ATE y la CTA-A de la Provincia de Córdoba, así como la Verde ANUSATE de Río Tercero, manifiestan su solidaridad y apoyo con la lucha del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y yPetroquímicas de Río Tercero por la reincorporación de los despedidos y despedidas.
“Atanor informa la desvinculación de 24 colaboradores en su área industrial, pertenecientes a la planta de Río Tercero” comienza el comunicado oficial de la empresa productora de químicos y agroquímicos. Sabemos -porque también lo hemos vivido y vivimos en carne propia- lo que significan esas palabras en la familia de cada trabajador y trabajadora despedida, en la mesa de todos los días, en la cabeza de quienes quedaron adentro sin saber por qué y cuándo puede tocarle el despido. Porque con estas mafias empresarias uno nunca sabe. O sí, siempre sabemos que son capaces de todo y por eso la solidaridad para con los compañeros y compañeras del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Rio Tercero (SPIQyP Rio III) que se encuentran resistiendo este nuevo embate patronal. Su lucha es nuestra lucha, es la lucha de una clase que pelea por la dignidad.
“Conocemos el cinismo de estos empresarios que hablan de ¡desvinculación’ en lugar de ‘despidos’ y de ‘colaboradores’ en lugar de ‘trabajadores’ porque pretenden manejar con las palabras nuestras cabezas y desarmar nuestros brazos y la disposición a la lucha por lo que nos corresponde manipulando la realidad con el lenguaje. Y, claro está, con la propiedad de los medios de producción: Conocemos al cowboy Dennis Albaugh, que comenzó arriba de un auto como distribuidor de agroquímicos en los 80´ en los Estados Unidos, se ‘expandió’allá, y se convirtió en dueño de ATANOR desde 1997 cuando con solo 1 millón de dólares propios y 58 millones ‘prestados’ por el Banco de Quilmes, el República y el Societé Générale (maniobra que tiene todos los condimentos oscuros de los ‘negociados’ en la’fiesta’ neoliberal -de unos pocos- del menemato) le compró la empresa a otros tipos conocidos por nosotras y nosotros, los Bunge & Born, dueños de Molinos Río de la Plata hasta finales de los 90´s, cuando se lo vendieron a otros conocidos (de ellos y nuestros), los Pérez Companc.
“Caprichos de la historia, cosas del destino: Entre otras causas por delitos de lesa humanidad que han debido enfrentar los integrantes del directorio de quienes eran dueños de ATANOR, los Bunge & Born, se encuentran la desaparición de 24 trabajadores/as de Molinos Río de la Plata entre los años 1976 y 1978 (entre quienes se encuentran la esposa de un trabajador y su hija). Coincidencias y raíces comunes.
“Albaugh hizo su fortuna verdadera en nuestras tierras, sobre la historia negra de la desaparición de nuestros compañeros y compañeras, con los brazos y los cerebros de miles de trabajadores/as incorporados a los procesos de producción, con los agrotóxicos desparramados en nuestra tierra, con la expulsión de los pequeños productores y el envenenamiento de nuestros alimentos. Albaugh se hizo verdaderamente rico produciendo vendiendo glifosato en el mercado local y exportando al mundo. Hoy es el dueño de una multinacional aliada -como todas estas corporaciones- con otras tantas empresas globales que permiten que el grupo opere en 4 continentes produciendo y comercializando fundamentalmente glifosato, atrazina, el herbicida 2 4-D, dicamba, fungicidas a base de cobre, entre otras decenas de productos químicos y agroquímicos.
“La historia y el presente de ATANOR nos demuestran cómo ellos han luchado juntos para moldear un mundo -de negocios, pero un mundo en sí también- a la medida de sus intereses.
“Nuestra historia y nuestro presente deben guiarnos para construir esa Patria con Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política, banderas inclaudicables para lograr la segunda y definitiva independencia. Independencia donde estos tipos dejen de ser dueños de nuestro destino. Independencia donde decidamos quiénes, cuándo y cómo producir todo lo que necesitamos para la felicidad de nuestros pueblos”, concluye la declaración que lleva la firma de Federico Giuliani, Secretario General de ATE y la CTA Autónoma Córdoba.