No vamos a bajar los brazos

Cuando me preguntan cómo estoy respondo que bien por formalidad, nada está bien. Cuando suena el teléfono a la madrugada sé que no son buenas noticias.

Harta de este sistema que somete a los que menos tienen, que olvida, tan inhumano que lleva hasta a la muerte a muchos y muchas.

Seguimos perdiendo a nuestros compañeros y compañeras, quienes les ponen el cuerpo a la situación con las que se encuentran en las barriadas. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? Porque quienes menos tienen son quienes la pasan peor y se encuentran librados a su suerte. Ya no quiero que sólo sean un número; cada uno tiene nombre y apellido, son personas, humanos, ciudadanos que tienen derechos y se les niegan.

Hoy en Córdoba estamos pasando por uno de los peores momentos y no es sólo por el COVID, hay personas que tienen hambre, ahora, ya. Hay quienes pierden su trabajo, quienes viven en la indigencia, niños que dejan de ir a la escuela para laburar desde temprana edad. ¿Y de esto quién habla? Se llenan la boca hablando de mejorías y avances pero en las barriadas nada cambia, lo que sí cambia es la cantidad porque cada vez son más los que son expulsados a vivir en condiciones de extrema vulnerabilidad.

Lo que me llena de ira es que no veo una salida rápida, la grieta de la que hablan cada vez es peor, no se cierra, se abre. Me duele no poder cambiarlo, me duele no poder responder a las necesidades de los compañeros y compañeras de las barriadas. Me duele pero no bajo los brazos, sigo para delante y desde nuestra organización hacemos todo lo que está a nuestro alcance aunque a veces no demos a basto para tanta desigualdad.

Lo único que tengo para decir es que no nos vamos a rendir y cada uno y cada una debe estar convencido de eso, seguiremos dando pelea a este modelo que pega cada vez más fuerte y excluye a la mayoría. Eso les prometí a los hijos de Rafael Pacheco -referente de la FeNaT-CTA Córdoba Capital en el Merendero “Ositos Cariñosos” de Villa Ciudad Retiro, recientemente fallecido por el COVID-19- que jamás vamos a bajar los brazos, que vamos a seguir.

Seguiremos pateando las barriadas populares en cada pueblo y ciudad de la provincia. La dignidad de las y los compañeros no se vende.