Hay que construir otra cosa

Por Federico Giuliani*

Desde el golpe cívico-policial del “Navarrazo” (27 de febrero de 1974) que inició 2 años antes de la genocida dictadura oligárquico-militar de marzo de 1976 las políticas de represión, exterminio y encarcelamiento de las dirigencias combativas, que luego el asesino del General Menéndez sistematizó haciendo estragos en la militancia revolucionaria, Córdoba profundizó su mirada conservadora y gorila que siempre tuvo.

Allá lejos y hace tiempo quedó la Córdoba de la Reforma Universitaria de 1918 y el “Cordobazo” en 1969, con ese paréntesis de la Córdoba industrial con el desarrollo de un Polo de Producción para la defensa de la Soberanía Nacional.

Con una crisis de representación política terminal en las Organizaciones Libres del Pueblo y un Peronismo cooptado por el “Cordobesismo” que lo lavó y lo hizo amarillo, que no tiene un plafond de identidad y tertulia peronista a tal punto que no canta la “Marcha Peronista”, el desafío es reagrupar el disperso y fragmentado campo popular, continuar en la calle reclamando nuestros derechos y construir un programa de la clase trabajadora con un proyecto de Liberación Nacional.

No hay que agarrársela con la gente: Es el final de esta democracia de baja intensidad, neocolonial, extractivista que restringe la participación popular sólo para votar al menos peor de ellos. El nivel de ausentismo es el más alto desde la recuperación democrática en el año 1983. El 40 por ciento de nuestro pueblo no votó o votó en blanco, nulo, etc. La gente no cree en la partidocracia liberal que no le garantiza comida, trabajo, vivienda, tierra, educación y salud pública, gratuita y de calidad.
Hay que construir otra cosa, desde abajo, de la periferia al centro, desde las provincias al puerto, con otras caras, otras prácticas, otros métodos, con un proyecto colectivo que conmueva a los que no quieren votar, porque quieren participación verdadera en la toma de decisiones, no que vengan a decirle a quién hay que votar. Basta de siempre los mismos nombres. La dirigencia “política” aún no se hizo la autocrítica del porqué ganó Milei el ballotage. Los que le asfaltaron en el 2023 el camino al fascismo, son los mismos que hoy nos querían decir a quién votar. Y lamentablemente el pueblo volvió a votar a su verdugo; la extrema derecha cipaya y vendepatria.
Hay un sujeto social de una clase trabajadora desmembrada por la precarización laboral, el pluriempleo, bajo un régimen de explotación laboral sin derechos desde hace dos generaciones, rota humanamente, embroncada y marginada del sistema, que no se siente representada por la partidocracia tradicional. Con un tejido social absolutamente fragmentado, el pueblo descree de los mismos de siempre, de la rosca política, de la imposición de nombres, que no debaten proyectos sino lugares en lista, de dirigentes que viven alejados de la realidad del pueblo trabajador, de políticos que hablan un lenguaje que no es popular y que es tibio ante el dolor de la gente, de una dirigencia que no se embarra las patas. Menos escritorio y más territorio.
Ante esa crisis terminal en la representatividad, parar la pelota, generar encuentros para reflexionar comunitariamente y pensar en clave colectiva. Basta de “héroes individuales”. No hay mesías o líderes unipersonales. Cero personalismo y más accionar colectivo. Es la que va para replantearse desde el debate fraterno que incomode la falsa unidad, nuevas estrategias y construcciones políticas desde abajo. Debemos recuperar la política para y por el pueblo. Basta de política electoralista para repartir cargos y prebendas.
Los y las que estuvimos en la calle resistiendo el ajuste de Milei, Llayora y los intendentes, seguimos estando en la calle a pesar de la represión y la cárcel. Basta de progresismo amarillo y más peronismo que interpele a esta democracia frágil, al sistema neoliberal y al poder económico. Que sea un amplio Movimiento de Liberación Nacional, revolucionario y anti-imperialista. Que sea clasista y conbativo. Lo otro es más de lo mismo que nos trajo hasta acá.
Reiventamos o erramos.
*Secretario General de ATE y la CTA Autónoma Córdoba