Por Jesús Chirino*
La crueldad implica inhumanidad y deleite con el sufrimiento ajeno. Hay quienes dicen que, frente al modelo que intenta imponer el actual gobierno nacional, hay que discutir lo político pero no su crueldad. Pero resulta difícil no entender que la crueldad es parte de la idea política de este oficialismo: Es decir, el goce con el dolor ajeno y el abandono de toda sensibilidad ante los más vulnerables o necesitados. El ideario político de quienes hoy gobiernan se hace realidad en acciones concretas.
Así tenemos, entre otras tantas cosas, la represión, cada miércoles, a los jubilados y a quienes se solidarizan con ellos; el ataque a las personas con discapacidades, ya sea por mensajes concretos del presidente o por el recorte de derechos. Incluso el retiro de pensiones a personas con discapacidades físico-motora.
Por otra parte, pero también como reflejo de ese ideario: El tratamiento de héroes para los delincuentes que evaden impuestos y, por ende, dejan de contribuir a las arcas públicas para llevar adelante políticas dirigidas a los más vulnerables. Podríamos seguir con muchas acciones más mediante las cuales el gobierno ataca la educación y la salud pública, los derechos de los trabajadores, las políticas de género, etc. Para generar estas diferentes valoraciones y justificarlas existe todo un accionar mediante el cual intentan imponer la insensibilidad ante los sectores más vulnerables y, a la par, la valoración de los evasores y explotadores para que sean considerados dignos del incremento de beneficios que el gobierno les asegura.
Desde el gobierno han dedicado mucho esfuerzo en construir como enemigos a los sectores vulnerables y a los opositores. Lo hace deshumanizándolos, de allí que se refiere a ellos como “mandriles” y designaciones que pretende sacarlos de lo humano. Asi, por ejemplo, desde el discurso del gobierno los jubilados y las personas con discapacidades pasan a ser unos ”vivos” que le roban al Estado. Y todos los que reclaman o critican el accionar del gobierno son “mandriles” o “kuka” (jugando con el término de cucaracha).
También usa la terminología de zurdos con parásitos en la cabeza. Cuando el gobierno logra imponer ese discurso, algunos ciudadanos terminan asumiendo la insensibilidad ante esos sectores porque han llegado a considerarlos “malos”, “peligrosos”, “indeseables”, “dañinos”. Eso permite que, desde el oficialismo, hablen de la “gente de bien” y “los otros”, los que quedamos fuera de lo deseable, del lado de un supuesto “mal”. Para los que pintan como “malos” aplican el “no hay plata” y para los otros la baja de impuestos, las desregulaciones que les facilitan negocios. La construcción de los sectores vulnerables como no deseables, deshumanizados, facilita la justificación del despojo al cual se los somete. Incluso se habilita el goce por la desgracia a la cual los someten las políticas de este gobierno. Allí está el camino que conduce directamente a la crueldad.
Así es que puede verse gente mirando por televisión la represión y la justifica porque los reprimidos supuestamente atacan el bien que representarían el gobierno. El mismo gobierno que se decía un modelo de ética, con la “pureza moral” de la hermana del presidente. Este elemento, la supuesta pureza moral, era fundamental en el andamiaje discursivo del oficialismo. Desde esa “altura ética” y “estética” (diría el presidente) digitaban quienes podían pertenecer a la “gente de bien” y sobre quienes debe caer la desposesión (retiro de derecho, recorte de remedios, quita de beneficios, etc).
Pero ahora se cayó el velo, quedó en claro que la corrupción de los “puros” existe y es tal cual, o peor, de lo que se denunciaba desde hace tiempo. Las pruebas y denuncias salieron del mismo partido gobernante y se va sumando información y hechos ante los cuales resulta difícil otra explicación que no sea la corrupción y la crueldad. Y así parece entenderlo el gobierno que no sale a explicar y solo se anima a dar excusas cuasi infantiles.
Lo que se está mostrando es muy cruel, es la corrupción en un sector muy sensible. Mientras sacan beneficios a personas con discapacidades y no aplican la emergencia en discapacidad, arman un esquema de corrupción en la compra de medicamentos y prótesis para la gente de ese sector. Mientras gritan “no hay plata” para las personas con discapacidad, “hacen plata” con negociados con los proveedores del sector.
El discurso del gobierno quedó al desnudo, se le ven todos los hilos.
*Docente. Periodista. Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María