Descubren placa de homenaje a Irma Laciar de Carrica en el Hospital Municipal de Sampacho

Con la presencia del Secretario General de ATE y la CTA Autónoma Córdoba, Federico Giuliani, se inauguró este lunes por la mañana en Sampacho una placa homenaje a la compañera detenida-desaparecida Irma Laciar de Carrica -nativa de esa localidad distante 48 kilómetros de Río Cuarto- en lo que constituyó un emotivo acto de reconocimiento a una militante cabal que nos legó para siempre su frase de cabecera: “Quien no dio todo, no dio nada”.
Fue una actividad en conjunto con la Municipalidad, el Consejo Directivo Provincial (CDP) de ATE Córdoba, la Seccional del Sindicato de Adelia María y la Seccional de ATE Río Cuarto.
Luego del acto, Giuliani afirmó: “En Sampacho, al sur de Córdoba, inauguramos una placa en homenaje a nuestra compañera desaparecida Irma Laciar de Carrica. Fue colocada en el Hall de Enfermería del Hospital Municipal de esa localidad”.
Y agregó: “Contamos con la presencia del Intendente de Sampacho, Franco Suárez; la Secretaría General de la Seccional de ATE Río Cuarto, Rafaela Alcoba; el Director del Departamento de Derechos Humanos ‘Irma Laciar de Carrica’ de esa Seccional, Walter Ávalos; y los dirigentes históricos que armaron ATE en el Municipio hace muchos años”.
“El 18 de abril pasado se cumplieron 45 años del secuestro y desaparición de Irma Laciar por parte de la dictadura genocida. Por eso pensamos con los compañeros y compañeras que era justo y necesario hacer una manifestación de reparación histórica de la memoria de una militante ejemplar en su pueblo natal”, subrayó Giuliani.
Y concluyó: “Irma Laciar de Carrica, madre del inolvidable compañero de ATE y la CTA, Héctor ‘Pelusa’ Carrica, fue una de las referentes de la medicina popular en nuestro país. Luchadora del campo social y de una impronta sanitarista de la Salud. Dedicó su vida al cuidado de sus compañeros y la disputa por un mundo mejor, más justo, libre y solidario”.

“Quien no dio todo, no dio nada”

Irma Laciar de Carrica nació en julio de 1926, en Sampacho. Se educó en una familia que influyó decididamente en su futuro, ya que su padre era un delegado ferroviario y sus dos tías eran enfermeras. Se involucró activamente en la militancia del campo popular desde la política y desde la salud.
Fue docente en 1947 de los cursos de la Escuela de Enfermería que creó Ramón Carrillo; también ejerció la dirección de la Escuela de Auxiliares de Enfermería del Ministerio de Salud Pública de la Nación. Durante la década del ’50 comenzó su actividad gremial en ATE, siendo delegada en sus lugares de trabajo. Participó como docente en las cátedras de Medicina para el Trabajo (1972-1973) e integró el equipo de Derechos Humanos de la CGT de los Argentinos.
Durante el Gobierno de Isabel Perón fue despedida y comenzó a ser perseguida por la Triple A. Se ocupó de brindar apoyo a los familiares de los presos políticos y colaboró en la búsqueda de los desaparecidos, hasta que un grupo de tareas la secuestró en su departamento del barrio porteño de Liniers el 18 de abril de 1977 y nunca más apareció.
Sostenía que “no había transformación posible si no construimos modelos diferentes, prácticas diferentes y hasta teorías diferentes”.

En el año 1973 se realizó un congreso en la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA que se llamó “Medicina para el trabajo y para los trabajadores”. Irma Laciar fue una de las que impulsó esta iniciativa y el resultado de ese encuentro fue un libro que publicó EUDEBA: Medicina del Trabajo al servicio de los trabajadores”. Uno de los libros quemados por la dictadura públicamente.

El ímpetu, el coraje, el sentido humanitario y la consecuencia política e ideológica de Irma Laciar de Carrica quedará en la memoria de quienes la conocieron y en el horizonte de los que van tomando contacto con su historia.