1957: El Congreso Normalizador de la CGT

Por Joaquín Aldao

El fracaso del Congreso de la CGT, organizado por la intervención militar y los gremios aliados a la dictadura para institucionalizar la exclusión del peronismo y el comunismo, consolida la alianza entre las expresiones de la resistencia, dando origen a las 62 Organizaciones.

A dos años del golpe que derrocó al peronismo, bajo la dictadura de Aramburu y con la CGT intervenida por un Capitán de Navío de apellido Patrón (Laplacette), se realizó el primer intento de normalización de la central. Del Congreso participaron 673 delegades (3% mujeres) de 98 gremios. El mismo se desarrolló en el salón Les Ambassadeurs de Capital Federal, entre el 26 de agosto y el 5 de septiembre. En el escenario se evidenciaba el antagonismo: delegades en el centro, “barras bravas” de un lado (peronistas y comunistas) y “comandos civiles” del otro. La dictadura y sus aliados esperaban avanzar sobre la reforma del Estatuto “peronista” de la CGT para, finalmente, elegir nuevas autoridades. El proceso sindical emulaba lo que sucedía por esos días en el Congreso, dónde una Convención Constituyente de escueta representatividad derogaba la Constitución de 1949, dando paso a un llamado a elecciones.

Dos años de persecución, encarcelamiento y proscripción de miles de dirigentes y obreros (sobre todo peronistas y comunistas) facilitaron que una mayoría de dirigentes afines a la dictadura se ubicaran en la conducción de los principales gremios, augurando controlar el proceso normalizador. Sin embargo, el transcurrir de los días evidenciaría la creciente influencia de una nueva generación de dirigentes, peronistas, comunistas e independientes vinculados a la resistencia y, desde febrero de aquel año, en proceso de organización en la Comisión Intersindical. Delegados de 62 gremios (entre ellos José Rucci y Agustín Tosco) tejieron una alianza táctica que permitió obtener una ajustada ventaja. La mayor parte del movimiento obrero se unía para derrotar los planes de unificación de la central ante un régimen dictatorial y represivo.

La moción que definió el escenario solicitaba crear una Comisión Verificadora de las credenciales de les representantes. Sospechosamente, los gremios “mayoritarios” habían duplicado sus afiliades durante las intervenciones. La votación se definió por siete votos (298 a 291) a favor de constituir la Comisión. Ante este resultado, las delegaciones de los principales gremios aliados a la dictadura (“democráticos”), se retiraron del recinto dejándolo sin quórum y poniendo fin al Congreso.

El Congreso Normalizador se constituyó en un auténtico termómetro que midió los límites de la implacable acción de la Revolución Libertadora en pos de desperonizar el movimiento obrero, legitimando así un nuevo orden sindical que revertía las conquistas obtenidas durante décadas de lucha. La alianza táctica de las diversas corrientes, que hasta allí confluían en una inorgánica y atomizada acción de resistencia, inicia entonces un camino de mayor organización y unidad que dará paso a una nueva etapa en la lucha contra la política represiva de la dictadura.

Foto de portada: Delegados de la Unión Ferroviaria se retiran del Congreso

Fuente: www.historiaobrera.com.ar