales por encima de las proyecciones del Gobierno (del 60%), volcadas en el borrador de presupuesto. Fernando Marull, a cuya consultora – FMyA – pertenecen estos datos, declaró que: “El riesgo de una devaluación es cada vez mayor. Una del 30% implicaría un piso de 130% de inflación, en un traslado total en tres meses”.

Por otra parte, en una encuesta de opinión política y satisfacción pública que acaba de realizar la Universidad de San Andrés, apareció un estrepitoso derrumbe de la figura presidencial (con solo 11% de favor), y una valoración demoledora de casi todo el arco político nacional – incluido el hasta ahora ascendente Javier Milei -, impugnación de la que se diferencian bastante Larreta, y parcialmente Cristina.

Tal es el panorama que encontró en estos pagos Felipe González, quien recomendó apostar por una construcción de abajo hacia arriba. A ese respecto, cabe señalar que la UCR porteña, en sintonía con el abrazo Perón-Balbín, viene acordando excluir la violencia política y preservar la institucionalidad, alineándose con la exhortación de la Vicepresidenta durante su discurso en el Estadio Único de La Plata, aunque aún parezca no haber condiciones para avanzar en tal sentido, dado que la trajinada “grieta” está lejos de haber cerrado.

En tal sentido, el espíritu acuerdista que hoy campea en algunos sectores de la partidocracia parte de tomar nota acerca del generalizado descrédito experimentado por la clase política, y de considerar que tanto Macri como Cristina representan un mal recuerdo para la sociedad, por lo que verían con buenos ojos una confrontación electoral entre Massa y Larreta (ya despegado de su rol de alcalde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y postulando al sanitarista Fernán Quirós para que lo suceda) Pero el biorritmo de la superestructura parlamentaria está bastante divorciado del de lxs argentinxs de a pie que no llegan a fin de mes.

En la ocasión mencionada más arriba, la Jefa del Senado también desplegó un denodado esfuerzo por disciplinar al peronismo, misión prácticamente imposible sin criticar al Plan Económico que encara Sergio Massa. En tanto, cascoteado y todo, el Primer Mandatario intenta organizar el Albertismo (aunque en las últimas horas su electora haya acortado distancias con quien venía jugando el rol de única pata social del Presidente: Emilio Pérsico, ablandado con un 160 % de aumento en el Potenciar Trabajo de cara a 2023)

Así, mientras el oficialismo no termina de ordenar sus internas para afrontar el año electoral que se avecina, el Ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro y el dirigente del Frente Patria Grande, Juan Grabois, continúan caminando juntos.

Mientras que el Súper Ministro de Economía recibió un fuerte apoyo del “círculo rojo” en una reunión ante empresarios nucleados en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), evento en el que planteó la necesidad de llegar a acuerdos de largo plazo transversales en todas las fuerzas políticas sobre algunos puntos clave para el desarrollo, más allá de la coyuntura difícil. Sobre el final de ese almuerzo, realizado en el Alvear Palace Hotel, el presidente de Corporación América, Eduardo Eurnekian, sentado frente al jefe del Palacio de Hacienda, llamó a un brindis. “Están dadas las condiciones. Usted va a tener el apoyo de todo el sector empresario. Necesitamos un líder, alguien que nos empuje a concretar esas ideas que están en la mente de todos. Necesitamos una Argentina grande, una Argentina como la que fuimos”, cerró el empresario.

A esta altura de los hechos, si algún acuerdo político existe entre propios y ajenos, es que estamos ante el desperdicio de una nueva oportunidad histórica.

Y acaso su mayor impacto recaiga sobre la soberanía de nuestros bienes comunes. A ese respecto, el ingeniero Horacio Tettamanti, ex Subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, ha venido advirtiendo sobre las consecuencias del Decreto 949 del año 2020, que habilita en la práctica la entrega de soberanía sobre el Río Paraná, con consecuencias sobre el Río de la Plata y el Atlántico Sur. La autopista fluvial, conocida como “Hidrovía”, reúne a buena parte de las exportaciones argentinas, tanto legales como ilícitas. Su control estratégico viene siendo codiciado por empresas de EEUU, China, Bélgica y Holanda.

Actualmente disputan ese valioso enclave la firma china CCCC Shanghai Dredging Company, las belgas Dredging International y Jan de Nul, y las holandesas Boskalis Dredging International y Van Oord, entre otras. Como si esto fuera poco, sobre los márgenes del río se encuentran los puertos de las estadounidenses Cargill y Bunge; del grupo chino Cofco (Nidera y Noble); de la francesa Dreyfus; y del grupo global ADM/Toepfer de los Estados Unidos.

La matriz productiva extractivista y de acumulación por desposesión a que responde el cuadro descripto, afecta en sumo grado nuestra soberanía alimentaria. Recientemente se presentó el primer Informe Anual de la Situación de la Soberanía Alimentaria en Argentina (IASSAA 2022), realizado por la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria y colectivos afines (Red CALISAS) El trabajo, realizado colectivamente por más de 60 organizaciones, aporta algunos datos claves sobre un tema tan acuciante. Además, incluye una serie de propuestas para salir de la emergencia alimentaria y poder garantizar una alimentación sana, segura, sabrosa, y soberana para todo el país.

El texto en cuestión afirma que las cantidades de alimentos producidas en el país son suficientes y aún excedentes para cubrir las necesidades de sus pobladores: El 99% de lo que se consume es de producción nacional. Sin embargo, el 64% de la superficie cultivable es tratada con cultivos transgénicos, empleo de pesticidas de síntesis y fertilizantes químicos. La producción de hortalizas es realizada fundamentalmente por la Agricultura Familiar (59 %), mientras que no supera el 30% en la producción de oleaginosas y cereales. En 2022, lxs consumidores pagaron 5.2% más los alimentos de lo que cobraron los productores. De la investigación también se desprende que niñxs y adolescentes consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería o de copetín, y tres veces más golosinas en comparación con lxs adultxs.

En febrero de 2021, Tettamanti cuestionó la visión geopolítica de la dirigencia y militancia argentina, al tiempo que expresó que es imposible que “sigamos con nuestros ríos troncales como el Paraná, el Río de la Plata y el Atlántico Sur, entregados a los monopolios extranjeros y a las cerealeras”. En tiempos en los que el acceso a los alimentos se vuelve cada día más crucial en el mundo, el ingeniero también alertó que “el próximo conflicto en la Argentina va a estar en torno al Río Paraná y al Río de la Plata”, una hipótesis nada menor, en una etapa histórica en la que, según sus palabras, “el poder de fuego desplegado por Inglaterra en Malvinas es superior al de todas las FF.AA. Argentinas”.

A propósito del Día Internacional de los Derechos Humanos

Como era previsible tras el duro comunicado de Madres de Plaza de Mayo contra Alberto Fernández en rechazo al saludo presidencial por la muerte de Hebe de Bonafini, el Jefe del Ejecutivo no fue invitado a la ceremonia en la que se depositaron las cenizas de la dirigente en la Pirámide de Mayo – donde también descansan las de la fundadora de la institución, Azucena Villaflor -, acto que se llevó a cabo el primer jueves posterior a su deceso, en el horario histórico de la ya célebre ronda del organismo. Allí se dio cita la primera plana del kirchnerismo y las agrupaciones afines.

Se trató de un homenaje a la historia de lucha de la singular referente, pero también una reivindicación de su posicionamiento político y económico contra Estados Unidos, contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), y contra la Casa Rosada… como si el propio kirchnerismo no formara parte del gobierno actual.

Vale la pena consignar que la figura de Hebe expresa tanto la valerosa gesta de esas madres paridas durante la última dictadura por la lucha de sus hijxs, como el errático decurso de organismos de DDHH que, con honrosas excepciones, a partir de 1983 debieron soportar tanto el embate de gobiernos conservadores como el canto de sirena de los progresistas, circunstancia – esta última – que los llevó a convertirse en meros apéndices del Estado.

Nadie puede negar que Bonafini fue durante mucho tiempo la figura más intransigente de esa lucha, pero sería faltar a la verdad – aunque para muchxs resulte urticante – pasar por alto que la emergencia de un fenómeno como el kirchnerismo, encabezado por militantes de la llamada generación del 70 ya no dispuestos a producir cambios estructurales en la matriz productiva del país sino una mera ampliación de derechos, a partir de 2003 supo valerse de la bandera de los derechos humanos para legitimarse con ella, como si para garantizar el bienestar colectivo bastara ungirse con un capital simbólico. Y muchxs referentes de dicha causa abrazaron ese espejismo abandonando su independencia original para frecuentar hasta el hartazgo los despachos oficiales, al precio de no hacer olas frente a nuevas variantes de genocidio silencioso, como el gatillo fácil, el femicidio, o el terricidio.

En tales circunstancias, y pese a que resulte insuficiente para empañar sus méritos, aquella imagen de Hebe se vio erosionada por tropiezos como la inexplicable sociedad con un personaje tan oscuro como Sergio Shocklender, las poco felices opiniones vertidas en torno a la segunda desaparición del albañil de Los Hornos Jorge Julio López, o la defensa del cuestionado Teniente General César Milani.

Acaso el tiempo sea benévolo con su memoria y vaya diluyendo tan penosas circunstancias. Como escribió Jorge Luis Borges, “no hay cosa como la muerte para mejorar la gente”.

Pero para no darle largas al asunto, digamos que, si no vamos a contar con organismos dispuestos a librar una lucha sin cuartel contra la violación de DDHH de ayer y de hoy, bastará confiar en que más temprano que tarde el pueblo humilde pondrá las cosas en su lugar conquistando el derecho más inalienable de todos, que es la Justicia Social.

Incertidumbre en El Palacio y bronca en La Calle

Por su parte, y con escasa muñeca política para una dirigente con bastante kilometraje, hace poco la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, manifestó preferir que la Selección Argentina gane el Mundial de fútbol de Qatar a que el gobierno logre bajar la inflación.

A su vez, se viene recalentando la interna en la Confederación General del Trabajo (CGT) A la clásica pelea entre Pablo Moyano y el sector que maneja la central obrera (“Gordos”, independientes y barrionuevistas) se suman ahora las tensiones con la flamante estrella sindical del firmamento K: el metalúrgico Abel Furlán. Desde que desplazó a Antonio Caló, en marzo pasado, el líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) lo reemplazó en la estratégica Secretaría de Interior de la CGT y sus movimientos ya provocaron cortocircuitos: algunos de sus rivales lo miran de reojo porque, afirman, el jefe metalúrgico está apurando la normalización de las regionales cegetistas del interior para promover el ascenso de dirigentes provinciales alineados con el kirchnerismo o con sectores afines como el moyanismo.

A considerable distancia de los enjuagues de la burocracia sindical, trabajadores y trabajadoras de la salud del Hospital Garrahan en la Ciudad de Buenos Aires encararon un prolongado paro, movilizándose a su vez desde el Congreso a Plaza de Mayo junto al personal del hospital Posadas y residentes, también en conflicto. La exigencia del sector consiste en aumento salarial del 100% en una sola cuota, que el mínimo sea igual a la canasta familiar ($205.000), y un régimen de insalubridad en el hospital. Resulta insoslayable que la lucha victoriosa de los obreros del neumático ha retemplado el ánimo de los gremios más insumisos.

En cuanto a lo social, la gestión de Tolosa Paz en Desarrollo, como la de Silvina Batakis en Economía, nació herida de muerte. En medio de los insistentes reclamos del kirchnerismo para otorgar un Bono de Fin de Año a los sectores más vulnerables, la ministra debutó con una dura derrota política luego del colapso de la Ciudad de Buenos Aires a causa de una descomunal marcha organizada por la Unidad Piquetera. La tensión entre ella y el kirchnerismo es explícita. La Cámpora no avaló su ingreso en el Gabinete. Además, la funcionaria convive en su cartera con organizaciones como el Movimiento Evita, de tensa relación con las huestes de Máximo Kirchner.

Mientras, bien lejos de Qatar y las pasiones mundialistas, el movimiento piquetero sigue luchando a pie de calle ante un gobierno que prometió ocuparse primero de lxs últimxs perro no da pie con bola para domar una inflación galopante, y un kirchnerismo esquizofrénico en modo opositor, que sin embargo continúa su Luna de Miel con Massa, el gran ajustador con que cuenta el FMI dentro del gabinete nacional.

Para más dato, nuevas dificultades proporcionan una señal de alarma al sector: Aunque la normativa original del salario mínimo no contempla una relación con los programas sociales, ambas variables se ligaron durante la administración anterior. Pero ese combo no registró buenos resultados en términos de ingresos. Entre 2015 y 2019 el Salario Mínimo perdió unos veinticinco puntos frente a la inflación, que tampoco pudo recuperar en este período, según datos de la CTA. Actualmente, el Salario Mínimo no llega a cubrir la mitad de lo que cuesta una Canasta Básica Total para una familia tipo, de acuerdo al relevamiento del INDEC.

Uno de los líderes sindicales que participa de la mesa del Consejo del Salario consideró que al discutir de forma conjunta ambas variables se da una distorsión: “Antes teníamos que discutir con los empresarios, pero ahora también tenemos que discutir con el Gobierno porque cuanto más aumentamos, más tienen que incrementar el gasto en planes sociales. Hicieron un rulo que no entiende nadie. Por qué la UIA debería discutir con las centrales sindicales el valor de los planes”.

Como si eso fuera poco, en las últimas horas hasta la oficialista UTEP se ha declarado en Estado de Alerta, debido a los obstáculos que ha venido poniendo la Justicia contra el próximo pago del Potenciar Trabajo, valiéndose de ciertas fake news sobre irregularidades en su administración.

Es de suponer que tales embates multiplicarán la ascendente conflictividad social. En consecuencia, si la zozobra de esta gestión de gobierno abonara el camino hacia un retorno de la oposición de derecha, frente a este panorama cuesta creer que la fuerza que responde al ingeniero Macri consiga operar sin anestesia sobre la economía, como él promete en el último libro que publicó.

En conclusión, cualquiera sea la suerte que corra nuestra Selección Nacional de fútbol, el objetivo irrenunciable del campo popular debe ser que – a la larga o a la corta – el poder constituyente que va gestando en la lucha gane por goleada el histórico campeonato contra el poder constituido por sus opresores y verdugos.

(*): El Pacto de la Moncloa, mojón insoslayable en el camino hacia la recuperación del Estado de Derecho en España, consistió en la firma de dos documentos históricos en los que los representantes de los principales partidos políticos, sindicatos y otros actores sociales se comprometieron, en octubre de 1977, a seguir un programa político y económico con medidas tendientes a estabilizar la administración de un país acechado por la pobreza y el fantasma latente del regreso de la dictadura militar. Tal acuerdo se cimentó sobre el olvido de los numerosos crímenes cometidos por el franquismo. 

Fuente: La Gomera de David