Es de abajo hacia arriba

La Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTAA), espacio barrial de la Central, se plantea radicalizar la democracia de abajo hacia arriba y de la periferia al centro. Sus principales dirigentas, Silvia Alcoba, Susana Ríos y Cintia Silva, entre otras, estuvieron el pasado 18 de abril participando del Plenario Provincial de Trabajadores Ocupados y Desocupados en la Plaza San Martín de Córdoba Capital.
“Desde las bases construimos la organización para el próximo Paro General”, apuntaron y señalaron: “Desde la FeNaT luchamos por la restitución de alimentos para comedores comunitarios, que hace meses no llegan a nuestros barrios”.
“Mientras la gente se muere de hambre el Gobierno Nacional no abre mesas de diálogo con las organizaciones que sostenemos la crisis y reprimen con extrema violencia las protestas”, subrayaron.
Y agregaron: “Además, estamos sufriendo un ajuste terrible en los ‘Potenciar Trabajo’ con el cierre de las Unidades de Gestión. Unidades que fueron políticas públicas creadas para producir trabajo genuino y que hoy están destruyendo sin haber cumplido su objetivo”.
“Vemos esto como una clara persecución y ninguneo hacia a los sectores populares, hacia todos los trabajadores y trabajadoras, pero no nos tendrán de rodillas”, expresaron.
Militan en el territorio, esos lugares olvidados por la democracia colonial-extractivista, asentamientos informales que en el último tiempo han incrementado su población debido a la exclusión social, el desempleo y la marginalidad. Hace años que esperan respuestas del Estado a la emergencia habitacional y a la necesidad alimentaria. Sus hombres y mujeres se están haciendo cargo de lo que el Estado no se ocupa, del cuidado y alimentación de chicos y viejos en las barriadas populares donde lo que más abunda son las carencias.

No se juega con el hambre de nuestro pueblo. El hambre es un crimen en la Argentina y hay que terminarlo ganando las calles con la organización popular y luchando codo a codo para poder construir una sociedad diferente. Nadie se salva solo. La salida es colectiva. Al hambre se lo combate con solidaridad. Entre todos los que creemos en una sociedad sin explotadores ni explotados.

En todo caso, es momento de plantearse los cambios desde lo micro, multiplicar pequeñas acciones en el territorio para llegar a instancias superiores de elaboración y construcción de una alternativa por una nueva democracia de carnadura social, de masas, plebiscitaria, porque nunca habrá Justicia Social en la dependencia neocolonial.