La lucha política como trinchera

“La pandemia hace visible el estado de nuestra sociedad, es la crisis la que desnuda el sistema. Las mayorías sociales no tenemos disponible los recursos necesarios para garantizar nuestra subsistencia: la salud es cada vez más un negocio de pocos; los alimentos se amontonan en las grandes superficies comerciales sin llegar a las comunidades; las viviendas se construyen para quedar vacías y engrosar los negocios de la construcción e inmobiliario, etc. etc.

“Plata y comida hay. Solo que están abarrotadas en otro circuito: el de la valorización financiera del mercado de capitales y en el mercado de venta de bienes y servicios. Reina lo lógica privada y así el pueblo queda privado de derechos y garantías.

“Es la crisis la que demuestra, ahora, sin vueltas ni adornos ni discursos, que la “lucha política” es entre estos intereses: Los privados y los sociales, los de pocos y los de muchos, los privilegios de una minoría y las necesidades de las mayorías, los de quienes trabajamos y los de quienes viven de nuestro trabajo.

“Quienes vivimos de nuestro trabajo sabemos que la organización y la lucha son las únicas formas que hemos tenido de arrebatar porciones de la torta y, llegado el caso, de discutir la torta entera, que es producida por nosotros y nosotras. Nos lo enseñan los luchadores y luchadoras de la Patagonia Rebelde, de Krieguer-Vasena, del 17 de octubre, del Cordobazo y de tantas otras gestas históricas de nuestro Pueblo.

“Esta contradicción entre “quienes trabajan y quienes viven del trabajo de los demás” se hace más palpable cada año, cuando se publican los números de las empresas más “valiosas” del mundo y de las fortunas de sus propietarios y CEOS: La explotación de hidrocarburos, las telecomunicaciones, las farmacéuticas, las desarrollistas inmobiliarias, el agronegocio y la industria alimenticia son quienes encabezan ese ranking en nuestro país y en todo el planeta. Son ellos quienes a diario nos hacen sentir el yugo de su poder, cuando debemos dirigirnos a comprar el pan, pagar el alquiler, las tarifas, comprar medicamentos, etc.

“Que no nos desvíen ahora el eje alegando una situación de urgencia y emergencia pidiendo siempre al pueblo que haga el esfuerzo: que la crisis la pague el sistema financiero, de telecomunicaciones, del agronegocios, con sus activos y su patrimonio. Que la paguemos con la plata de la estafa del FMI, que solo sirvió para la fuga de capitales de los ricos más ricos de nuestro país; que la pague la renta financiera de los bancos, que solo en 2019 ganaron 314.044 millones de pesos; que la pague la renta agrícola de las grandes exportadoras (Cargill, ADM Agro, Bunge, Cofco, AGD); que la paguen las mineras, que tributan -aún hoy- entre el 0 y el 8% como derechos de exportación; que la pague el juego -a Benito Roggio lo conocemos lo suficiente en Córdoba como para pedirle que aporte-; que la paguen las empresas de telecomunicaciones (solo Telecom, de enero a julio de 2019, ganó 6.600 millones de pesos).

“Que la paguen ellos. Y si no les gusta, expropiar.

“Para que el esfuerzo del pueblo valga la pena; para que el trabajo del personal de la salud que está en la Primera Línea del frente de batalla contra la Pandemia, valga la pena, tenemos que tener en claro que si no conquistamos la soberanía popular, no hay Nación posible. Esa es nuestra lucha.

“Desde ATE Córdoba ratificamos que cada lugar de la vida cotidiana es una trinchera de lucha y de construcción de poder de la clase trabajadora. Que ningún dirigente político, sindical, empresarial, del sector que sea, se haga el distraído. Porque es el momento y será  “con los dirigentes a la cabeza, o…”, finaliza el documento del Consejo Directivo Provincial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) Córdoba.

Ilustración: Ricardo Carpani

Fuente: www.atecordoba.org