Vasos comunicantes

Argentina, granero del mundo con tres cuartas partes de la población sin poder comer un asado cuando se le dé la gana o buscando pan del económico, en un país de llanuras como vergeles. Trigo y carne, maíz y soja andamios privilegiados para crecer, postal del siglo XIX, y la primarización como corsé y como dependencia. Una estructura económica, soterrada en su condición de vasos comunicantes por donde debería fluir un bienestar parejito para los distintos sectores de la sociedad. ¿Por qué se escamotea hacer evidentes los verdaderos resortes de la vida cotidiana?

El director del Banco Nación y dirigente nacional de Unidad Popular, Claudio Lozano, analizó el tema con El Eslabón. ¿Qué pasa si el Estado pone un ojo en la comercialización de los granos? “Desde que, allá por 1991, desapareció la Junta Nacional de Granos, cuando la disolvieron y se privatizaron los puertos, la verdad es que no hay prácticamente control sobre ese comercio y el resultado es que está a la orden del día con las maniobras de triangulación”, respondió, y explicó en qué consiste esa estrategia: “Así se llama cuando empresas que son integrantes de un mismo grupo empresario, hacen operaciones entre sí. Por ejemplo, Vicentin Argentina le vende a Vicentin Uruguay, estas relaciones entre empresas que son parte del mismo grupo, permiten que parte de los dólares vinculados a estas operaciones queden en el exterior, para que se declaren menos exportaciones y por lo tanto se paguen menos retenciones y menos impuestos, El resultado de este proceso es fuga de dólares. Es decir, Argentina pierde parte de los dólares que genera y, al mismo tiempo, recaudación”, describió.

Ya tenemos algo en claro, los vasos comunicantes tienen puntos de fuga que sustraen capacidad de bienestar. Con riqueza que genera el suelo, que es un recurso natural como el agua, o los minerales, Vicentin forjó un más que preciado sexto lugar entre las diez exportadoras de granos argentos, concentrando un 85 por ciento de las manufacturas de origen agropecuario del país. A esta altura, ya hasta se cuestiona que el vaso sea comunicante.

Según Lozano, la falta de regulación también generó “un creciente proceso de contrabando de granos que también está a la orden del día. Además, hay otro tipo de negocios menos santos todavía, que florecen”. En su opinión, el hecho de que el Estado “tome control sobre la empresa Vicentin, que forme parte de esa Sociedad y que de alguna manera esté participando de ese mercado, nos daría una herramienta de regulación como la que en algún momento tuvimos con la Junta de Granos”.

Además, no pasó por alto que por esa razón, “los sectores que están ligados a este comercio y por supuesto son actores importantes del poder económico, que condicionan el presente y el futuro de nuestro país, suelen reaccionar y cuestionar cualquier proyecto de expropiación de una empresa en la que participe el Estado junto con las cooperativas agropecuarias”,

Salario Universal

Lozano, que también coordina el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, dijo que asumiendo que en el contexto de la pandemia, la economía tiene dificultades para funcionar, con parálisis en varios procesos productivos, existe una caída brutal de los ingresos de la sociedad, sobre todo en los sectores informales que representan más de la mitad de la población ocupada del país. “Cuando el sistema económico no garantiza los ingresos necesarios, el Estado tiene que asumir esta tarea. Y creemos que el instrumento más adecuado sería el Salario Universal”, enfatizó.

En su opinión, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que llega a casi nueve millones de persona, no cubre a todos, porque el total de gente en situación informal que involucra a monotributistas sociales, pequeños contribuyentes, cuentapropistas de subsistencia, trabajadores en negro y desocupados, es un universo que representa a entre 11 y 13 millones de personas, por lo tanto, se estima que entre uno y tres millones de personas, quedan afuera del IFE. “La propuesta del Gobierno no alcanza ni le llega al conjunto. Y el segundo problema del IFE es que otorga 10 mil pesos, es una cifra insuficiente, que además requiere condiciones. Por ejemplo, que no haya nadie en el hogar que perciba otro ingreso”, señaló. Y dijo que la propuesta, en cambio, es instrumentar un Salario Universal, “para toda la población entre 18 y 65 años, equivalente al salario mínimo vital y móvil (17 mil pesos) para todos quienes no sean asalariados en blanco, ni en sector público ni privado, sino que trabajen en la informalidad”.

Para Lozano, el Salario Universal permitiría ampliar el poder adquisitivo de una parte de la población porque de esta manera, una familia tipo que recibe Asignación Universal por Hijo (AUH) y si ambos integrantes de la pareja están en la informalidad, con este salario llegaría a la canasta básica de pobreza de unos 42 mil pesos. Éste sería el piso de todos los hogares, generando consumo en el mercado interno con su impacto positivo en la economía”, explicó. La figura de vasos comunicantes va cobrando sentido.

El 3 por ciento

¿Cómo financiar el Salario Universal que permitiría poner pan en la mesa de todos? De Shakespeare para acá, la pregunta del millón. “Con voluntad política. Y esto requiere tres niveles: por el lado de los impuestos, tratar que el sistema impositivo le cobre a los ricos. Claramente allí está la propuesta de impuesto sobre las grandes fortunas y Vicentin es una de ellas, es la número 34”, comentó Lozano. Y no pasó por alto el tiempo que lleva el anuncio del proyecto y su concreción: “En ese tema hay un problema, del mismo modo que lo hay en no poner en marcha el salario universal, deberíamos tener una posibilidad de financiamiento por el lado del impuesto a las grandes fortunas”, agregó.

La negociación de la deuda externa también es una cantera a observar como provisión de recursos. “Se supone que tendríamos que alcanzar una reducción del pago suficientemente importante como para liberar recursos de gasto público, para poder colocarlos en una inversión de esta naturaleza”, señaló como segundo elemento a considerar. Mientras que el tercer elemento que se puede utilizar es la creación de moneda: “Esto es algo que hay que mirar con prudencia, pero en este contexto es absolutamente factible. Algo que en general el neoliberalismo lo denomina emisión, y que acusa de inflacionario, pero que es un argumento falaz que busca amputarle al Estado Argentino la posibilidad de tener la soberanía que otros Estados tienen de poder emitir moneda”, analizó el director del Banco Nación.

“Para el neoliberalismo, emitir moneda es algo que se puede hacer cuando se trata de sostener los subsidios o pagar la deuda pública, pero es algo que no se puede hacer cuando se trata de poner recursos en el bolsillo de la gente”, enfatizó. Y repasó los tres mecanismos: reducción de pago de deuda, o su suspensión sería lo lógico, el impuesto a las grandes fortunas y la creación  de moneda, necesarios para emparejar el fluir del bienestar.

Pasando a moneda pura y dura, en la práctica, si se pagara el Salario Universal para toda la población en situación de informalidad, entre 18 y 65 años, más una AUH efectivamente universal, porque aún hay niños que no la reciben, e incrementada en mil pesos (de 3.100 a 4 mil pesos), permitiría que todos los hogares tengan acceso a la canasta de pobreza. Y sólo representaría el 3 por ciento del PBI. “Es algo absolutamente financiable”, cerró Lozano.

Después de todo, la figura de los vasos comunicantes, como la lección de Física, no era tan utópica. A propósito, entre una fortuna que paga impuesto acorde, o una persona que sólo puede comprar cien gramos de mortadela como toda cena: ¿quién aporta más al fluir de los vasos comunicantes? ¿Ha visto?, sorpresas te da la vida.

Fuente: El Eslabón; www.redaccionrosario.com

Nota publicada el 27 de julio de 2020, reproducida por esta Agencia debido a que aborda temas de estricta actualidad.