Periodismo precarizado

Precarización del trabajo, desaparición de medios regionales y cooperativos, y experiencias autogestionadas y comunitarias son la contracara de la cada vez mayor concentración y ganancias en pocas manos.

Situación y demandas del trabajo

En el marco de la fecha por el Día del Periodista, el Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTA) publicó un comunicado titulado “La contradicción entre esencial y precarizado”. En el se reclama que, a pesar de que la comunicación cumple una función muy importante para la organización y desarrollo de las actividades colectivas en la sociedad, “la condición establecida de esencialidad no se traduce en todos los casos en trabajo seguro y mucho menos bien remunerado”.

Para la representación gremial, apostar a la organización de los trabajadores es la mejor manera de conseguir respuestas a las problemáticas que nos afecta a todos por igual. A su vez, en los distintos territorios, los medios autogestionados, cooperativos y populares “se erigen como contraste a los medios concentrados” aunque a pesar de ello apenas pueden sostenerse ya que “en su mayoría no participan del reparto de pauta publicitaria oficial y requieren urgentes políticas públicas”.

Distribución de la pauta oficial

El Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) publicó en su página web una nota en la que medios cooperativos y comunitarios exigen una distribución más equitativa de la pauta oficial, de manera democrática y federal.

Las entrevistas se realizaron a tres referentes, donde Julio Delgado, presidente del diario cooperativo El Independiente (La Rioja) y presidente de la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (FADICCRA) dijo que están reclamando “un derecho: la posibilidad que la pauta publicitaria se democratice, y se distribuya de manera equitativa y federal”. Eso no vendrá por sí sólo, sino que es necesario “revalorizar las organizaciones” que tienen como misión democratizar la voz.

Por su lado, Pablo Antonini, presidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) e integrante de Radio Estación Sur aclaró que, así como están para acompañar las políticas públicas que consideran indispensables para la sociedad, también es su deber “señalar cuando esas políticas públicas no llegan donde tienen que llegar o llegan tarde”, como en el caso de una política de comunicación clara para el sector. “Cuando se habla de algunas cosas nos llaman, nos ponen como ejemplo. Pero después, en la práctica, falta que se traslade en la distribución de la pauta publicitaria”, sentenció Pablo.

Anteriormente ya varias organizaciones venían planteando demandas respecto a políticas para el sector de la comunicación, situación que se expresó fuertemente a un par de semanas comenzada la pandemia.

El 30 de mayo, Jorge Conalbi, presidente de la entidad cooperativa Diarios y Periódicos Regionales Argentinos (Dypra) dijo en una entrevista al diario La Nueva Mañana de Córdoba que “la situación de los medios de comunicación regionales en general es dramática y a punto de convertirse en terminal si no hay un auxilio urgente por parte del Gobierno nacional”. Anunció que van a realizar una campaña de difusión para exigir “la urgente sanción de una ley de financiamiento del pluralismo y la diversidad comunicacionales”.

Por último propuso “la creación de un fondo para el sostenimiento de los medios de comunicación regionales, para poder coexistir con los medios vinculados a los grupos de capital concentrado”. Su manera de llevarlo a cabo es “que ese fondo se constituya cobrando un canon a las empresas digitales de contenidos globales” (ver subtítulo Redes “sociales”, pero privadas).

En lo local, la tensión se expresó con el comunicado que publicó hace aproximadamente un mes el Grupo Radial Centro, un grupo empresario que cuenta con 6 radiodifusoras en la ciudad, titulado “Las radios no aguantan más, el éter se paga”. El Éter es un fluido invisible que sirve de medio transmisor de la energía, lo que utiliza la onda de radio para llegar a los oídos del público.

Grupo de radiodifusoras ubicado en el Bv. Velez Sarsfield.

En el comunicado se manifestó sumamente crítico al Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), el cual presentó un documento a “la Comisión de Comunicaciones e Informática de la Cámara de Diputados de la Nación, junto al secretaría de Medios y Comunicación Pública y la secretaría de Innovación Pública con el objetivo de exponer un balance de la gestión de los organismos respecto a las acciones tomadas en relación a las políticas públicas y los servicios de comunicaciones en el contexto de emergencia sanitaria por el COVID-19” donde sentenció que dicha presentación “lamentablemente no tiene nada que ver con la realidad de los medios del interior que venimos reclamando”.

También aclara que “se piensa como redes de información únicamente a las ´redes sociales´ (apps propietarias) y se intenta asegurar de cualquier manera su acceso cuando ´somos los medios los que agregamos contenidos, e información´ a esas ´redes sociales´”. Por ello propone “avanzar en la regularización de los Servicios de Comunicación Audiovisual y propiciar el fomento de la pluralidad de voces y todas aquellas medidas que propendan a impulsar el federalismo de las comunicaciones, el respeto por las diversidades, la inclusión, el desarrollo comunitario y la libertad de expresión en todo el país”.

Concentración y medios

El potencial de la comunicación se lo da su capacidad de formar opinión, definiendo lo que vemos y hacemos, estableciendo prioridades, límites y alcances de las acciones, aunque debemos decir que en la sociedad la comunicación no está escindida de su organización en general. Lo que vemos como “información”, por más objetiva que ella pueda parecer, es respuesta directa a los grupos que las controlan y seleccionan la “verdad”.

Consideramos que es un gran avance en la expresión de nuestros intereses colectivos y organizados que existan espacios cooperativos, comunitarios y autogestionados de medios. Sin embargo, que un puñado de grupos privados controlen, medien o condicionen fuertemente la comunicación entre las mayorías habla de un problema que no solo tiene que ver con la “autoorganización” comunicacional o informativa, sino que el problema parecería ir un poco más allá.

Por eso, si existen grupos de la sociedad que cuentan con el poder de llevar a cabo sus proyectos de comunicación, para atraer y convencer a amplios sectores sociales, eso quiere decir que la comunicación en realidad es un problema de raíz y característica social, osea de toda la sociedad y no sólo de “los periodistas que deben hacer su trabajo de forma objetiva y verdadera” o de que sólo breguemos por la mera supervivencia de nuestros medios.

Para tomar de referencia es imposible no comenzar con la empresa de medios y telecomunicaciones del Grupo Clarín. Esta es propietaria del diario Clarín (el más leído del mundo en español) y sólo 4 personas controlan el 80% del paquete accionario. Además el porcentaje restante lo tiene Goldman Sachs, uno de los grupos de inversión más grandes del mundo.

Edificio donde se encuentra la central del Goldman Sachs, poseedor del 20% del paquete accionario del Grupo Clarín.

El Grupo Clarín es una gran empresa de telecomunicaciones donde produce contenido y también controla parte de los mercados de internet (Fibertel), la televisión (con canales como El Trece y TN, además de Cablevisión), radios (Mitre), entre muchas otras y, algo que pareciera ser un cuento del mundo del revés, pero no, tiene el 37% de Papel Prensa, la empresa monopólica del papel de diario que establece los precios y cantidades en todo el país.

Otro ejemplo de diarios de lectura masiva en el país es el diario La Nación. De este diario es propietaria un 20% la familia Mitre, que cuenta con otros negocios de tierras y financieros en el país y el mundo, y un 60% un holding (grupo de empresas) llamado MNMS que es subsidiario de otras dos corporaciones que se encuentran en Islas Caimán (Barton Corporation y Matilde Saguier Corporation).

Ello es sólo una pequeña muestra de la existencia de medios controlados por un pequeño grupo de individuos, con intereses privados, produciendo información de “interés social”. Entonces ¿Qué clase de interés puede manifestar un medio que responde a grupos privados y corporaciones que su objetivo es solo el lucro y las ganancias?

Redes “sociales”, pero privadas

Hablando de comunicación es imposible esquivarle a las redes sociales, que no sólo son un fenómeno que emergieron en las últimas décadas para establecer nuevas formas de comunicación, entretenimiento y hasta formación. También su propiedad se concentra en pocas manos y, brindando la posibilidad de comunicarse, expresar opiniones y debatir abiertamente, se esconden empresas que utilizan como materia prima los datos que producimos.

Facebook Inc, es una gran empresa que a finales de 2019 anunció ingresos por u$s70.697.000. Y por si fuera poco hace unas semanas anunciaron que los activos de las cinco grandes empresas “tecnológicas” de EE.UU, entre ellas Facebook, trepó a US$1,7 billones en abril, lo que significa un 43% más respecto a marzo de este año.

Sede de Facebook en California, EEUU.

A diferencia de lo que se cree, la “nube” -el software- no puede existir sin una máquina física que la almacene y procese la inmensidad de datos que se generan y circulan para que todos puedan utilizarla. Facebook cuenta con 15 centros de datos de los que se conoce poco.

Centro de datos de Prineville, en el estado de Oregón, EEUU. Más o menos la mitad de la potencia de cálculo y memoria que usa Facebook está disponible en él.

Además de la reconocida red social, desde hace unos años la empresa comenzó su carrera rapiña, donde se volvió propietaria de Oculus Rift, líder en tecnología de realidad virtual, Instagram, una de las redes sociales con más usuarios en la actualidad, Onavo, la compañía de análisis móvil, y ni más ni menos que WhatsApp, que adquirió en 2014 por unos u$s16.000 millones.

La forma de actuar de estas empresas, abarcando y concentrando herramientas de las más variadas, reafirma que la comunicación es expresión de la organización de la sociedad en su conjunto. Dentro de ese marco, su control por parte de los grupos y corporaciones imponen su visión del mundo a través de medios y redes de comunicación como herramientas, sin ser las únicas.

Por ello, toda medida que tienda a abordar en particular la realidad del sector de la comunicación, igualmente significando avances relativos, no alcanza para solucionar nuestro problema: la necesidad de organizarnos como trabajadores para expresar nuestros verdaderos intereses, sin mediación y sin propiedad que nos lo impida.

Fuente: www.tribunavm.com.ar