Se realizó el conversatorio virtual sobre Infancias en tiempos de Pandemia

Organizado por el Consejo Directivo Provincial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) Córdoba, el encuentro congregó a profesionales implicadas en la temática que realizaron importantes aportes para comprender la problemática.

El jueves pasado se llevó a cabo un conversatorio virtual titulado ‘Infancias en tiempos de pandemia’, organizado por ATE Córdoba y con la coordinación de la Secretaria de Prensa, Julia Giuliani.

La charla fue una oportunidad para avanzar en la profundización de la campaña ‘Volver a Carrillo’, que ATE lleva adelante en todo el país para cambiar el sistema sanitario actual por otro que garantice bienestar y salud pública de calidad para toda la población.

En esta ocasión, el encuentro tuvo la participación de destacadas profesionales que trabajan en nuestra provincia, en diversos ámbitos para abordar de las infancias desde la perspectiva sanitaria, psicológica y social, en este caso en un contexto de pandemia.

Para ello ATE convocó a Cristina Fara, médica pediatra de Villa Carlos Paz; Virginia Funes, psicóloga infantil de la Municipalidad de Río Cuarto; y Marilina Gadpen, subsecretaria de Niñez Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Río Cuarto.

En la presentación de la charla virtual, Giuliani destacó que la campaña ‘Volver a Carrillo’ “invita a repensar la salud de una manera más integral que la que el sistema nos impone, donde el cuerpo está separado de la mente, de las políticas públicas que son necesarias  para distintos sectores”.

La dirigente afirmó que “este segundo encuentro supone una continuidad del que hicimos hace un mes, donde hablamos de Salud Mental, de su importancia para las y los trabajadores de la salud. En esta oportunidad vamos a hablar de ‘infancias en tiempos de pandemia’ con la perspectiva de hablar de las infancias como sujetos de derechos y no objetos, por eso agradecemos este panel diverso”.

Pediatría

Seguidamente dio uso de la palabra a la pediatra Cristina Fara, que contó su experiencia en la atención médica  durante la pandemia.

En primer término, Fara habló sobre los síntomas, los signos, que “pudimos ver en consultorio en los últimos tiempos. Uno de ellos ha sido los tics nerviosos, siempre existentes en los niños, pero que en su frecuencia de presentación aumentaron abismalmente. Otro síntoma es la aneuresis, pérdida de orina en los chiquitos, hubo aumento de síntomas de regresión como chuparse el dedo, volver a querer usar mamadera o querer estar todo el tiempo con los papás”.

La facultativa del Hospital Municipal de Villa Carlos Paz “Gumersindo Sayago” dijo que “otro síntoma es el dolor de pecho, falta de aire o que no pueden respirar de repente. Aparecen dolores de panza o cabeza y el sobrepeso, que es una epidemia. Otro punto es la adicción a los jueguitos porque el uso de pantalla ha tenido un doble sentido, manteniendo el contacto con los familiares y seres queridos y sirviendo para la educación, pero su uso excesivo se ha vuelto problemático y nos das alteraciones de sueño y vigilia realmente graves. No estamos hablando de nada psicológico, sino la expresión física que están mostrando los niños”.

Para Fara “no ir a la escuela, que organiza la rutina, la falta de contacto con amigos y abuelos, la disminución de la actividad física, el déficit de socialización que agregó dificultades a los chicos que ya traían problemas de ese tipo, como el trastorno del espectro autista. A su vez generó el aumento de accidentes domésticos. El año pasado casi no tuvimos chicos internados en el hospital pero los pocos que lo hicieron fue porque tomaron las pastillas de la abuela, o porque se accidentaron en la casa. También noto hiperactividad e irritabilidad mayor que antes. La disminución del apoyo que tiene las familias por parte de la familia ampliada, sobre todo cuando vivimos la cuarentena cerrada donde no había abuelos y tíos disponibles para cuidar a los niños, o no estaban los pediatras que miraban a la familia desde afuera, volvió a los chicos más indefensos e invisibles. Fue más difícil conseguir ayuda en caso de violencia o abuso. Tantas influencias externas transformaron a las familias en una olla a presión”.

Por último, la pediatra dijo que se puede valorar como positivo en este momento que “la pandemia nos hizo aprender de salud y nos hizo bajar la contaminación. Que me dicen los pacientes: los chicos están contentos porque los padres no van a trabajar, una mama muy humilde estaba superfeliz porque le enseñó a leer, hubo menos consumo de tóxicos y fue muy buena la adaptación de los niños al barbijo, al alcohol, a las normas de higiene”.

Qué dice la Psicología

Posteriormente habló Virginia Funes. La psicóloga infantil explicó que en Río Cuarto se reorganizaron los centros de atención periféricos -dispensarios- para atender la pandemia por especialidad, lo que modificó la llegada de los pacientes. De esta forma, Funes, que en principio atendió a padres y familiares de niñes, abordó en primer término la situación de las infancias a través de la intermediación de las y los grandes.

“Hablar de las infancias es hablar de la diversidad, hay distintos modos de ser ñines. Por eso, las respuestas frente a las distintas dificultades no pueden ser únicas, ni psicológica, ni orgánica sin social”, comenzó Funes.

“Las primeras consultas que recibí fueron por vía de adultos y notaban a los niños muy irritables, con llantos sin motivo aparentes, con pesadillas y miedos, con trastornos efiterianos, porque de pronto empezar a hacerse pis o caca.  Hubo muchas dificultades conductuales”, dijo la especialista.

“Lo notorio, comparado a otros años, es que se acercaban a la consulta de manera espontánea, cuando fuera de pandemia en general son derivados por la escuela u otras instituciones. Mi trabajo ahí fue acompañar a estos adultos a gestionar la situación de los niños. Lo primero que surge es una falta de registro del sufrimiento infantil: ‘se porta mal’, ‘no hace caso’, ‘está desatento’. Cuando adentramos en la conversación, empezamos a ver que los adultos están desbordados”, relató Funes.

“Entonces, dijo, el trabajo fue darle al síntoma la manifestación de lo que estaban viviendo. En esto es fundamental, como línea general, saber que los niños tampoco la están pasando bien. Les decía a las mamas y los papas que a mí me preocuparía mucho más que el al niño o niña no le pase nada, porque hablaría de una posible sobre adaptación o no registro de lo que estamos viviendo. Así que el trabajo del año pasado fue acompañar a estos padres desbordados, sin posibilidades de contener la angustia de sus hijos. La mayoría de las veces, vimos que necesitan espacio para la palabra, para la escucha, que ellos pudieran transmitirles a sus hijos que también están preocupados o angustiados. Que muchos de sus enojos son resultado de que están ansiosos.”

Funes explicó, en otro párrafo de exposición que “esto implicó algunas modificaciones en sus vínculos, los síntomas empezaron a disminuir y la palabra empezó a circular de otra manera. Lo que me pareció fundamental es que los adultos puedan acudir  al dispensario a pedir ayuda. Durante mucho tiempo los chicos no estuvieron institucionalizados, entonces las consultas espontánea fue un registro que tiene que ver con la salud mental”.

Desde el Estado

Por último, hizo uso de la palabra Marilina Gadpen, Subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia del Municipio de Río Cuarto.

La funcionaria comenzó diciendo que “la pandemia es un contexto agudizante de una crisis que ya venimos arrastrando con anterioridad, en cuanto a las infancias, a las mujeres a los ancianos, que son los sectores más vulnerados de la sociedad”.

Gadpen afirmó en esa línea que “la pandemia nos llevó a encerrarnos en nuestras casas, que no siempre son lugares de refugio. Muchas veces se convive con gente que es violenta, donde se vulneran derechos. Para peor, las escuelas, los clubs, lo centros sociales, las copas de leche debieron aislarse y cerrar, lugares donde el niño y el adolescente podía ir a expresarse, a buscar un lugar de refugio o generar redes”.

“La vuelta a las aulas generó otro tipo de movimiento porque los canales de las demandas venían por los docentes en el caso de los niños víctimas de desigualdades. Por eso, cuando la conectividad no es accesible a todos, nos encontramos con situaciones complejas, de mucho maltrato y vulneración”, señaló la funcionaria.

En tal sentido, Gadpen dijo que desde la Senaf Río Cuarto “intentamos generar redes con personas e instituciones que suplan esos canales que se cayeron, para poder contener y acompañar a los adolescentes y niños que atraviesan esas situaciones”.

Y agregó: “se cerraron las plazas, con las cintas, lugares importantes porque los niños también necesitan ese espacio de recreación y de vínculo. Los niños acataron mejor las normas de la sociedad que los adultos: respetan  el uso del barbijo, el lavado de manos. Entonces nuestro desafío es ver qué rol le damos a las infancias en nuestra sociedad, qué pensamos. ¿Queremos que tengan voz, que puedan expresarse, trabajar, que estén con nosotros? Vivimos en una sociedad centrada en el adulto donde suponemos que quiere el niño, pero  ellos tienen voz y pueden expresar qué necesitan”.

Posteriormente se dio un rico intercambio entre las panelistas y el auditorio de la sala de zoom, que puede verse de manera completa ingresando aquí.

Fuente: www.atecordoba.org