Un espacio cultural contra las desigualdades

Con el objetivo que la cultura no sea propiedad de una minoría ilustrada sino que llegue a la barriada y refleje la realidad de los sectores populares, desde abril de este año se puso en marcha el Centro Cultural Santiago Maldonado. A través de distintos talleres fomentan el pensamiento crítico y el desarrollo de la creatividad en niños y jóvenes de barrio Alberdi de la ciudad de Río Cuarto.

Por Nano Nusbaum

Además de ser un espacio en donde se fomenta el acceso a la cultura como una herramienta fundamental para desafiar el poder de los sectores dominantes, también es un punto de encuentro para los vecinos y un lugar común para debatir problemáticas sociales.

Este centro cultural surgió en el mes de abril por iniciativa del Frente de Mujeres del Movimiento de Acción Popular (MAP) de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma) Regional Río Cuarto. Está ubicado en Cardarelli 270, en el corazón del Barrio Pueblo Alberdi. Diariamente asisten 25 niños de 3 a 12 años, quienes además de participar de los talleres y propuestas culturales reciben la merienda.

“Lo que queremos es que los chicos exploten su imaginación y creatividad a partir de la cultura. El lugar está abierto para ser causa de los flagelos que tenemos en la sociedad como las adicciones, los chicos en situación de calle, los papás sin trabajo, etc.”, expresó Sonia Ocampo, coordinadora del espacio y referente del MAP en el Alberdi.

Manifestó que el centro cultural trasciende lo cultural: “También es un punto de reunión para que los vecinos se encuentren y generen vínculos. Eso es fundamental en los barrios porque hay mucha indiferencia”.

Actividades

Sonia Ocampo dijo que de lunes a sábado se desarrollan los talleres de arte con el objetivo de llevar la cultura al barrio. Entre las actividades se destaca el taller de artesanías con materiales reciclables con un enfoque que busca revalorizar lo autóctono, “para que los niños aprendan lo nuestro y conozcan nuestra identidad, las raíces de nuestra cultura”, sostuvo la trabajadora territorial y militante de CTA.

Contó que también se llevan a cabo talleres de ritmo, actividades de recreación, apoyo en educación y adelantó que para el año que viene hay propuestas sobre mosaiquismo, maquillaje artístico y el desafío de conformar la murga del Centro Cultural Santiago Maldonado.

Los talleres funcionan a partir de las 17 horas de lunes a sábado y durante una hora y media hay un recreo para brindarle la merienda a los pequeños. “Creemos que es fundamental que los chicos tengan su merienda porque hoy debido a las necesidades que hay, los niños acceden al desayuno y almuerzo en el Paicor, pero después no tienen más nada, su cena es té con pan y algunas veces ni siquiera eso”, expresó Sonia Ocampo.

La integrante del Frente de Mujeres del MAP contó que diariamente recibe la ayuda de una mamá, quien colabora para brindar la merienda y destacó el trabajo de los profesores que voluntariamente dictan los talleres, entre ellos, integrantes de la Granja Siquem que dan ritmo y juegos de mesa. Esta última actividad se desarrolla una vez a la semana y cada vez que ocurre reciben la visita de los chicos de la Granja Siquem.

Sonia subrayó lo importante que es la articulación en red con otras instituciones y el trabajo de manera colaborativa para poder desarrollar estas actividades porque de otra manera sería imposible.

En este sentido, dijo que “el Estado está ausente, no tenemos ayuda del Municipio”. Incluso manifestó que habló con el intendente y lo invitó a visitar el lugar, pero todavía están esperando al Ejecutivo Municipal. El principal aporte es la mano que da un vecino y el trabajo en red con otras instituciones.

“Hay mucha desesperanza”

Sonia forma parte de la comunidad, está integrada a la barriada y conoce como pocos la realidad que día a día viven los vecinos de los sectores más vulnerables, particularmente los de barrio Alberdi. “Lo que yo veo es que hay mucha gente que necesita hacer cosas, pero los que más tienen la posibilidad de acercar soluciones (Nación, Provincia y Municipio) no brindan respuestas. Llevan a cabo políticas de ayuda que no son suficientes. La gente necesita trabajo, vivienda, educación y salud”, expresó Ocampo.

“La situación económica está cada vez peor. Hay mucha desazón y desesperanza. Algunos vecinos te dicen que hay que aguantar, ahí te das cuenta que naturalizan la situación”, no se sienten sujetos de derecho.

Cultura y política

La coordinadora del Centro Cultural Santiago Maldonado consideró que dicho espacio debe servir para fomentar las artes y la reflexión. “La idea es que la cultura no sea propiedad de una minoría ilustrada sino que refleje la realidad de los sectores populares, a partir de la continua lucha en defensa de nuestros derechos”.

El Centro Cultural Santiago Maldonado asoma desde la barriada como un espacio cultural alternativo que busca romper la homogeneización y desafiar esa identidad global artificial basada en los valores del mercado.

Este espacio es un pequeño faro en una sociedad que organiza la distribución desigual de los bienes materiales y simbólicos, y que al mismo tiempo, organiza en los grupos y en los individuos las relaciones subjetivas con ellos, es decir, las aspiraciones, la conciencia de lo que cada uno puede apropiarse, de lo posible y de lo inalcanzable.

Fuente: www.retruco.com.ar