Equipos de Salud Mental provinciales debatieron la realidad del sector

Con la participación en un espacio virtual de compañeras y compañeros de Río Cuarto, Villa Libertador y Villa Dolores se volcaron experiencias de cada sector.

A partir de la iniciativa de diversos compañeros de equipos de Salud Mental provinciales, el 12 de agosto se realizó un encuentro virtual donde trabajadores y trabajadoras de Villa Libertador, Río Cuarto y Villa Dolores dieron una panorama de cómo transcurren la pandemia en el contexto de un gobierno provincial que destrata el servicio d salud mental, sea ignorando sus reclamos, sea trasladando compulsivamente los espacios de trabajo o directamente clausurándolos, como es el caso del histórico consultorio de Villa Libertador.

En la oportunidad coordinó la charla la Secretaria de Prensa y Comunicación del Consejo Directivo Provincial (CDP) de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA), Julia Giuliani. También participó el Secretario General del gremio y de la CTA Autónoma Córdoba, Federico Giuliani, y laSsecretaria de Interior, Edith Innamorato.

En primer término, hizo uso de la palabra el compañeros de la Casa del Joven José Puesto, que destacó la importancia que desde ATE “podamos exigir con toda la contundencia que haga falta que las políticas sanitarias se implementen de la mejor manera. Estamos en total desacuerdo con decisiones como la que se tomó en Villa Libertador. Porque coincidimos en que la principal política debe apuntar al trabajo comunitario. No hay forma de salir de esta situación si no es en conjunto”.

Puesto agregó que “no es posible pensar la Salud Mental inclusiva desde el mismo consultorio. Tenemos la tradición de formación de la clínica del consultorio y hoy si bien sigue siendo importante me parece que hay que empezar a pensar la formación como un trabajo comunitario. No es posible una perspectiva solo desde el individuo, sino esta mirada más política que nos permita considerar la realidad que atraviesan las personas en el plano de la salud metal”.

Seguidamente Andrea Ferreyra, desde Río Cuarto, consideró que “quienes trabajamos en el espacio de Salud Mental nos sentimos interpelados sobre la gestión oficial en salud mental desde antes de la pandemia, pregunta que se agudiza cuando se desencadena el COVID-19”.

“Nosotras mismas que tanto trabajadoras y trabajadores del servicio de salud mental estamos necesitando un espacio donde estemos contenidos o cuidados y este espacio falta -dijo Ferreyra-. Hay mucho malestar  generando en relación al trabajo, tuvo que ver con algo que va enlazado a la pandemia. Con Mariana y Mabel hacíamos un esfuerzo para ordenar los movimientos que hubo del servicio de salud mental a partir de que comenzó todo esto. Y encontramos, por ejemplo, en el hospital de día que al principio el planteó el cierre que  terminó siendo  porque no se podía circular. Después hubo una reapertura de un solo día a la semana y con un solo taller, cuando antes teníamos tres talleres por día y cinco días a la semana”.

“Si pensamos en el internado, lo mismo. Teníamos un sector en el tercer piso con 16 camas y esa área se desalojó para prepararlo para COVID, pasamos a tener 4 camas compartidas en el cuarto piso, donde no estaban las condiciones adecuadas para poder atender a los pacientes. Después se realizó un nuevo traslado a la planta baja en un sector donde antes era de consultorios, que no tiene todas las prestaciones necesaria para funcionar como internación. Todo estos movimientos, los esquemas de trabajo que fueron muy cambiantes durante la pandemia y que no necesariamente responden a un criterio prestacional claro, y eso tiene que ver mucho con nuestro malestar”.

La compañera Mariana, también de Río Cuarto, agregó que “esta pandemia vino a explotar algo que ya venía pasando, nos venían desarticulando. Y se aceleró. Como que no cubren los cargos por jubilaciones, o que venimos cumpliendo todos un montón de role por falta de personal, junto a muchas otras cosas a nivel estructural. Esto dejó en evidencia una política de estado que ya venía ocurriendo”.

En la misma línea, Mabel Nieto dijo que “si hacemos un poco de historia, desde el traslado al nuevo hospital (Regional de Río cuarto) dejó al servicio en el viejo edificio, porque no hubo un espacio físico. Junto con Salud Mental quedaron en el viejo edificio la lavandería y la morgue. Esto sucedió muchos años atrás, pero pone en el tapete cuál es para el Estado el lugar de la Salud Mental”.

Por su parte, Jorge Beltraffa reflexonó que “todo esto que cuentan es coherente con el marco político de este gobierno. Es difícil pensar un determinado modelo de salud mental, con el eje puesto en comunidad y en las nuevas perspectivas a nivel mundial, con un gobierno que tiene las características conservador con una mirada más biomédica de la salud”.

Desde el Equipo de Salud Mental de Río Cuarto, Beltraffa dijo que “en esta situación de pandemia los dos grandes ausentes en la gestión cordobesa hayan sido la Salud Mental y la Bioética, que debieran estar en la primera línea. Porque el enfoque es estrictamente biomédico, cuando en realidad toda pandemia es una crisis sanitario-social. Desde el punto de vista médico el COVID-19 no es ninguna novedad, el problema es en realidad el problema social que conlleva. Por eso encontramos cosas que están desfasadas como la ausencia de la salud mental en la gestión de la pandemia y de la bioética.  La salud mental está ausente del marco general del gobierno y de la pandemia en particular”.

Desde Villa Liberador, Isabel Mamani contó la experiencia de lucha ante el cierre del consultorio de calle Tilcara. “Dependemos de la Secretaria de Salud Mental, dentro del área comunitaria que tiene dependencias en barrios periféricos como Santa Isabel, Inaudi, Comercial, Maldonado, etc. Nuestro equipo es uno de los originarios del área comunitaria y se crea en 1985 con los primeros equipos que llegan al territorio. Desde aquella época que nuestro equipo viene trabajando dando prestaciones de salud mental a la comunidad hasta abril de este año, donde tras un pedido de insumos y material de seguridad, de manera sorpresiva y abrupta, se nos cita para informarnos de una resolución que cierra la sede y se desintegra nuestro equipo. Eso significó que de un día para el otro perdimos contacto con la población, con nuestros materiales de trabajo hasta hoy”.

Mamani dijo que “actualmente no tenemos espacio físico. Así que al malestar por el ataque y el atropello a nuestras condiciones de trabajo y nuestros derechos se suma el malestar de los pacientes, de la comunidad, que no saben dónde encontrarnos. Si no entramos en contacto por teléfono no tenemos forma de mantener el contacto que durante años tuvimos con la comunidad”.

Y agregó: “Nos sorprende hoy la falta de respuestas, el silencio de las autoridades de Salud Mental. Tampoco hay respuestas para la comunidad que el 20 de julio presentaron una nota, pidiendo saber cuándo se iba a restablecer el equipo. Porque uno de los argumentos es que la sede se cerró para hacer refacciones. Durante cuatro meses ese edificio estuvo cerrado y abandonado, hasta hace una semana que comenzaron con ciertos arreglos. No fuimos notificados, nadie sabe qué arreglos se harán ni cuál es el plan de obra. Menos aun cuándo volveríamos a ese lugar. Nos informaron verbalmente que si vamos a volver pero tampoco tenemos ninguna certeza”.

Mamani aseguró que “hicimos muchas acciones y continuamos en ese sentido. Valoramos mucho lo que se pudo construir con las organizaciones del barrio, con los vecinos y vecinas, con el gremio, porque sin ese reclamo contenido y persistente no estaríamos acá. Hoy nos preocupa mucha la salud de la población: Villa Libertador es una zona muy amplia, con mucha cantidad de habitantes, afectados por muchas problemáticas ambientales, de salud, y limitar el acceso a la atención a la población es un contrasentido en plena pandemia”.

En igual sentido se expresó Claudia Casas, vecina de Villa Libertador e integrante de las organizaciones Unidhos y Cloacas Ya. Casas contó que las y los vecinos del sector “fuimos contenidas por el equipo de Villa Libertador. Conformamos un grupo de mujeres amas de casa que nos animamos a salir a hacer un reclamo colectivo por las cloacas, la mayoría vive sin baño. Durante la pandemia tuvieron que estar con los niños dentro de las casas, y algunas con los pozos ciegos llenos. Esta crisis no es solo una crisis sanitaria por la pandemia sino por el problema estructural que vivimos. En ese marco, las doctoras iban a nuestras casas fuera de su horario de atención para escuchar que les pasa a nuestras vecinas”.

Por su parte, Innamorato habló en representación de Villa Dolores, cuyas compañeros no pudieron comunicarse por problemas técnicos. La dirigente dijo que en Traslasierra “tienen una situación similar a Villa Libertador. Dentro del hospital las están trasladando de un lugar a otro. No tienen lugar físico. Están con el stress de no encontrar en la dirección del hospital las respuestas concretas a sus necesidades. No atienden sus solicitudes, o postergan las respuestas o los derivan al Ministerio de Salud de la provincia. Vemos que el Gobierno de Córdoba denigra a los profesionales de la salud mental. Hay que hacer hincapié en el sustento colectivo para fortalecer el reclamo gremial”.

También hizo uso de la palabra Ivette Gómez Moro, trabajadora de salud mental en el área infanto-juvenil, en el Hospital San Roque Viejo. “Quiero decir -inició su planteo- que debemos hacer un abordaje político, no partidario, pero político porque tiene que ver con políticas públicas.  Las cifras lo muestran y hay epidemiólogos que cuestionan lo que se está haciendo. Desde Nación nos han brindado muchas capacitaciones en salud mental y justamente habla de esto que en primera línea estamos los trabajadores de salud mental, tanto como un médico o un enfermero que están a cargo de un paciente en un hospital que sea referente COVID”.

La trabajadora evaluó que “hay un impacto directo en la salud de la población, un sufrimiento que no significa ‘repatologisar’ la epidemia. Sino que hay un impacto en la psiquis de todos los sujetos: niños, adolescentes, adultos y mayores. Técnicamente lo que estamos viviendo es un desastre. Hay experiencias en otros distritos como buenos Aires o Santa Fe, que tuvieron una política clarísima de lo que es un avance psicosocial sobre la población. En Córdoba no, porque hay una política continua de años de desmantelamiento.  Tenemos que tener este cuadro general para no fragmentar el problema y caemos en un análisis reducido, que es válido, pero hay que enmarcarlo en el contexto del desmantelamiento general de la salud y de la salud mental”.

Y finalizó señalando que “actualmente ante el sufrimiento de la población de los casos de la gente que ya venimos tratando como de aquellos que se ven impactados porque en su familia han sufrido, no podemos atenderlos,  estamos vulnerando sus derechos de la población porque no tenemos ni los medios ni los insumos para hacerlo. No debemos descartar la mirada biomédica porque es la diferencia entre la vida y la muerte, pero tiene que estar conjugada con la mirada psicosocial, donde también están la vida y la muerte en el sentido simbólico. El padecimiento subjetivo existe, porque se alteró la cotidianeidad de los sujetos y ahí tenemos que intervenir nosotros, los que cuidamos”.

Los testimonios se sucedieron durante más de dos horas. Las y los compañeros concluyeron con la necesidad de poner en marcha una red que unifique criterios e información para realizar acciones en conjunto. En tal sentido, quedó el compromiso de elaborar un documento y replicar el espacio virtual para continuar el debate y definir acciones a seguir.

Para el cierre, Julia Giuliani resumió lo sucedido felicitando a todos los participantes porque “esta no fue una iniciativa del CDP de ATE sino que surgió desde las mismas compañeras, que pusieron sobre la mesa la necesidad de encontrarse. Por eso esta experiencia debe ser el puntapié para hacer una serie de ciclos. Para nosotros las luchas sindicales tienen que estar rodeadas de las luchas comunitarias y territoriales con las organizaciones y los vecinos”.

Y finalizó invitando a todos a participar del Plenario Provincial de Trabajadores de la Salud que se llevará a cabo el lunes próximo.

Fuente: www.atecordoba.org