Recuperar los destellos de las luchas emancipatorias en un volante, en los argumentos políticos de una agrupación gremial o política publicados en un periódico, en un afiche o un fanzine anarco punk de los 80. “Un lugar donde podamos escribir esta historia”, define su fundador, Horacio Tarcus… la nuestra.
“El CeDInCI tiene una tragedia que es que siempre va a quedar chico porque en ningún lado es posible que entre la profusa historia política argentina”, dispara Ariel Pennisi quien junto al historiador Horacio Tarcus, director y fundador del Centro de Documentación e Investigación de las Culturas de Izquierda, y Laura Fernández Cordero, responsable del área académica de la institución, recorren el hermoso petit hotel, ubicado a metros de Callao y Corrientes, que guarda el mayor acervo documental de las culturas de izquierda de América Latina.
Nacido como una iniciativa social no estatal este centro de documentación (biblioteca, hemeroteca, archivo y centro de investigación reconocido por el CONICET) abierto a la consulta pública cumplió 25 años de vida en abril de 2023. “Cuando arrancamos en 1998, la apuesta era un poco más modesta. En ese momento éramos unos historiadores que dijimos queremos hacer historia del movimiento obrero o historia del movimiento estudiantil o historia del movimiento de mujeres o historia de las agrupaciones artísticas independientes y no había archivo, porque este tipo de documentación que nos propusimos reunir aquí no estaba, y sigue sin estar, en las bibliotecas públicas o en las universitarias, o estaba muy disperso o raleado, en parte por la experiencia de las sucesivas dictaduras”, explica Tarcus.
“Tenemos que fundar un lugar donde esta historia se pueda escribir. Ese fue como un primer umbral de deseo, de búsqueda, de apuesta por el presente”.
En la inauguración de su primera sede en abril de 1998, el acervo inicial reunía el archivo personal de Tarcus –reunido durante dos décadas de trabajo– con la incorporación del Fondo José Paniale, que compilaba prensa gremial y política de la primera mitad del siglo XX. Ese acervo creció con los años a través de donaciones, adquisiciones y canjes, contando en 2019 con alrededor de 160.000 monográficas (libros, folletos y tesis), 10.000 títulos de publicaciones periódicas (revistas, diarios, periódicos, boletines) y 150 fondos personales de archivo. Además, ha reunido una serie de colecciones, con más de 4.000 afiches políticos y culturales y el mayor acervo existente de boletas electorales y de volantes sobre Argentina.
“Institucionalizar la memoria de nuestras luchas y dramas políticos, de las rabias anarquistas y las oratorias socialistas, de las conspiraciones comunistas y las destrezas negociadoras socialdemócratas, pasando por liberalismos comprometidos e izquierdas peronistas, nombres propios de pertenencia esquiva, parece una operación de autorreconocimiento colectivo. El CeDInCI parece un tipo de institucionalización que no descansa sus criterios en el Estado… Al mismo tiempo, estableció un esquema híbrido de funcionamiento, a partir de un convenio con la Universidad Nacional de San Martín (estatal, pero autárquica) y, en menor medida, el CONICET, que aportan recursos y marcos formales para quienes trabajan diariamente en la custodia, el artesanado, la administración y la construcción de esa memoria revulsiva”. Así lo describió Pennisi en su libro Muevas Instituciones (del común), editado por Rededitorial para su colección 90 intervenciones.
“Siempre decimos que las consultas del CeDInCI no son siempre académicas. Hay consultas de investigadores e investigadoras pero también de artistas visuales, gente que trabaja en el cine y la radio, en el periodismo, quien busca sus propias memorias familiares, investigaciones jurídicas que en algún momento han necesitado algún dato o algún documento. Entonces, eso es presente, necesariamente”, sostiene Fernández Cordero, doctora en ciencias sociales, reconocida intelectual feminista y coordinadora del programa “Sexo y Revolución. Memorias Políticas Feministas y Sexogenéricas”.
“Quizás seamos las últimas generaciones que disfrutamos con el olor a tinta y con apreciar con el tacto la rugosidad del papel. Quizás…”, reflexiona Tarcus quien, junto a compañeras y compañeros, hizo de una obsesión personal una institución que guarda la llama de las luchas del pasado que perviven en tanto y en cuanto interpelen nuestro presente y alumbren nuevas batallas.
Una producción de Canal Abierto
Conducción: Ariel Pennisi | Producción: Nahuel Croza
Realizacion: Juan Alaimes
Fuente: www.canalabierto.com.ar