Horacio Meguira: “Los débiles no tienen voz porque en la Argentina no hay debate”

El abogado y Director del Departamento jurídico de la CTA Autónoma cuestiona el modelo sindical argentino y promueve desde esa Central repensar las formas en la que los trabajadores deben organizarse.

Horacio Meguira es abogado y Director del Departamento Jurídico de la CTA Autónoma, pero también es mucho más que eso: es un reservorio vivo de historias y anécdotas que compaginan las páginas del movimiento obrero argentino, pero también de la OIT como asesor por las Américas del grupo de trabajadores en la Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia. De larga trayectoria en el Derecho Laboral coronó el año 2021 y a sus 74 años con un reconocimiento inesperado, aunque a esta altura pocas cosas lo sorprenden: Fue nombrado Profesor Consulto de la Universidad de Buenos Aires. Su vínculo con la UBA había empezado en los setenta cuando estudiaba derecho siendo militante peronista a la vez que era delegado gremial de Cuentas Corrientes del Banco Nación. “Me dediqué al Derecho Laboral por mi militancia, mi vocación estaba cantada; no era algo elegido ni tuve que ir a un psicólogo para darme cuenta que lo que me interesaba era el Derecho del Trabajo: era una cuestión de pertenencia de clase y de militancia a través del Derecho”.

Se recibió en 1974, pero “del 73 al 83 ejercí la profesión haciendo derecho individual durante la dictadura militar. Presentábamos habeas corpus de compañeros desaparecidos de comisiones internas que yo atendía y que eran clandestinas porque estaba prohibida la actividad sindical”, recuerda en charla con Mundo Gremial.

Con la llegada de la democracia asesoró a su primer sindicato: La Asociación Bancaria, que en ese entonces conducía Juan José Zanola. “En esos inicios también fui abogado de la Federación Obrera Ceramista cuyo Secretario General continúa siendo Domingo Moreira; menciono esto porque ahí conocí a un gran amigo y abogado que fue Horacio Zamboni. De él aprendí muchísimo porque era, además, un abogado que sabía de Economía, por lo tanto le empezamos a dar a las paritarias fundamentos económicos, que no son comunes en la negociación colectiva”.

Íntimo continúa con el repaso de su vida: “Luego puse mi estudio y cuando estaba medianamente formado, Víctor De Gennaro citó a la Asociación de Abogados Laboralistas en el restaurante El Globo y nos dijo que iba a fundar una central sindical. Muchos de mis colegas no tomaron en serio a Víctor y solo Marcelo Bustos Fierro levantó la mano conmigo para ponernos a disposición. Fue ahí que empezamos a elaborar y escribir conceptos que hasta ese momento no eran banderas de los trabajadores como son la Libertad y Democracia Sindical que fueron parte del documento fundacional de El Grito de Burzaco; antecedente de la fundación de la Central”.

-Cuénteme como fue su recorrido académico como profesor…

-En el año 2000 la UBA convoca a un concurso para cubrir cargos de profesores regulares adjuntos. Los cuatro abogados que éramos parte del Observatorio del Derecho Social decidimos presentarnos y ganamos los cuatro. Así fue que dimos origen a un curso de derecho colectivo, de negociación y de libertad sindical que los mismos alumnos calificaron como uno de los mejores en lo que refiere a calidad docente como consecuencia de encuestas elaboradas por el Centro de Estudiantes. Era un curso paralelo al de Noemí Rial, que justamente pensaba a favor del modelo sindical opuesto al que dábamos nosotros.

Pasó el tiempo y al día de hoy sigue vigente con ayudantes y al que asisten muchos delegados de base y dirigentes. Lo cierto es que llega mi jubilación y es ahí que el Director del Departamento de Derecho del Trabajo, Miguel Ángel Masa, me propone como Profesor Consulto.

Esa cátedra fue un espacio de debate y generador de ideas, porque los que asisten son laburantes y delegados de base. Recuerdo que en el primer año asistieron siete personas, aunque con el tiempo fue creciendo a medida que tomaba volumen el concepto de libertad sindical en la opinión pública.

-¿Sigue siendo peronista?

-Sí. Pero no soy PJ ni de las estructuras sindicales que son monopólicas o promueven restricciones a los trabajadores en la vida interna de los sindicatos.

-Sin embargo el peronismo tiene la chapa patente de los sindicatos y a su juicio son los promotores de ese tipo de sindicalización concentrada…

-Lo que decís es parte de la historia. Que los sindicatos son peronistas es una afirmación que va perdiendo valor a la luz de las últimas elecciones. Pero además sindicalismo no es lo mismo que organizaciones de trabajadores; son conceptos distintos. En la representación de los trabajadores hay muchos dirigentes de otras extracciones. Hay sindicatos manejados por verdaderos empresarios; es evidente que el peronismo les sirve a ellos como marco protectorio; hoy en día estamos en una larga transición donde no prima la pertenencia partidaria sino en donde el trabajador se organiza como puede. Ante el avance patronal, la diversidad, la mutación de la producción, el sindicato tradicional no lo representa.

-Haciendo un mezclado entre el curso de libertad sindical y peronismo, le pregunto ¿por dónde pasan los conceptos de libertad sindical y democracia sindical que trajo la creación de la CTA?

-Primero una idea marco: para que haya libertad sindical debe haber libertades públicas como el derecho a la libre opinión, a la libertad de expresión y al derecho a manifestarse; en definitiva me refiero a todos aquellos derechos fundamentales que son imprescindibles para ejercer la ciudadanía. Dentro de ese concepto de ciudadanía está el poder representar a los trabajadores en libertad y democracia.

Respondiendo a tu pregunta: En el derecho argentino existe una figura que es la personería gremial que prácticamente es monopólica porque concentra la mayor cantidad de derechos; entre ellos el derecho a la negociación colectiva y durante mucho tiempo incluyó el derecho de huelga. Este sistema estaba creado para un tiempo de economía mercado-internista, generado en la posguerra. En el modelo de “unicidad promocionada” es el Estado el que concede la patente concentrando los derechos y la representación promiscua; y era a su vez quien tenía el monopolio de la representación en los conflictos, en la negociación colectiva y en la huelga. En definitiva, es la injerencia del Estado en la vida interna de los sindicatos y es también quien resuelve esa representación: todo esto fue cuestionado por la CTA desde su fundación.

Durante mucho tiempo y sobre todo en los debates que se producen en la OIT por las denuncias que año tras año hace la CTA en las Memorias, la CGT denunciaba que segmentábamos al movimiento obrero propiciando divisiones al fomentar la creación de nuevos sindicatos. Nosotros nunca cuestionamos la pluralidad ni la unicidad sindical; nosotros cuestionábamos que existe un modelo en el que el Estado marque como deben organizarse los sindicatos basándonos en el Convenio 87 que dice que los trabajadores se podrán organizar como crean conveniente.

Esa sabia frase es porque el capitalismo muta y el trabajador necesita organizarse defensivamente de acuerdo a cómo se manifieste el capital. A ese conflicto de intereses se le encuentra solución con los mecanismos de la negociación colectiva.

Esto que te cuento es lo que esgrime el proyecto de ley que propuso Víctor De Gennaro como diputado con apoyo de la CTA tomando justamente todas las observaciones que se hicieron ante la OIT durante 20 años con la finalidad de actualizar y democratizar la forma en que se organizan los trabajadores.

Cuando se crea la ley 23.551 de Asociaciones Sindicales, que es bajo el gobierno radical, había prácticamente pleno empleo ya que no existía el trabajo precario. Con el tiempo todos aquellos trabajadores que fueron quedando marginados carecen de la capacidad de organizarse; entonces este proyecto de ley de Víctor intenta que cualquier trabajador, ocupado, desocupado o precarizado tenga la posibilidad de organizarse para modificar ese status y pasar a tener derechos.

-Pero esto es lo que vinieron a hacer de facto los movimientos sociales aglutinando a los marginados como usted dice, máxime que en nuestro país cada vez hay más empleo informal.

-Sí. Ahora el tema es que son trabajadores; no son desempleados. Son trabajadores sin empleo y aunque parezca una sutileza ese juego de palabras eso es lo que define que se deben organizar como trabajadores. Esa presión de los movimientos sociales fue posterior a las banderas de la CTA en cuanto a organización de los trabajadores en el territorio. Hay una frase famosa de Víctor cuando dijo ´el sindicato también está en el barrio´. Con eso estaba diciendo que el trabajador puede organizarse donde las necesidades lo dicten. Y otro impacto muy importante que denota la caducidad del modelo de “unicidad promocionada” fue concentrar poder en algunos dirigentes que son verdaderos empresarios y multimillonarios. Esa situación expulsó a los trabajadores que poblaban los sindicatos en los sesentas, setentas y hasta principios de los ochentas dejando grandes estructuras sindicales sin cobertura ni derechos. Tenés el caso de los metrodelegados y la UTA, siendo los primeros los más representativos de sus trabajadores, pero sin embargo la Unión Tranviaria es la que firma la negociación colectiva, aunque no tiene mandato de los trabajadores, y eso pasa porque la UTA es la que tiene la personería gremial.

Para colmo los requisitos que impone la ley para obtenerla son tediosos con una normativa antiquísima siendo el Ministerio el que resuelve quién es el más representativo; una gran injerencia estatal y una cada vez menor representación genuina.

Meguira junto al Director de Mundo Gremial, Juan Manuel Morena, en los festejos del 11° del medio

-Podemos concluir que entre el rechazo a la ley de De Gennaro y lo que comenta, habrá modelo sindical argentino tal cual impera para rato…

-Salvo el intento de modificación que pregonaba la Ley Mucci, aunque manteniendo la Personería Gremial, ningún otro gobierno quiso modificar el unicato sindical. No lo quiso hacer el kirchnerismo ni Macri. El gobierno argentino omitió las reiteradas solicitudes de la Comisión de Expertos de la Comisión de Normas de la Conferencia en el tratamiento del “caso argentino 2005 y 2007” ante la OIT. El principal defensor del modelo sindical argentino fue, paradójicamente, el representante patronal, Daniel Funes de Rioja. Tal es así que los discursos más ardientes ante la OIT, incluso más que los del propio Gerardo Martínez como representante de la la CGT, vinieron de Funes a la par de que el Gobierno argentino hacía lobby permanentemente para suavizar las conclusiones de la Comisión de Expertos de la OIT. Por eso el único que se atrevió a romper con eso fue Víctor De Gennaro. Actualmente sigue el debate abierto, pero no hay voluntad de este Gobierno de modificar el unicato sindical.

-Cuando habla de libertad sindical, la opinión pública piensa exclusivamente en la no renovación de los dirigentes que se quedan décadas en el cargo de secretario general…

-No es un tema fundamental, ni tampoco es saludable que lo imponga una ley. Depende de la historia, de cómo el sindicato se organiza para que lo decidan los propios trabajadores. Lo que es sustancial es el modelo de representación. Yo estaba en la OIT en 2012 y se presenta un secretario general de un sindicato de Costa de Marfil y dependía de si continuaba o no la Conferencia, si solicitaba asilo en Suiza o se volvía a su país. Con esto te digo que si el dirigente es tan importante no vale la pena moverlo; mientras que en otros sí obstaculiza la actividad sindical por su solo presencia; pero insisto: no es algo que debe decidir una ley.

-Tomando aquel intento de la ley Mucci pero viniendo más acá en el tiempo el macrismo tildó a los sindicatos como la máquina de impedir; ya sea en el desarrollo o el crecimiento económico impidiendo generar fuentes genuinas de trabajo.

-Trabajo hay porque hay muchas cosas para hacer; lo que no hay es empleo. No hay voluntad de los que son dueños del capital de emplear a la mayor cantidad de gente. Y hay factores múltiples, desde los avances tecnológicos a las crisis económicas pero el hecho de tener sindicatos organizados no tiene ninguna correlación con que ese apotegma. Hay países desarrollados y con economías estables como son los nórdicos que, sin embargo, tienen los sindicatos más fuertes del mundo. El tipo de capital que se instala en nuestras economías es especulativo y entiende a los sindicatos como enemigos y por ende la única ley que quieren implantar es la ley del mercado que es su propia ley. Esto es un fenómeno que se produce en el mundo: la sustitución de leyes formales por la ley mercantil.

Para desmitificar: las causales por las que no hay empleo son múltiples donde las organizaciones de trabajadores no tienen nada que ver. El sector empresario justifica la precarización, la elusión y evasión impositiva; en fin, es un discurso muy instalado pero que no responde a la realidad.

-Mezclo macrismo y libertad sindical: Está a las claras que el tema de la Gestapo Sindical fue una persecución. Pero también digo que se puso el ojo sobre, como mínimo y por ser decoroso, dirigentes cuestionados como el “Pata” Medina, Marcelo Balcedo o el “Caballo” Suárez; entre otros. El proceder del Gobierno fue erróneo al confluir en un mecanismo ilegal en el que una Justicia corrupta hacía su parte.

-La Gestapo Sindical patetiza una situación preexistente de una deformación o vicio en muchas actividades, entre ellas la construcción. Tomemos al “Pata” Medina quien tiene establecido hace muchísimos años un sistema de protección de los obraderos y de pequeñas empresas de construcción donde impone quienes trabajan y quienes no. Sustituye y protege a las empresas que generan trabajo en negro haciendo circular mucho dinero que no recauda el Estado y en la que anida una situación mafiosa

Entonces la investigación que se intentó hacer también es mafiosa; es una lucha intra-mafias. Ese video que sale implica la manera de actuar del macrismo en las llamadas Mesas Judiciales. Actuaba en aspectos que le obstaculizaban sus negocios involucrando una Justicia absolutamente genuflexa y subordinada en vez de investigar a través de los mecanismos y actores como son los jueces y fiscales y no los empresarios y el Ejecutivo. De esta malformación es responsable el gobierno de Macri que termina victimizando al Pata Medina. Hay muchos Pata Medina que son parte del sistema empresario en el que la Justicia hace la vista gorda.

La UOCRA es tolerante con ese tipo de prácticas porque ese mecanismo no está solo en la jurisdicción de La Plata sino que existe en otras regiones donde el dirigente cumple con ese rol recaudatorio de tutela del delito de evasión.

-El discurso antisindical termina siempre con la frutilla de realizar una Reforma Laboral esgrimiendo que la Ley 20.744 de Contrato de Trabajo es de la década del setenta y por lo tanto no refleja la realidad actual. Siguiendo esa línea de pensamiento, ¿esta normativa también se la considera una máquina de impedir siendo parte de un discurso instalado o en verdad hay que modificarla?

-La CTA es reformista. Ahora hay que modificar no solo la ley 20.744 sino también las leyes de Asociación Sindical y de Negociación Colectiva; y también contemplar nuevas figuras y generar nuevas tutelas que se adecuen a los cambios tecnológicos. En los lugares de trabajo el sindicato pierde poder y eso está reflejado en una encuesta de 2005/2007 del Ministerio de Trabajo que concluía que la representación sindical se reducía a un 18%. Me imagino que hoy ese número es aún mucho menor. Es decir que la representación sindical está severamente en peligro.

Nosotros queremos reformar todas las leyes. Pero debatiendo en ámbitos democráticos. El Gobierno amagó con el Consejo Económico y Social que no funciona institucionalmente. El Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil funciona medio día y después se discontinúa. Hay que establecer un diálogo social democrático y hacerlo público y no entre cuatro paredes. Cuando se creó la ley 20.744 era público el debate; lo que implica la mayor participación de actores.

Ahora bien: Ninguna ley va a modificar la Economía. Ninguna ley va a modificar las exportaciones. Esas son leyes económicas y el Derecho del Trabajo depende mucho de ellas, por lo tanto el debate sobre las leyes tiene que estar ligado a un debate sobre la economía. Ejemplo: si hablo de derechos sobre la ley de Pequeña y Mediana Empresa tengo que darle créditos blandos; y eso debe incluir en el diálogo a las entidades financieras. Por eso y de vuelta: las representaciones empresarias caen en la Unión Industrial Argentina que también es monopólica respecto a las relaciones laborales; por eso es necesario que se escuchen todas las voces.

-Le entiendo el punto, pero si lo miramos del otro lado: Si tomo el Convenio de Comercio que es del año 1975 alcanza por igual a los trabajadores de una cadena de supermercados como al de un negocio de barrio. Esto también es desigual para la Pyme…

-Pero para ello tiene que estar habilitadas las Pymes con representación. No puede ser que el representante del gallinero sea el zorro. Los débiles no tienen voz porque en la Argentina no hay debate. También hay un fenómeno en el que las grandes decisiones las toman muy pocas personas.

Fuente: www.mundogremial.com