Pandemia y sindicalismo: Un bozal a la voluntad de los trabajadores

Por Gustavo Terés*
El Ministerio de Trabajo de la Nación definió prorrogar la definición tomada desde inicios de la pandemia sobre la continuidad de todos los mandatos sindicales y suspender asambleas generales, congresos y elecciones de delegados base, entre otras acciones democráticas internas, por 180 días.
Como nunca son necesarias las instancias deliberativas y de votación: atravesamos una coyuntura social y económica con una necesidad de organización popular y del mundo del trabajo para responder a los embates.
Esta prórroga no puede entonces verse más que como espuria connivencia del Estado y las burocracias sindicales, especialmente la cúpula de la CGT, para inhibir la vida sindical, la expresión de la voluntad de las bases al menos en aquellos pequeños espacios que deja el unicato sindical en las instituciones más vetustas. Lo que se extiende es el mandato de las conducciones que apoyan el pacto social que se pretende impulsar y se dificultan o anulan los debates internos.
En un marco en que se forzó sin estructura necesaria el retorno a la presencialidad en las escuelas, buena parte del mundo fabril está funcionando –como lo hizo incluso durante lo peor de la pandemia de COVID-19- y se proyectan elecciones generales, resulta inadmisible que se siga dilatando el desarrollo normal de la vida interna de los gremios.
*Secretario General de la CTA Autónoma Regional Rosario