Las y los Trabajadores de la Educación de la Provincia se organizan en ATE

Desde Río Cuarto y con perspectiva provincial buscan construir un espacio que canalice las demandas de los tres niveles de la Educación Pública en Córdoba, basados en el trípode mejoras salariales, de condiciones de trabajo y libertad y democracia sindical. Dos referentes explican sus principales lineamientos.

Las y los trabajadores de la Educación de Córdoba constituyen el agrupamiento más numeroso del sector público provincial, con alrededor de 80 mil compañeras y compañeros.

Se trata de un sector subrepresentado sindicalmente debido a la baja afiliación, al mismo tiempo que ve desde hace años como sus reclamos no se canalizan por la representación sindical existente, ante la evidente connivencia entre el Gobierno Provincia y el gremio que ostenta el Unicato Sindical.

Las y los Trabajadores de la Educación buscan en ATE el espacio que permita desarrollar una construcción gremial en todo el territorio provincial para recuperar poder adquisitivo ante la pérdida que muestran los salarios del sector desde hace años, mejorar las pésimas condiciones de trabajo -cuya expresión más elocuente fueron las ‘aulas-contenedor’ que trabajadores y estudiantes debieron sufrir durante prolongados ciclos lectivos en numerosas escuelas, pero no la única ni la más extendida- y poder ejercer plenamente la libertad y democracia sindical en un ámbito donde la disidencia está prohibida en la práctica y la legislación laboral, los convenios internacionales y la jurisprudencia al respecto no se aplican, salvo en sea en beneficio de la patronal.

Reunión organizativa.

“La decisión de organizarnos en ATE surge porque ninguno de nosotros estaba conforme con la representatividad que estamos tiendo en la provincia y porque nos definimos como Trabajadores de la Educación, no solo docentes. Nos parece mucho más abarcativo e importante definirnos en esos términos, porque también contemplamos a otros trabajadores que están dentro del sistema educativo de la provincia pero que no tienen título docente. Esa es la primera necesidad, la sensación de que las formas en que nos están representando no son en beneficio para los Trabajadores de la Educación sino todo lo contrario”, explica la trabajadora de la Educación Josefina Miscoff, desde Río Cuarto.

La docente apunta que “ningún reclamo está siendo canalizado por UEPC, gremio cómplice del Gobierno en relación al ajuste que la provincia hace en el sistema educativo en general. Esto no es un problema nuestro, de los docentes, sino que la Provincia está ajustando y dentro de las prioridades no está la Educación. O la Educación está considerada un gasto y no una inversión, entonces tiene la complicidad o el visto bueno del Unicato Sindical de UEPC para poder hacerlo”.

Una de las aulas-contenedor que debieron sufrir las y los alumnos y docentes.

Y en esa línea agrega su testimonio que “hay muchos reclamos de las y los Trabajadores de la Educación que UEPC no los puede tomar porque aprobó la política actual. Tiene que ver, por ejemplo, con la cobertura de cargos, con las licencias, con la imposibilidad de hacer un día de paro porque te lo descuentan, con la cantidad de horas que podemos tomar los docentes, con los programas que son a título de interinato y vencen. Todas estas cuestiones que hoy son sumamente injustas, y por eso hoy tenemos en Río Cuarto agrupaciones de docentes suplentes que no pudieron tomar horas en todo este año porque nunca se abrieron los actos públicos para primaria. Ni siquiera se abrieron las convocatorias para media o para terciario, y nos encontramos con esos docentes que están reclamando por esa situación, porque se cayeron programas que tenían que ver con la continuidad pedagógica o con apoyos escolares, o con el apoyo después de hora como se dice vulgarmente. Esos programas tienen es carácter a término, aceptadas por UEPC”.

En ese mismo sentido, el docente de Educación Media, Jorge Palacios, destaca que muchas trabajadoras y trabajadores vieron en ATE la respuesta a la “necesidad de organizarnos donde se puedan reflejar nuestros reclamos,  para poder discutir nuestra realidad laboral. Más allá de la pandemia, tomamos la decisión de agruparnos en ATE Educación porque no nos sentimos representados como lleva adelante UEPC nuestras demandas, su modo de funcionamiento y los reclamos del sector educativo en sus tres niveles. Esa falta de contacto con la realidad docente genera el espacio para la actuación de otro gremio que pueda mostrar lo que nos está pasando a los educadores, respecto a nuestras condiciones laborales, ambientales, y también eso se ve reflejado en lo salarial. En cada paritaria vemos una convivencia entre UEPC y el Gobierno que va dejando atrás el salario. Todo este contexto hace que los trabajadores de la educación busquemos construir un espacio para defender y conquistar derechos”.

La pandemia puso en evidencia que muchas de las demandas no están siendo escuchadas.

Palacios critica a la UEPC porque “el arreglo del aparato de conducción de ese sindicato con el gobierno, fagocita cualquier disidencia interna de compañeros que honestamente militan en sus espacios de oposición al oficialismo dentro ese sindicato y que merecen todo nuestro respeto. Tanto lo salarial, como las condiciones de trabajo, lo socioambiental, nos someten a situaciones muy inhumanas, que la pandemia vino a poner sobre la mesa”.

Organización y demandas concretas

Uno de los espacios virtuales donde se debate la construcción de ATE Educación.

Por su parte, Josefina Miscoff evalúa que “como Trabajadores de la Educación tenemos mucho por aprender. Como autocrítica creo que no estamos acostumbrados a leer, a investigar y eso nos hace una masa más fácil de manejar. En ese sentido, tener un gremio que nos represente plenamente es fundamental para saber cuáles son nuestros derechos, cómo es el Estatuto vigente, o cuáles son las múltiples modificaciones que se hacen durante el año y que son notificadas por memo solo a la directora que entienden solo dos o tres. Por otro lado tenemos que juntar fuerzas porque la mayoría de los trabajadores de la educación no está afiliado a ningún gremio, estamos todos dispersos y quejándonos pero no en una opción normalizada”.

La referente afirma que “la lucha es por cambiar nuestra situación en relación a lo salarial, a las condiciones de trabajo, a lo edilicio. Reclamamos el no retorno de la presencialidad medida que no obedece al COVID sino porque ninguna de las instituciones educativas estaba habilitada para contemplar la cantidad de chicos que van, la cantidad de docentes, la cantidad de trabajadores como porteros, preceptores, secretarios, y poder garantizar por lo menos dos baños, espacios y demás. Eso lo expone el virus pero es una situación que se da hace mucho, el hacinamiento en las escuelas públicas”.

Y describe Miscoff: “Sumado a eso hay muchas condiciones de precariedad que tienen que ver con los programas que se implementan en la Provincia, hermosamente diseñados pero las condiciones de trabajo son muy precarias. Nosotros denunciamos que la romantización que hacen de la docencia, relacionado con el cuidado y la vocación, está siempre en retroceso de los derechos de los trabajadores, con la culpa profunda de dejar a un pibe sin materias, sin la clase, sin el Paicor, entonces delegan esa responsabilidad en el docente. Lo cierto es que la Educación en general está en una crisis profunda, que como venía funcionando no podía seguir. No es un camino fácil y no lo vamos a hacer de hoy para mañana y que vamos a tener que juntarnos muchos más de los que somos hoy y participar activamente pero si nosotros realmente pretendemos una educación pública y de calidad para todos nuestros estudiantes y todos los trabajadores, definitivamente este no es el camino”.

El 70% de los docentes no está afiliado a ningún sindicato en la actualidad.

Por eso Palacios apunta a que “queremos una representación gremial como ATE Educación que realmente canalice las necesidades de los trabajadores de la educación, basado en un trípode de reclamos urgentes que son: mejora salarial, mejora en las condiciones de trabajo y libertad y democracia sindical. En Córdoba hay 80 mil trabajadores de la educación, de los cuales 30 mil están afiliados y en la última elección participaron solo 13 mil. Esto expresa la falta de representatividad de la UEPC de lo que pasa en el aula, para representar la diversidad que existe dentro de la escuela”.

A su turno Miscoff sostiene que “el 70% de los docentes no están afiliados a ningún gremio, ni los que trabajan en la Educación privada ni en la estatal. Este cuadro permite al único gremio que hay en la actualidad hacer y deshacer como quiere, nosotros no participamos, no estamos dentro sabiendo que se hace. Hay campaña de desafiliación masiva de UEPC, pero aunque se merece nuestro respeto creemos que le facilita las cosas a la burocracia para que todo siga igual, acordando con el gobierno de turno en cuento qué hacer y deshacer respecto a los derechos y las posibilidades que tiene los trabajadores de toda la provincia”.

Y concluye destacando el papel de ATE en el ámbito provincial: “Nos enorgullece mucho que equipos de ATE, con el abogado Eugenio Biafore a la cabeza, estén litigando la inconstitucionalidad de la Reforma Previsional. Esta es la tercera vez que retroceden sobre los jubilados de la provincia. Y como docentes nos afecta un montón porque estamos muchos años haciendo aportes muy altos y después nos terminamos jubilando bastante mal, no solo en términos económicos sino que hay situaciones como la de los directores que estaban a uno o dos años de jubilarse y se les extendió los años de trabajo. Nos juega el desconocimiento y lamentablemente la falta de participación. Poder organizarnos con todos eso trabajadores que saben que la situación es injusta, que están reclamando, pero que no están organizados en ningún lado”.

Fuente: www.atecordoba.org