Sobreendeudamiento y reestructuración

Por Facundo Piai

En tiempo de descuento, el gobernador Juan Schiaretti aclaró la semana pasada en conferencia de prensa que el reperfilamiento del endeudamiento de la Provincia significa “un ahorro hasta el 2029 de 200 millones de dólares”.

Tras reestructurar la deuda, el gobernador anunció que Córdoba es “la primera provincia” del país en negociar “de manera exitosa sin entrar en default”. Si bien aún no se conocen las condiciones del acuerdo en profundidad, muchos festejan que se evitó caer en cesación de pagos. Mientras tanto, continúan las negociaciones (hasta el 22 de enero) para que adhieran más cantidad de tenedores de bonos emitidos bajo legislación extranjera.

El Ministerio de Finanzas informa que Córdoba debe a sus acreedores más de 223 mil millones de pesos. Con el agravante de que casi el 90% del pasivo es deuda contraída en moneda extranjera. Lo cual significa que el grueso de los compromisos se expande al ritmo de la devaluación dificultando el cálculo del tamaño de lo adeudado y la planificación. La provincia mediterránea fue de las que más deuda tomaron bajo legislación extranjera durante “la vuelta a los mercados”. Consecuentemente, es de las más expuestas frente a la suba del valor del dólar. Buenos Aires bajo la gestión de María Eugenia Vidal, Entre Ríos, La Rioja y Jujuy, también aumentaron su deuda externa en los últimos años. Asimismo, si bien algunos distritos renegociaron compromisos, el volumen de los pasivos y la baja recaudación tributaria durante las recesiones no asegura su sustentabilidad.

Con los números fiscales en rojo y el nivel de actividad deprimido el Gobierno provincial logró reestructurar tres bonos por u$s1.685 millones. En línea con las provincias que ya renegociaron su deuda, el Gobierno cordobés baja la tasa de interés y acordó un nuevo esquema de amortizaciones. El convenio con los bonistas incluye reducir un punto la tasa de interés, que pasaría de 7,23 % al 6,08 %  promedio. La reprogramación de los vencimientos implica desembolsos en los próximos cuatro años de 472 millones de dólares. Por otro lado, el título original exigía desembolsos de u$s1.235 millones en los primeros cuatro años. Lo cual significa que Hacemos por Córdoba consiguió oxigeno en los próximos años al repartir el peso de la deuda en más años fiscales.

“El acuerdo no es sustentable por ninguna parte”

Al ser entrevistado por este medio, el consultor económico y docente universitario José María Rinaldi objetó lo anunciado por el gobernador. “El interés se acorta en tasa pero se alarga en plazo. Es decir que vamos a tener que pagar mucho más intereses” de lo que estaba previsto, explicó. Por lo tanto, sostuvo que no es cierto que la provincia ahorre recursos. Además, el consultor económico desmintió que “Córdoba sea la única provincia que evitó el default”; Chubut, Neuquén, Río Negro y Mendoza, reestructuraron con anterioridad sin caer en cesación de pagos. Inclusive, “Mendoza, por caso, cerró un acuerdo más ventajoso en cuanto a quita de intereses. También Nación consiguió mejores condiciones al pasar de una tasa de 7% a 3,07%. Entonces ¡no sé de qué se ponen tan contentos!”, criticó.

Para el profesor de grado y posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas caer en default no era lo peor que podía pasarnos. Entrar en cesación de pagos significaba perder acceso al financiamiento, “que es lo mejor que nos puede pasar”, remarcó. El acuerdo celebrado significa que “vamos a seguir con la lógica neoliberal del endeudamiento que es justamente lo que nos condena”.  El sobreendeudamiento en los mercados de crédito “es lo que nos lleva a tener un stock de deuda de más de 2 mil millones en moneda extranjera”. Asimismo, también condiciona el endeudamiento en pesos que siempre es más “razonable”. “¡¿Quién va a comprar títulos de la provincia después de este endeudamiento?!”. Por tanto, el esquema de endeudamiento lleva al delirio de no saber la magnitud del pasivo porque todo está atado al tipo de cambio que va subiendo paulatinamente para no perder competitividad externa.

“Somos la primera provincia argentina que consigue reestructurar su deuda sin entrar en cesación de pago”, afirmaba Schiaretti durante el anuncio del acuerdo.

José María Rinaldi duda que el Gobierno pueda hacer frente a las amortizaciones pactadas porque para cumplir necesita un nivel de actividad y consumo mensual sostenido que difícilmente se dé. “Están dejando un campo minado”, sentenció. La suerte de las renegociaciones de las administraciones subnacionales depende del nivel de actividad económica, el consumo y a la capacidad recaudatoria. En este sentido, información publicada por la Provincia muestra que pese al rebrote del último cuatrimestre, los recursos tributarios del 2020 cayeron respecto al 2019. Es decir, se desplomaron en comparación a un año signado por el desborde del valor del dólar, caída del consumo, recesión y retracción de la recaudación.

El deterioro de la recaudación responde a que la estructura impositiva de la Provincia es altamente dependiente de ingresos ligados al consumo. Según el último informe de Finanzas, “el 82% de la recaudación” del año pasado derivó de recursos provenientes de “IVA, Ganancias, Ingresos Brutos y Sellos”. De lo anterior se desprende que la estructura tributaria es procíclica. Esto significa que a mayor actividad aumentan también los ingresos fiscales, pero la recaudación se desploma en contextos recesivos. Por tanto, frente a las últimas contracciones económicas, la recaudación mensual registró 24 meses consecutivos de ingresos reales por debajo de la inflación acumulada. Es decir, se estima que por no haber crecido los ingresos fiscales al ritmo de la suba de precios se perdieron $49.755 millones. Lo que equivale a los recursos tributarios de dos meses fiscales.

Corresponsables del endeudamiento

A fines del 2015 la deuda de las provincias representaba el 23,7% de los ingresos totales y el 4,2% del PBI del país. Concluyendo la gestión de Cambiemos, los compromisos de los 24 distritos ya representaban casi 7 puntos del producto y el 42,6% de los ingresos corrientes consolidados de las provincias. En los últimos cuatro años, las gobernaciones adeptas al endeudamiento recalentaron la máquina de emitir títulos y bonos alentadas por el nuevo ciclo de endeudamiento que inauguró Macri. Sumado a ello, las condiciones impuestas por el FMI afectaron a las jurisdicciones doblemente. La reducción del gasto primario de Cambiemos afectó a la obra pública directa como así también a la transferencia de recursos hacia las provincias.

El ajuste a las transferencias corrientes para las provincias fue un síntoma de los cuatro años de gestión de la alianza Pro-UCR. De este modo, con partidas presupuestarias recortadas, derruidas por la inflación y subejecutadas, la situación fiscal de las jurisdicciones subnacionales se vieron ahogadas. Asimismo, incrementó la dependencia de los gobernadores de las transferencias discrecionales; esas que la administración nacional reparte con pulso político y electoralista. A todo esto, desatada la crisis que repercutió en el nivel de actividad y en la capacidad recaudatoria, Nación avaló el endeudamiento de provincias.  Así fue que durante el gobierno de Mauricio Macri se aprobaron más de 370 pedidos de autorización de deuda de provincias y municipios.

Fuente: www.lmdiario.com.ar