Por Marcelo Ortiz*
Dos palabras de uno de los clásicos más importantes del cantautor Víctor Heredia para repensarnos en días de slogans altisonantes y de escasa construcción política.
A 11 días de las elecciones del 27 de octubre pasó una vez más el presidente de la Nación Mauricio Macri dejando un sinnúmero de frases dignas de coachs de líderes pero que poco se condicen con la “real realidad del país”.
Todavía esperamos que nos explique cómo se van a estabilizar los servicios tras el crecimiento estrepitoso en 46 meses de gobierno de la luz, el gas, el agua, los combustibles, el transporte público, el dólar, la deuda externa, el Riesgo País y el sinnúmero de etcéteras que usted quiera agregarle.
Todavía esperamos que nos explique cómo reducir el 40% de pobreza que dejará la tercera etapa de neoliberalismo en 43 años después de la dictadura y el menemismo/delarruismo, cómo poder sostener una PyME, una cooperativa o cómo hacer pie para una monotributista que vive el día a día.
Todavía esperamos respuestas por la megadevaluación que dejó a la intemperie a miles de compatriotas, la criminalización de la pobreza, la estigmatización de la mujer, a los crecientes relatos de la diversidad y de los pueblos originarios.
Todavía esperamos por la dilucidación real de los casos Santiago Maldonado y Rafael Nahuel y por la legitimación de andar armado por andar.
Todavía esperamos por un cambio que no llegó ni llegará porque las fuentes de poder son un manantial de discursos huecos, armados sólo para la ocasión electoral.
Demasiado palabrerío a tan sólo 11 días de las elecciones.
*Periodista. Secretario Adjunto de la CTA Autónoma Regional Río Cuarto
Foto: Gentileza Puntal