Cabildo Abierto

Por Gustavo Contreras

En un acto multitudinario desarrollado en la Avenida 9 de julio de la ciudad de Buenos Aires, la Confederación General del Trabajo (CGT) impulsó y encabezó el denominado Cabildo Abierto para promover por su cuenta la fórmula presidencial Juan Perón–Eva Duarte de Perón.

Al ser convocadas las elecciones presidenciales para noviembre de 1951, la CGT se adelantó en impulsar la reelección de Perón. En abril de aquel año comenzaría entonces su campaña proselitista, la que pronto sumaría a la fórmula electoral el nombre de Eva Perón como candidata a la vicepresidencia de la Nación. Ella era una referencia destacada para la central obrera y al mismo tiempo era considerada una garantía para la defensa y la promoción de sus reivindicaciones.

La iniciativa de la CGT tuvo su punto más alto de expresividad en el llamado Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951. Las y los manifestantes llegaron procedentes de distintos lugares del país: participaron cientos de sindicatos encolumnados en la CGT, así como distintas agrupaciones políticas del peronismo. Probablemente éste haya sido el acto sindical y político más concurrido hasta aquella fecha, superando ampliamente el millón de personas. No es un dato menor que haya sido promovido y organizado por la central obrera, la cual pretendía seguir incidiendo en el plano político y en la gestión del que consideraban su gobierno.

La fórmula, sin embargo, no prosperó, pese a la insistencia de la multitud. En claro contraste con las recurrentes interpretaciones que hicieron hincapié en la pasividad y la obsecuencia de la masa obrera respecto a las figuras principales del peronismo, es llamativo ver cómo, en pleno acto, la concurrencia se permitió presionar y discutir con sus líderes, insistiendo en que fuera aprobada la propuesta de la CGT. No obstante, las resistencias fueron múltiples, tanto fuera como dentro del peronismo. Seguramente por ello, no hubo una respuesta clara aquel día.

Poco después, el 31 de agosto, Eva Duarte emitiría por radio su famoso “renunciamiento”. Se ha mencionado que la decisión estuvo relacionada a sus problemas de salud y a la fuerte presión antiperonista, pero también el hecho puede ser interpretado como una especie de reverso del 17 de octubre de 1945: una decisión para desempoderar y desmovilizar al potente movimiento obrero organizado en la CGT, perspectiva en la que confluían opositores y algunos sectores del propio peronismo. Aún no se conocen las causas últimas de aquella decisión, pero sí sabemos que la CGT fue capaz de proponer su propia fórmula presidencial e impulsarla con una manifestación pública tan contundente y particular que tensionaría todo el arco político del momento, siendo aun hoy en día recordada y analizada.

Fuente: www.historiaobrera.com.ar