Hay baldosas de memoria villamariense en Córdoba

Por Javier Morello*

Especial para El Diario

Apenas unos días atrás, el martes de la semana pasada, en la Plaza Colón de Córdoba capital un solcito otoñal abraza al grupo de gente que se está reuniendo sobre la calle Rodríguez Peña. Un grupo heterogéneo, de todas las edades, con diferentes tonadas. Hay unos micrófonos, todo parece indicar que se trata de algún tipo de acto. Pero antes de eso hay abrazos, largos abrazos, risas y lágrimas, muchas risas y muchas lágrimas.

Sobre el césped tres grandes baldosas recuerdan a un grupo de mujeres y hombres que son el motivo de este encuentro.

Estela Altamirano (desaparecida el 18 de noviembre de 1976), Eduardo Raúl Requena (23 de julio de 1976), Luis Soulier (16 de agosto de 1976), Humberto Annone (8 de enero de 1976), Dina Ferrari (8 de enero de 1976), Nidia Fontanellas (18 de noviembre de 1976),  Esther del Rosario Luque (29 de marzo de 1977), Alfredo Martellotto (28 de abril de 1976), Eduardo Renedo Weissbein (19 de marzo de 1976) y Juan José Varas (asesinado por la Triple A el 16 de septiembre de 1974, junto al vicegobernador Atilio López).

Son docentes del ex-Seppac (Sindicato de Educadores Privados y Particulares de Córdoba) que fueron víctimas del terrorismo de Estado.

El Seppac, en palabras de Teresita Manera que formó parte de la agrupación, y fue una de las impulsoras de este recordatorio junto a Soledad García (también docente, y compañera de Requena): “Fue creado en 1971 en un proceso en el que sectores medios asumieron el compromiso con las luchas sociales. Su origen estuvo en Asambleas autoconvocadas y cuando se organizó se hizo con una Comisión Directiva y un Cuerpo de Delegados. En lo que hace a las reivindicaciones tuvo gran importancia la lucha por el Estatuto del Docente Privado que obtuvo media sanción en Diputados, en agosto de 1973”.

“Nos asumimos cómo trabajadores de la Educación y desde la creación buscamos unir nuestras luchas a las del conjunto de los trabajadores y los sectores populares… y en Córdoba participamos junto a UEPC en el frente gremial docente. En el orden nacional participamos en la CUTE y en todas las actividades que dieron origen a la CTERA, en particular en el Congreso de Unidad Docente de Huerta Grande y en el Congreso Constitutivo de Buenos Aires. Integramos la primera Junta Ejecutiva de CTERA. El compañero Eduardo Requena, delegado del Seppac, fue miembro de la misma”, expresó.

Desde Villa María

Desde Villa María, amigos, exalumnos, compañeros de militancia, y la infatigable Silvina Requena, dijeron presente en el acto.

Hace varios años que Soledad García y Teresita Manera junto a Carlos Chiappero y Cristina Varas, vienen reconstruyendo la memoria del Seppac, contactándose con quienes militaron en el mismo, familiares, colegas y amigos. En el acto muchos volvieron a verse y tocarse luego de décadas de ausencia. La vida, los exilios, fueron desparramándolos por el país y el mundo.

Durante todo el acto se producían reencuentros y, desde el micrófono, Cristina Varas y Alejandra Ramón, entre recuerdos y anécdotas, mencionaban más y más nombres.

La represión que se inicia con el Navarrazo y la Triple A en el 74 y se profundiza con la Dictadura Cívico Militar, hizo que numerosos miembros del Seppac fueran perseguidos, detenidos, desaparecidos y asesinados. El gremio como tal hoy no existe. Pero sus exintegrantes en Córdoba capital, Villa María, Bell Ville, Río Ceballos, o en puntos tan distantes como Cipoletti o México DF, Jujuy, Ginebra, recuerdan, exigen memoria verdad y justicia, y continúan luchando de nuevas y creativas maneras por los mismos ideales.

Entre los asistentes y participantes se descubre el mismo compromiso, como por ejemplo los docentes y alumnos de IPEM Nº 207 “Eduardo R. Requena”, para quienes ya es tradición honrar la memoria del maestro cuyo nombre llevan, participando activamente de actos y marchas vinculados a los Derechos Humanos y trabajando en sus aulas y revista en todos los temas relacionados con ellos.

El sol de otoño va dando paso al atardecer, pero la calidez persiste en el aire y en los presentes. El espíritu de encuentro se hace más evidente aún cuando varias generaciones de familiares descubren las baldosas, compañeros, hermanos, hijos, nietos, se abrazan y se fotografían frente a la obra de “Baldosas por la Verdad y la Justicia” un colectivo que desde hace varios años vienen realizando este tipo de homenajes en todo el país, convocados por diferentes agrupaciones.

Entre los asistentes está Laura Vilte, hermana de Marina Vilte histórica luchadora jujeña, integrante de la Junta Directiva de CTERA hasta su desaparición. Laura (también docente y militante del Seppac), tras unas breves palabras, y como no podía ser de otra manera, viniendo de Purmamarca, cierra su alocución con una copla:

Al tiempo le pido tiempo

Y el tiempo, tiempo me da

Y el mismo tiempo me dice:

“la justicia llegará”.

La noche cae, los abrazos y la emoción prosiguen, junto con la consigna constante:

¡Presentes, ahora y siempre!

*Director, productor, guionista villamariense radicado en Buenos Aires

Fuente: www.eldiario.com.ar