Lo aseguró el Secretario General de la CTA Autónoma de la provincia de Córdoba, Federico Giuliani, quien sostuvo que “nuestras organizaciones no van a ser el dique de contención de los reclamos de los que siguen padeciendo el flagelo del hambre que, para nosotros, y como decía Alberto Morlachetti, es un crimen”.
El 7 de marzo, al hablar en la apertura del Tercer Encuentro de la Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTA) Córdoba que tuvo lugar en el Predio Recreativo de ATE Río Tercero, Giuliani afirmó: “Discutimos no cómo le vamos a arrancar unas migajas a los que mandan o a los que más tienen, no cómo le vamos a arrancar obras a los gobiernos de turno, sino cómo vamos a construir una Patria con Justicia Social”.
“Mientras nosotros muchas veces nos enredamos en discusiones secundarias la oligarquía se organiza. Los que tienen el privilegio de tener la tierra en la Argentina, los sojeros que se llevaron la plata en pala en los últimos 15 años, hacen un lock out patronal, cortan rutas con sus tractores y 4X4 porque no quieren que les saquen unas migajas de sus ganancias extraordinarias, mientras nosotros tenemos a millones de compañeras y compañeros con hambre a lo largo y ancho del país”, enfatizó.
Giuliani expresó que “nos sentimos parte de la Resistencia Popular que echó a patadas al Macrismo, la peor pesadilla que tuvimos los trabajadores y las trabajadoras en la Argentina, que se ratificó después con el voto popular el 27 de octubre de 2019. Pero nosotros no le firmamos un cheque en blanco a nadie y venimos a decir -y somos claros- las organizaciones populares como la CTA y la FeNaT no vamos a ser el dique de contención del nivel de conflictividad social que existe en las barriadas, que existe en las calles, nosotros no vamos a ser la barrera que impida la movilización de la gente para volver a poner en la agenda nacional que el Hambre es un Crimen y si es un crimen hay responsables que deben ser castigados con la cárcel”.
Y añadió: “No sólo es un derecho, es urgente que todos tengamos la posibilidad de acceso a techo, tierra, trabajo, educación, salud y un proyecto de vida para adelante. No venimos solamente a hacer catarsis para sacarnos los miedos, la angustia, las incertidumbres que tenemos por no poder llevar el pan a la mesa todos los días. Tenemos que ser capaces de debatir un Plan de Acción que vuelva a marcarle la cancha al Gobierno Nacional, al Gobierno Provincial y a cada uno de los municipios para que atiendan y le den prioridad a las necesidades de los que menos tienen”.
Giuliani remarcó en su discurso: “Esta CTA vino a recuperar las banderas fundacionales del ‘Grito de Burzaco’ y a plantear un nuevo Modelo Sindical en la Argentina. No somos una confederación de gremios, somos una Central de Trabajadores con o sin trabajo, formales o en negro. El 40 por ciento de nuestros compañeros y compañeras son el descarte de este Modelo. Macri se fue dejando un 40 por ciento de compatriotas bajo la línea de la pobreza, para el sistema son un descarte, para nosotros son la posibilidad en la construcción de un nuevo proyecto político en la Argentina”.
Para el dirigente de los estatales cordobeses, “la discusión hay que darla en las fábricas, las aulas, las oficinas, pero también en la esquina de los barrios, en la esquina de los barrios donde la droga, como herramienta de disciplinamiento social hace que nuestros jóvenes tengan como objetivo de vida la cárcel o la muerte, la represión policial y el gatillo fácil o la miseria de la cárcel que acá en Córdoba está inundada por más de un 70 por ciento de pibes y pibas menores de 24 años. Esto significa que la juventud está criminalizada. La pobreza está estigmatizada. Los olvidados, los que están fuera del sistema, están acá para plantarse y levantar la voz para decir que nos quitaron el laburo pero no pudieron quitarnos la dignidad que la vamos a fortalecer y poner en la calle para pelear por nuestros derechos”.
“Es una decisión política de la Conducción Provincial de nuestra Central salir a construir en el territorio. En los barrios se da la disputa ideológica, la disputa cultural por un modelo de país distinto. La disputa es ideológica porque venimos a romper con el individualismo, con el sálvese quien pueda, con que hay que pisarle la cabeza al de al lado para estar mejor. La disputa es cultural, porque la pelea es colectiva. Si no nos salvamos todos no se salva nadie”, remató Giuliani.