Un trabajador muerto en su puesto de laburo cada 14 horas

El 6 de marzo, el espacio Basta de Asesinatos Laborales realizó la presentación de su informe anual 2019.Este espacio se originó a partir de las muertes relacionadas con la precarización y malas condiciones laborales. David Ramallo (Línea 60), Diego Soraire (INTA) y Richard Alcaraz (trabajador de la construcción) fueron los primeros registrados de la larga lista de asesinatos laborales. 

Eva Puente, madre de David Ramallo y fundadora del espacio Basta de Asesinatos Laborales (BAL) creado en 2016, afirmó: “Después de la muerte absurda de David paramos 9 días y nos dimos cuenta de las muertes que había en los puestos de trabajo y que no eran accidentes sino asesinatos laborales”.

La presentación comenzó con los testimonios de Eva, Mónica (madre de Juan Cruz Manfredini), Carlos (padre de Damián Correa) y Elvira (madre de Brian “Mechi” Canteros). Desde BAL remarcaron la importancia de los testimonios, porque las grandes empresas consiguen transformar a los muertos en números, y escuchar los relatos de los familiares obligan a recordar que se trata de vidas.

Eva recordó que David había denunciado los problemas en el elevador que luego lo mató, porque él era un buen trabajador. Mónica perdió a su hijo de 25 años en el día de la madre, él solo prendió la luz del departamento donde se encontraban las muestras de hidrocarburo que despedían gas. Cuando Mónica preguntó a la médica por el estado de Juan Cruz, ella le contestó que le iba a decir solo lo que no tenia quemado, las plantas de los pies. Carlos después de la muerte de Damián se tuvo que enfrentar contra el monstruo del laboratorio Roemmers que ensuciaba la memoria de su hijo diciendo que tenía problemas psicológicos y por eso se accidentó. La madre de “Mechi” Canteros relató cómo después del fallecimiento de su hijo, atrapado por una máquina, la empresa paró solo unas 6 horas para que trabajen los peritos.

Oscar Martínez estuvo a cargo de brindar el aspecto más metodológico del informe: “Nosotros sabemos que la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) debe controlar a la ART y que las ART subregistran todas las informaciones”.

Oscar integra el Observatorio que el espacio BAL montó a partir de información periodística, los registros de los propios lugares de trabajo, sindicatos, compañerxs y comisiones internas. La investigación arrojó 200 casos más que los relevados en 2018, y esto se debe a un mejor reconocimiento y avance del Observatorio: “Hacemos un blanqueo y un control muy estricto porque no vamos a regalarle ni un milímetro para que pongan en duda nuestro datos”.

De acuerdo al registro de BAL se produjeron 534 asesinatos laborales en el año 2019, lo que equivale a un trabajador muerto cada 14 horas en su puesto. Además, afirma que la mitad de los y las trabajadores/as muertos son menores de 40 años. La mayor cantidad de muertes se produjo en la rama del transporte, seguido por la construcción, la actividad agropecuaria y servicios sociales.

En el informe anual también se trataron las enfermedades laborales. “Si las muertes se subregistran e invisibilizan hay que imaginarse qué pasa con las enfermedades laborales que es un proceso lento que lleva meses, años e incluso décadas”.

Según la Organización Mundial de la Salud, el 70% de las muertes relacionadas con el trabajo son producidas por enfermedades y no por accidentes; pero según la SRT en Argentina un 3% es por enfermedades. La ART rechaza cerca de un 70% de las denuncias presentadas por los trabajadores y trabajadoras. BAL se pregunta por todos las y los trabajadores que no llegan a presentar una denuncia por presiones de la patronal.

“Las enfermedades laborales solo se pueden visibilizar donde hay organización porque desde las patronales se culpa al trabajador, se dice que hay causas preexistentes y tenemos que darnos cuenta que los laburantes de un mismo rubro nos enfermamos de las mismas cosas y eso no es individual sino que tiene que ver con el proceso de trabajo”

También se observó la baja proporción de mujeres que hay en la totalidad de los asesinatos laborales relevados. La hipótesis tiene que ver con el mayor índice de desocupación, trabajo informal y división de género por trabajo. En los trabajos más feminizados, como la educación, son más frecuentes las muertes por enfermedades laborales que por accidentes.

El espacio Basta de Asesinatos Laborales lleva a cabo talleres que proponen que los trabajadores puedan reconocer lo que los desgasta y enferma. “No envejecen de la misma manera los trabajadores del agro, los de transporte, los de educación… y eso quiere decir que hay algo en el proceso de trabajo que nos afecta. (…) Queremos control sobre le proceso de trabajo y producción”.

Las experiencias de lucha se hicieron escuchar porque el camino de BAL es organizando a los trabajadores.

Reproducimos algunos de los relatos escuchados durante la presentación del informe:

La Red Federal de Docentes por la Vida expuso el caso de Ana Zabaloy, quien fue directora de la Escuela Rural Nº 11 de San Antonio de Areco y sufrió junto a sus compañerxs constantes fumigaciones que impactaron a su salud. Gracias a la lucha un fallo judicial prohibió fumigaciones a 1000 metros de esa escuela rural.

Néstor Marcolín, delegado de la Línea 60, contó las experiencias de lucha de los trabajadores: “Quiero empezar a contarles esto haciéndole un homenaje al compañero Carlos Verón que murió en el día de hoy, después de estar jubilado dos años nada más…estuvo en todos los procesos de lucha…Los choferes de la línea de colectivo nos morimos de forma temprana…”. Tras años de organización la Línea 60 logró eliminar salvajes condiciones de trabajo conquistando el “cierre de libreta”, pase a planta a trabajadores terciarizados, y desde 2019 unidades con suspensión automática, entre otros.

El informe de BAL revela que durante el año 2019 fueron al menos 534 los/las trabajadores asesinados/as por el entramado de explotación, complicidades y omisiones. Este espacio propone ser un ámbito de coordinación para luchar por el control de los procesos productivos y las condiciones de trabajo para así no lamentar un asesinato laboral más.

Fuente: www.redeco.com.ar