Los diputados nacionales cordobeses Gabriela Estévez y Pablo Carro presentaron un proyecto de Ley para declarar como Patrimonio Histórico Nacional a la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos (FMPE) de Villa María, con el objeto de reconocer su valor histórico, arquitectónico y productivo.
La Fábrica Militar de Villa María se encuentra situada en un predio de 316 hectáreas, a siete kilómetros de la ciudad. “La zona fabril propiamente dicha es de 158 hectáreas, con más de 45.000 metros cuadrados cubiertos”, detalla la iniciativa de Estévez y Carro, que describe a esta firma como un dinamizador clave de la economía regional y un “testimonio fundamental de una etapa en la que el Estado buscaba autonomía productiva y para la defensa”.
“La Fábrica Militar de Villa María no es solo un predio: Es historia, soberanía y orgullo de trabajo hecho en Córdoba. Hoy sigue en pie como símbolo de un país que supo pensar en grande. Porque defender lo que fuimos es también defender lo que podemos volver a ser”, expresó al respecto Gabriela Estévez.
Historia de un gigante
La Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos “Villa María” tiene su origen en una iniciativa del Ministerio de Guerra, que en 1926 realizó los primeros estudios sobre la potencial ubicación de una planta fabril que permitiera a la República Argentina autoabastecerse de pólvoras y explosivos de uso militar.
Finalmente se habilitó su construcción en 1937 pero los trabajos recién se iniciaron a principios del 1939 y -ante la falta de los especialistas alemanes, enfrascados en la guerra- asumieron la conducción de la obra civil técnicos argentinos, mientras se procuraba sortear los obstáculos para que la compra de equipos, acordada y pagada, llegase a destino.
La construcción fue muy accidentada porque la Guerra Mundial dificultaba el ingreso de maquinarias y material importado. Hacia 1942 se liberó la salida de Europa de determinados materiales alemanes, al tiempo que se incorporaron proveedores norteamericanos para poder -finalmente- completar el circuito de producción de pólvora y otros explosivos, tanto de uso bélico como de uso civil para la minería u otras actividades productivas. Se fueron completando las distintas líneas de producción diversificadas, siempre dentro del rubro.
Arquitectura distintiva
“Su diseño axial, con pabellones separados por razones de seguridad, la convierte además en un valioso espacio verde. Sus edificaciones principales, de estilo californiano, reflejan una arquitectura distintiva de la época. La totalidad del predio es propiedad del Estado Nacional”, detalla la propuesta de Estévez y Carro.
“Las construcciones principales están resueltas en un lenguaje pintoresquista de origen norteamericano, conocido como ‘Mission Style’ en el suroeste de los Estados Unidos y como ‘californiano’ en nuestro país”, agrega el texto.
Fuente: www.lmdiario.com.ar