Memoria obrera: 60 años del Programa de Huerta Grande

Por Leónidas “Noni” Ceruti*
Contexto político, social y económico. Frondizi de la Casa de Gobierno a Martín García**
La legislación represiva del gobierno de Arturo Frondizi puede sintetizarse de esta manera:
*.- 1958. Noviembre: declara el estado de sitio en todo el país por 30 días. Diciembre: el estado de sitio se prorroga por tiempo indeterminado.
*.- 1959. Enero: se aplica el Plan Conintes en la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal. Abril: se prohíben las actividades del Partido Comunista.
*.- 1960. Marzo: se pone en marcha el Plan Conintes en todo el territorio nacional. El Estado de Conmoción Interna rige hasta el 1 de agosto de 1961.
Se sumaba a este panorama de represión, la crisis económica, una relación de enfrentamientos con las FFAA, que cuestionaban constantemente las medidas del gobierno, y aumentaron los planteos militares. La oposición creció, el oficialismo perdió elecciones, a pesar de las intervenciones a distintas provincias, las presiones militares continuaron, y culminaron a fines de marzo con un nuevo golpe militar. Se produjo la destitución del presidente Arturo Frondizi, que fue confinado en la isla Martín García.
El balance del gobierno de Frondizi en lo económico puede decirse que no se pudo cumplir en su totalidad el plan desarrollista como su alternativa el plan de estabilización. No se frenó el proceso inflacionario y en lugar del desarrollo en marcha el gobierno dejó una aguda recesión. La atracción de capitales extranjeros no alcanzó el volumen esperado, ni se dio en los rubros prioritarios, aparte del petróleo, solo alcanzó verdadera importancia en la industria automotriz y petroquímica. Se aceleró el proceso de pauperización de la clase obrera y de sectores de la clase media. Lejos estaba la paz social, creció la lucha de clases, con el peronismo proscrito, atomizados los demás partidos, las FF. AA fueron el factor decisivo de poder.
La misma noche en que fue reemplazado Frondizi, y mientras los jefes militares deliberaban sobre como continuar, el Dr. José María Guido, presidente provisional del Senado, quien era el primero en la línea sucesoria -el vicepresidente había renunciado en 1958- se apersonó ante la Corte Suprema de Justicia y juró como presidente. Los golpistas aceptaron la situación al comprometerse el nuevo mandatario a anular las elecciones, intervenir todas las provincias y al declarar al Congreso en receso.
La situación económica, se agravó, cuando desde el Ministerio de Economía se devalúo violentamente el peso, y el dólar pasó de una cotización de 82 a 150$. A las dos semanas, el titular de la cartera fue reemplazado por el militar-ingeniero Álvaro Alsogaray, que continuó con la misma política, durante varios meses, siendo sustituido por otro personaje nefasto en la historia económica del país: José Alfredo Martínez de Hoz.
Todo el año 1962 fue de crisis en lo político y en lo económico. Dentro de las FF.AA el estado deliberativo se incrementó, se debatió desde la salida electoral, hasta la proscripción del peronismo pasando por la estrategia económica para los siguientes años.
La situación estalló e hizo crisis en el ejército, se produjeron enfrentamientos armados entre dos bandos: colorados y azules. Triunfó el sector Azul, cuyo jefe el General Juan Carlos Onganía, fue designado Comandante en Jefe del Ejército. Durante 1963, se sumó al conflicto militar la Marina que apoyando a los colorados, se sublevó, pero fueron derrotados. El Ministro del Interior, Rodolfo Martínez, al ver que todo se agravaba, prometió elecciones para 1963.
A los pocos días del golpe a Frondizi, durante el mes de abril la Comisión Provisoria de la CGT, declaró el Estado de Huelga. Ese año fueron varios los conflictos entre mayo y julio. El principal fue de los metalúrgicos, cuyos dirigentes plantearon que de no resolverse la problemática de despidos masivos y el salarial que se estaba reclamando y discutiendo se lanzarían un plan que incluiría tomas de fábrica con control obrero, aclarando en un comunicado las 62 Organizaciones que “No era una solución extremista o colectivista”.
Pero se llevaron a cabo una serie de ocupaciones de fábricas en las localidades de Lomas de Zamora y Lavallol, con expulsiones del personal administrativo y de vigilancia, se sumaron luego la Empresa Vulcano y Protto. Cuando el conflicto se agudizó las deliberaciones de los Secretarios Generales de Capital Federal y Gran Buenos Aires de la UOM, dispuso la ocupación de todas los establecimientos metalúrgicos, que seguirían funcionando con la incorporación de los despedidos y suspendidos, bajo la dirección, control y comercialización obrera, lo que se llamó un “Plan de lucha para los casos de extrema gravedad”.
Los empresarios contestaron que “habría lockout sin son ocupadas las fábricas por los metalúrgicos”.
La magnitud que iba alcanzando el conflicto quedó evidenciada cuando fue entrevistado uno de los máximos dirigentes metalúrgicos, y ante la pregunta del periodista ¿Si la ocupación de las fábricas “bajo dirección, control y comercialización obrera”, significa un intento de implementación un cambio de estructura social en el país?, y respondió escuetamente “Los trabajadores dirán”. El conflicto concluyó luego de intensas negociaciones.
En marzo de 1962, el peronismo había arrasado en las elecciones de gobernadores y legisladores provinciales, con la presencia destacada de referentes sindicales en sus listas de candidatos. Luego esas elecciones fueron anuladas.
En junio de 1962, en un Plenario Nacional de las 62 Organizaciones (que integraba la Federación Aceitera), realizado en Huerta Grande, provincia de Córdoba, se aprobaron como objetivos programáticos a imponer al gobierno los puntos que constituirán una profundización de los contenidos anti oligárquicos del Peronismo, de acuerdo con el “giro a la izquierda” alentado por el General Perón desde Madrid, y que fuera expresado en un largo discurso por Andrés Framini.
Amado Olmos, el gran dirigente del gremio de la Sanidad, fue otro de los más destacados protagonistas del encuentro y propulsor de las trascendentales definiciones alcanzadas.
En julio de ese año (1962), la tendencia de Framini, presentó al Congreso Textil, el Programa de Huerta Grande, como un “proyecto de gobierno levantado por los trabajadores frente a la claudicación de la burguesía nacional ante el imperialismo”, expresando la búsqueda de esas direcciones sindicales de un movimiento social antiimperialista y potencialmente anticapitalista.
El Programa de Huerta Grande planteaba, entre otros puntos:
*Nacionalizar todos los bancos y establecer un sistema bancario estatal y centralizado;
*implantar el control estatal sobre el comercio exterior;
*nacionalizar los sectores claves de la economía;
*prohibir toda exportación directa e indirecta de capitales;
*desconocer los compromisos financieros del país negociados a espalda del pueblo;
*prohibir totalmente toda importación competitiva con nuestra producción;
*implantar el control obrero de la producción;
*expropiar a la oligarquía terrateniente sin ningún tipo de compensación;
*abolir el secreto comercial y fiscalizar rigurosamente las sociedades comerciales;
*planificar el esfuerzo productivo en función de los intereses de la nación y el pueblo argentino. Fijando líneas de prioridades y estableciendo topes mínimos y máximo de producción.
Este programa continuaba la tendencia esbozada en el programa de La Falda, pero lo novedoso es que plantea la necesidad de “la expropiación de la oligarquía terrateniente sin ningún tipo de compensación”.
Se cerraba de esa manera varios años de luchas obreras por sus reivindicaciones económicas, resistiendo la ofensiva patronal, la represión estatal, y finalmente planteando un programa político integral. Al año siguiente se iniciaría uno de los Planes de Lucha más importante de los planificados desde la CGT nacional: El Plan de Lucha de la CGT de 1963 hasta 1965.
*Historiador. Escritor
** De su libro “Clase contra Clase. Argentina entre 1952 y 1976. El Quinto Relato”, pág. 97-101