Por Viviana Pomiglio*
Hoy Marta Zavala nos recibió en su casa de Barrio Pizarro en el sur de Río Cuarto. Las juntadas programadas y rotativas ahora, cada vez más pequeñas y cada vez más necesarias.
Mientras hay quienes, suponemos, piensan y analizan como salir de este espanto de virus y pobreza, nosotras también pensamos e ideamos estrategias, que son en realidad un SOS, para salir adelante, pero desde la trinchera.
Mujeres trabajadoras de toda la vida y de todas las edades que se quedaron sin poder llevar el pan a sus mesas.
Mujeres que montan la bicicleta para hacer ese par de horitas limpiando una casa y volver a llevar su hijito a la escuela. Esta semana le toca dice Rita.
La cosa venía fea, pero ahora y con la pandemia, está peor.
Estas mujeres, que ven en la foto, escuchan a diario lo que les cuento y más. Hoy todas llegaron cansadas de sus trabajos. Faltó Nora Beatriz Bringas que está operada y debe cuidarse mucho y Sofía Navarro (Secretaria General de APECAF-CTA) con su beba afiebrada.
Todas trabajamos, tenemos familia y le robamos tiempo al tiempo para dar una mano en la oficina de APECAF-CTA, ir al barrio donde nos necesitan, acompañar a hacer el trámite de difícil resolución, pedir alimentos para quienes perdieron sus trabajos y no tienen nada. Y cuando decimos nada, es eso NADA, ni plan ni ayuda del Estado, no lo pedían. Tenían trabajo. Ahora no. Algunas, sin hijos, se están yendo a zonas rurales porque ya no pueden pagar alquiler. Otras hacen pan, fideos, comidas caseras para ganar unos pesos y subsistir.
Así que hoy, Martita eligió los mejores tomates y lechugas de su quinta, asó unos chori, yo llevé mis berenjenas en escabeche y nos inventamos un rato de alegría y sin querer, reinventamos las ganas que flaquean, las actividades para ya y para lo que resta del mes y así seguimos.
Que suerte y orgullo que sean compañeras de ruta pero más, de sueños irrenunciables y colectivos.
*Apoderada de la Asociación Personal de Casas de Familia (APECAF-CTA)