Las deudas del macrismo y las visiones sesgadas de la realidad

Por Alejandro Olmos Gaona*

En el mundo de las interpretaciones en el que vivimos, resulta más cómodo dedicarnos a cultivarlas, reproducirlas, y defenderlas, antes que ir a las fuentes, buscar documentos, cotejar datos y referencias, e ir a los archivos. Es claro que no resulta divertido leerse las 4000 páginas de un presupuesto, sumergirse en los prospectos de la emisión de bonos, donde se abusa de reiteraciones, y en muchos casos de un lenguaje críptico, solo para entendidos. Si bien es fácil y ameno leer los diarios por internet, no lo es dedicarse a la lectura del Boletín Oficial, donde se consignan decretos y resoluciones, que deberían conocerse antes de opinar livianamente sobre cualquier cosa, todo lo cual se traduce en muchos opinadores, y muy pocos los que conocen o tratan de ir un poco más allá de los slogans, los clichés, y la fraseología habitual a la que es tan adepta la dirigencia política. Así nos va.

Hace años vengo transitando los laberintos de la deuda pública, y no deja de asombrarme la mendacidad, las expresiones sesgadas, el hablar de lo que no se sabe, el tirar cifras al voleo, y naturalmente responsabilizar a funcionarios de uno u otro lado, de acuerdo a donde estemos parados. Viejo maniqueísmo, que se cultiva con esmero, y para el cual siempre “el infierno son los otros”, como diría Sartre.

Desde hace años, meses, semanas y en los últimos días se oye hablar de “LA DEUDA DE MACRI”, y el Banco Central, con la irresponsabilidad que lo caracteriza desde hace tiempo, emitió semanas atrás un informe de fuga de capitales, sin mencionar a nadie, como si una misteriosa y desconocida entidad se hubiera llevado más de 80.000 millones de dólares, provenientes del endeudamiento público, y sin mencionar una cifra mayor también fugada durante la administración anterior a Macri

Resulta insuficiente, como lo hizo el BCRA, hablar de empresas y particulares, si no se los individualiza minuciosamente, como hizo en su oportunidad la Comisión Especial Investigadora de Fuga de Capitales de la Cámara de Diputados, ya que de esa manera se puede conocer a los responsables de la constante especulación y de los que han hecho de la timba financiera un modo de vida que les reporta ingentes ganancias.

Yendo a la reiterada frasecita, “La deuda de Macri”, cabe hacer una serie de puntualizaciones para los que están acostumbrados a las referencias equivocadas y a no manejarse con el rigor y la precisión que cabría cuando se habla de las cuentas públicas, y allí van:

En el presupuesto del año 2016, votado en el año 2015, con mayoría del Frente para la Victoria en ambas Cámaras, se autorizó un endeudamiento público de 23.400 millones de dólares. En marzo de 2016, con motivo del pago a los buitres, ambas Cámaras del Congreso, autorizaron una emisión de deuda por 12.500 millones de dólares, y posteriormente hubo una emisión de 4.500 millones más para cubrir el déficit. Total para ese año: 40.400 millones de dólares.

En el presupuesto del año 2017, se autorizó un endeudamiento por 38.500 millones de dólares. En el presupuesto del año 2018, se autorizó un endeudamiento por 40.500 millones de dólares. En el presupuesto 2019, se autorizó una deuda por 64.200 millones. La suma total es de 183.900 millones de dólares.

Aunque es difícil que esto se mencione como se debería, toda la deuda emitida por el gobierno de Macri, contó con la autorización de ambas Cámaras del Congreso, donde el oficialismo no tenía mayoría, y fueron necesarios los votos de senadores y diputados del PJ., Del Frente Renovador, de partidos provinciales, de diputados y senadores de FPV (aunque, en este último caso a través de muy pocos de ellos). Es decir, existe una corresponsabilidad en el endeudamiento, que esa dirigencia política no asume, y se hace la distraída, resultando inútiles las argucias dialécticas que se utilizan para zafar, probando engañar a los tontos. Una de ellas sostiene que “no se podía dejar al país sin presupuesto”, lo que no es exacto, ya que a la Dra. Fernández de Kirchner, la mayoría opositora en ambas Cámaras la dejó sin presupuesto para el año 2011.

Algunos números finales: Cuando se fue La Dra. Fernandez de Kirchner la deuda pública total del país era de 240.665 millones de dólares. Cuando se fue Macri la deuda total era de 323.065 millones de dólares, lo que supone un endeudamiento neto de 82.400 millones de dólares en 4 años con un porcentaje del 52.6% del PBI en el 2015, y 89.4% en diciembre del 2019.

La deuda bruta en moneda extranjera era el 69,3% de la deuda total en 2015, mientras que en 2019 fue el 77,8%. Todas estas cifras son oficiales, no producto de mi imaginación, y deberían tenerse en cuenta para no entrar en ciertas especulaciones que nada tienen que ver con la realidad, atribuyendo a solo Macri un endeudamiento del que es corresponsable el Congreso de la Nación que lo autorizó y no lo controló a pesar de la existencia de una Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda Pública.

Entre tales responsabilidades deberíamos incluir el insólito préstamo del FMI donde esta institución firmó un acuerdo sabiendo que la Argentina no podía pagar su deuda, como surge de los propios documentos de la institución y de los propios documentos oficiales. El acuerdo con la institución multilateral se pudo concretar debido a que el Poder Legislativo nunca modificó la Ley 24.156 de Administración Financiera, que le permitió a la administración macrista obviar la discusión parlamentaria. Aunque se presentaron varios proyectos en Diputados y en el Senado para modificar la ley y terminar con delegaciones manifiestamente anticonstitucionales, nunca se pudieron tratar, ni siquiera en el ámbito de la Comisiones sino que, por el contrario, cuando se aprobó el Digesto Jurídico Argentino en el año 2014, esa ley fue ratificada en todas sus partes.

En esta vieja cuestión de una deuda que lleva 37 años sin resolverse, la responsabilidad del Congreso ha sido muy grande ya que nunca quisieron investigarla, ni se preocuparon por controlar a los gobiernos que la emitían. Cuando el Juez Jorge Ballestero envió su fallo mostrando las ilegalidades de la deuda de la dictadura, su dictamen no solo nunca fue considerado, sino que se giró al archivo, donde quedó como testimonio de una dirigencia política irresponsable, más preocupada por sus enfrentamientos partidarios, que por una hipoteca que nunca se pudo resolver.

* Historiador. Investigador especializado en la deuda externa argentina y el concepto de deuda odiosa. Fue convocado por Rafael Correa para integrar la Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público, logrando que fuera declarada “ilegítima” en 2008 por el gobierno. Fue asesor de Pino Solanas en la Cámara de Diputados de la Nación. Es docente e investigador en la Universidad ISEDET y profesor de la Cátedra de Deuda Externa de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Colaboró con la Comisión Bicameral Permanente de Investigación del Origen y Seguimiento de la Gestión del Pago de la Deuda Exterior de la Nación (2014-2015). También es colaborador de las revistas Todo es Historia, Le Monde Diplomatique y América XXI. Publicó La biblioteca jesuítica de Asunción (2006), La deuda odiosa, una doctrina jurídica para la solución política (2005), Bolívar en el pensamiento argentino (1987). Como colaborador de la Comisión Bicameral investigadora, su trabajo contribuyó al libro La deuda ilegítima (Claudio Lozano, Autonomía, Red Editorial, 2019).

Su padre, Alejandro Olmos, fue un periodista e historiador que inició la causa judicial más importante que tiene por objeto la deuda externa, a partir de la presentación de una querella contra José Alfredo Martínez de Hoz y otros funcionarios de la dictadura, en abril de 1982. Se encargó de esa causa durante 18 años y falleció (24/4/2000), meses antes de la que juez Ballestero fallara en la dirección planteada por Olmos, demostrando las “irregularidades” y, en definitiva, la ilegitimidad de la deuda.

Fuente: www.rededitorial.com.ar/revistaignorantes