Para que “ocupar, resistir y producir” sea ley

La recientemente creada Dirección Nacional de Empresas Recuperadas presentó en el Congreso un proyecto que recoge 20 años de experiencia y busca facilitar la tarea de aquellos trabajadores que se animan a autogestionar las fábricas que sus patrones abandonaron.

Las trabajadoras y trabajadores de la Argentina demostraron que cuando los patrones defeccionanpueden recuperar el trabajo y asumir la conducción de las empresas por medio de la autogestión. Son sobrados los casos en que ante el cierre de una unidad productiva, bajo el lema “Ocupar, Resistir y Producir” los empleados volvieron a abrir las puertas de fábricas y empresas.

Hoy funcionan en nuestro país más de 400 empresas de este tipo, dando lugar a más de 18.000 puestos de trabajo autogestionado, que desarrollan sus actividades en los más diversos rubros de la industria nacional. A su vez el movimiento de fábricas recuperadas supo asociar el resurgir del ámbito laboral con un entramado social que a la vez de servir de apoyo permitió albergar y desarrollar espacios populares de acceso a educación, cultura, cuidados, formación e inclusión. Así, junto y dentro de las fábricas crecieron centros culturales, bachilleratos populares, centros de salud, salas teatrales y hasta un canal de televisión como Barricada TV que hoy emite su señal por la televisión digital abierta (TDA) desde la metalúrgica IMPA en el barrio de Almagro.

En el marco de la pandemia del coronavirus COVID-19 se agudizan las condiciones de fragilidad para las recuperadas que han crecido, la mayoría de las veces, sin la tutela estatal y, las más de las veces, luchando contra el ataque de reparticiones públicas, síndicos mafiosos y jueces que buscaban negocios en la liquidación de estas empresas.

Con más de dos décadas de desarrollo de esta experiencia que se estudia en el mundo, llegó la hora de generar políticas estratégicas de reconocimiento y acompañamiento para un sector que ha demostrado viabilidad económica y compromiso social. Con este fin, el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) que ha asumido la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas en el Ministerio de Desarrollo de la Nación, en la figura de Eduardo Murúa, ha presentado en el Congreso Nacional el Proyecto de Ley de Recuperación de Unidades Productivas (Expediente1400-D-2020).

La iniciativa -presentada por Leonardo Grosso y acompañada con la firma de las diputadas y diputados Juan Carlos Alderete, Héctor Bárbaro, Mabel Caparrós, Federico Fagioli, Itai Hagman, Graciela Landriscini, Mónica Macha y Ayelén Spósito– propone declarar de utilidad pública la recuperación de empresas por sus trabajadores, impulsa el reconocimiento institucional a esta experiencia y propone herramientas estratégicas de protección y desarrollo.

El proyecto de ley de “Recuperación de unidades productivas”

El proyecto propone que “toda Unidad Productiva que se encuentre en estado de cesación de pagos, cierre del establecimiento, abandono de sus titulares, desmantelamiento, vaciamiento por parte de las/os empleadores, disolución de la sociedad con causal de liquidación o de cierre por cualquier causa, y sin perjuicio de los procesos judiciales que pueda o no tener iniciados, podrá ser expropiada y cedida en favor de las/os trabajadores de la misma que se hallen conformados en cooperativas de trabajo o en trámite de constitución y que deseen continuar con la actividad productiva”.

La iniciativa parlamentaria prevé que el monto de la indemnización sea determinado por un acuerdo entre el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) y el juez o la jueza de la quiebra o concurso preventivo y determina la creación de un Fondo Fiduciario a efectos de pagar el monto de la indemnización. Este fondo se conformará con partidas previstas en la Ley de Presupuesto Nacional de cada año y el proyecto propone que el monto no sea inferior al 5% del presupuesto anual del Ministerio de Economía.

El Poder Ejecutivo cederá en comodato los inmuebles expropiados por la aplicación de esta ley a la cooperativa de trabajadores/as, para la consecución de su objeto social, con la condición de que ésta ceda parte de sus instalaciones, no utilizadas para la producción, para el desarrollo de actividades sociales, educativas, culturales, tareas de cuidados y/o de formación profesional.

La ley propone además una serie de exenciones tributarias para las empresas recuperadas y crea el Registro Nacional de Empresas Recuperadas (RENACER).

Aquellas cooperativas inscriptas en el RENACER tendrán acceso a una serie de beneficios:

  • Asistencia técnica, jurídica y acompañamiento para la sustentabilidad económica de la empresa recuperada;
  • preferencia como proveedores del Estado;
  • tratamiento fiscal preferencial para favorecer el mantenimiento y generación de puestos de trabajo de la empresa;
  • líneas de créditos, programas de fomento y desarrollo tecnológico;
  • acompañamiento y asistencia por parte del Estado en los trámites correspondientes para la exportación de productos;
  • acceso a la tarifa social para aquellos servicios afectados a la producción.
  • asistencia técnica del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

Ocupar, resistir y producir

“Seguramente nos encontremos, después de la pandemia, con un montón de empresas que no vuelvan a abrir, con despidos masivos y vaciamientos. Lo que estamos proponiendo es una ley que facilite la recuperación de las empresas que hoy en día está librada a la capacidad de lucha, organización y resistencia que tengan los trabajadores en las fábricas, que se hace difícil a veces. Esta ley supone que la empresa sea expropiada por el Estado y sea dada en comodato a una cooperativa de trabajadores que tenga la voluntad de continuar con la explotación”, sostiene Bruno Di Mauro, presidente de la cooperativa Farmacoop, ex laboratorio Roux Ocefa, quienes recientemente consiguieron la aprobación de la ANMAT para volver a producir y han montado una línea de producción de alcohol en gel.

“El trabajo es un bien muy escaso en el mundo y tenemos que defenderlo. Tenemos que defender cada puesto de trabajo en Argentina y es posible hacerlo. Hemos demostrado durante más de 20 años que con este método de lucha se puede recuperar una empresa, la pueden gestionar los trabajadores, es sustentable y rentable. A los compañeros y compañeras les diría que se organicen y se larguen a la lucha que se puede salir adelante”, alienta Di Mauro que junto a sus cien compañeras y compañeros sostuvieron la continuidad de la fuente de trabajo y hoy, tras tres años de lucha, comienzan a ver los frutos.

Fuente: www.canalabierto.com.ar